El éxito arrollador que tiene actualmente Abel Pintos está muy lejos de su infancia como objeto de bullying. El popular cantante explicó el origen de su renguera en el primer programa del ciclo “PH Podemos hablar”, que conduce Andy Kusnetzoff y señaló que por ella sufrió burlas y ataques de compañeros de primaria.
“Hasta el día de hoy tengo una pequeña renguera por una operación que tuve cuando era chico. Nací con una formación del pie que no es la habitual, por decirlo de alguna forma, y me operaron de muy chiquitito. Me pusieron un yeso hasta los tres años y aprendí a caminar con el yeso puesto”, admitió el cantautor.
Esa condición fue determinante para que en el colegio lo fustigasen hasta que cambió su propia actitud: “en un momento dije ‘ya fue, todo bien’, empecé a reírme y hacía chistes como que con un pie hacía un pozo y con el otro lo tapaba”. A partir de entonces, la relación con los otros alumnos cambió.
Pintos es muy reservado acerca de su vida privada y, de hecho, nunca antes había contado por qué era rengo. Lo hizo en un segmento cuando el conductor instó a los invitados a contar cuándo “aprendieron a reírse de sí mismos”. Y el cantante fue más allá de la anécdota infantil, al reconocer que le costó soltarse a bailar en sus shows porque al principio le daba vergüenza.
“Bailo muy mal y me gusta. En un momento de mi vida, para salir de ese lugar, en vez de bailar exclusivamente en momentos familiares, me metí con todo en el escenario. Y hoy bailo mucho en el escenario. Dentro de lo mal que lo hago, encontré una forma que no sé si es buena o mala pero es la mía. Lo disfruto mucho”, subrayó.
El artista también habló de la relación con su padre, quien fue recientemente operado. “De alguna manera siento una conexión con cosas que nos han estado pasando a nosotros también. Es en un punto doloroso pero lógico, él está haciendo muchas cosas para sanar su salud, pero hace ya mucho tiempo que él y yo estamos haciendo un trabajo de sanación en nuestro vínculo”, describió.