Benito Carlos Garzón
Constitucionalista
La reunión las provincias integrantes de este macroacuerdo entre las provincias del NOA y el NEA me retrotrae al momento de su origen, al final de la década de los 90 del siglo pasado, cuando el gobernador de Salta, Roberto Romero, lanzó la convocatoria a las nueve provincias del norte y se realizó la primera reunión con la asistencia de todos los gobernadores y en representación del presidente Raúl Alfonsín, su ministro del Interior, Antonio Trócoli.
Naufragio inicial
Cuando se habían creado las comisiones que tendrían por misión elaborar los primeros acuerdos interprovinciales y un cuerpo de senadores de la Región sobrevino la aguda crisis de la hiperinflación y así naufragó la primera intención regional .
En una segunda etapa, con un grupo de entusiastas que luego legamos a denominarlo “Comité de Integración Regional” (Jorge Luis Rougés, Jorge Torres, CPN Ferullo y el que esto escribe) se llegó a coordinar acciones políticas del gobierno provincial para facilitar los intercambios políticos necesarios para revitalizar al menos la integración del NOA.
Gobernaba Tucumán Ramón Ortega, que no entendía muy el problema, por lo que el que llevó a cabo todas las gestiones fue el secretario de Relaciones Institucionales, José Roberto Toledo. Así fue como se logró coordinar esfuerzos para lograr el consenso de todos los gobernadores del NOA y el Acta fundacional de las seis provincias que lo componían, incluso La Rioja, que dudaba de pertenecer al NOA o la Región Centro, pero el presidente Menem la sumó a la nueva Región con una ceremonia en la Casa Histórica de Tucumán.
Cuando trabajamos a destajo en la redacción del Tratado de Integración (autoridades, Parlamento Regional, Corte de Casación Regional y demás órganos regionales, Ortega viaja imprevistamente a Miami y se desentiende del tema regional.
Había quedado resentido porque el Dr. Menem le había prometido que seria su compañero de fórmula y eligió luego a Ruckauf para ese fin. Así naufragó el segundo intento de regionalización.
Cruces en la constituyente
La tercera etapa se dio en la batalla para dar a la Región status constitucional. Nos preparamos para la reforma constitucional acordada por el presidente Menem y el Dr. Raúl Alfonsín. En la convocatoria se desliza un error de darles el rango de constituyentes a funcionarios públicos de los poderes Ejecutivo y Legislativo, pero se llevó adelante que era menester dotar a la Ley Suprema muchas instituciones nuevas para mejorar el funcionamiento de la democracia. Me ofrecieron ser asesor integrantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo enfrentados duramente, razón por cual elegí ser asesor de un convencional salteño, el Dr. Alfredo Musalen.
La batalla se dio en la Comisión de Federalismo de la Convención reunida en Santa Fe y Paraná. Tuvimos duros cruces con los representantes de la provincia de Buenos Aires. Duhalde amenazó con dejar sin quórum a la Convención si se aprobaba la regionalización y otras normas que atentaban, según ellos, a las instituciones de esa macroprovincia . Al final se consagró una norma que expresamente autoriza a las provincias para “crear regiones y los órganos necesarios para su funcionamiento (Art. 123). No obstante, hasta el presente no se ha creado una verdadera Región y solo hay como la que actualmente funciona en Salta, pero se refiere a convenios de distinta índole que las provincias del Norte Grande en este caso, sancionan como tales. No es lo que previene el Art. 123 de la Constitución, pero como lo mejor es enemigo de lo bueno, cabe señalar la importancia de los ejes de acción conjunta de las provincias del Norte Argentino.
El ejemplo de Marco Polo
El principal déficit del temario que destaca el cronista de LA GACETA (“Cumbre de Salta –La Agenda Regional, 08/04) es el referido a la “Comunicación Bioceánica”, que es -a nuestro entender- la temática más relevante e importante de la Agenda, como se argumentará seguidamente: 1) Desde la antigüedad los caminos y vías de comunicación entre los pueblos han abierto camino para el desarrollo y el progreso entre los pueblos. Basta citar a Marco Polo para tener en claro de lo revolucionario que fue para el intercambio de bienes y servicios de la Europa en esos tiempos. El veneciano, en el siglo XIII, con sus viajes a China, logró el primer gran encuentro de civilizaciones muy dispares pero demostró el mejor grado de desarrollo que proviene de la relación comercial entre las naciones y los pueblos. Nació un progresivo desarrollo que, más allá de las guerras, significó el avance de las civilizaciones de la antigüedad. Hoy en día nadie duda de la importancia de la relación comercial como vínculo pacífico para el crecimiento de naciones y regiones.
2) Ello se verifica en nuestro caso en toda una región -el Norte argentino– que se encuentra postergada, teniendo en su haber un territorio lleno de riquezas naturales, agrarias, minerales, de población, de cultura, pero que no puede acceder a un desarrollo productivo por una cuestión geopolítica que desarrollaremos en el punto que sigue.
3) Desde la Colonia española que dominaba íntegramente esta parte del continente se produjo un fenómeno económico donde Buenos Aires desempeñó un rol cada vez mayor por ser el puerto más accesible a las colonias del sur del imperio hoy brasileño y pasó a ser el puerto y la ciudad más importante del Virreinato del Río de la Plata. Luego de la Independencia y superados los años de la dictadura rosista, el país fue organizado en las ultimas décadas del siglo XIX según la realidad reinante de ser un productor de trigo y maíz de sus enormes praderas. Entre los gobernantes que hicieron crecer al país como gran productor de cereales se encuentra el tucumano Julio Argentino Roca.
Embudo a Buenos Aires
Pues bien, desde esa época se privilegió todo el aparato productivo, en especial el transporte, según el predominio de estos intereses. Se diseñó y construyó la red de transporte (caminos y sobre todo ferrocarriles) todos dirigidos como un gigantesco embudo desde todos los confines del país hacia el puerto de Buenos Aires y nunca pudimos superar ese sistema que condenó al Norte argentino a la dependencia del hinterland de su capital y el puerto.
El cepo del transporte
A nuestro entender, la única solución de fondo para derribar ese muro del transporte es la comunicación bioceánica, que consiste en romper el cepo actual del transporte a los puertos del centro del país con un corredor que conecte a los puertos chilenos (Antofagasta, Mejillones y otros, con los pasos cordilleranos de Jama, Sico y San Francisco de Jujuy, Salta y Catamarca) y por el este conectarse en forma horizontal, rompiendo la hegemonía actual que lleva a embarcar nuestros productos por un solo polo exportador.
Las pérdidas de hoy son enormes comparadas con los costos de salir por esta vía horizontal hasta los puertos de Brasil en el Atlántico. Esta comunicación bioceánica es única vía de romper el cepo que nos conduce al centralismo causante de nuestro ancestral atraso relativo.
¿Cómo lograrlo? Es lo que debe debatirse como principal problema de un encuentro de gobernadores del Norte, que no es grande como pudiera ser, esquivando el cepo de nos impusieron desde la organización del país, cuando se privilegió el puerto de Buenos Aires y los del litoral.
Cuando el cronista de este diario expone los temas a tratar en la reunión de Salta sostiene que la cuestión bioceánica es “una vieja aspiración regional que todavía no ha encontrado fortalecerse”, pero indica que no es prioridad de tratamiento de la reunión de gobernadores. Es que no existe conciencia suficiente en la clase política de que es la única posibilidad de crecimiento real del Norte argentino, resignado al papel de Cenicienta del crecimiento nacional. Es la contracara de una región rica con una población pobre.