El uso del Whatsapp al volante multiplica por 23 el riesgo de un accidente

El celular se ha convertido en el copiloto de muchos conductores. ¿Acaso no es común que manejemos con el teléfono en la mano y la vista vacilante entre el tráfico y al aparato? Pero cuando miramos el smartphone o contestamos una llamada, ponemos en riesgo nuestra vida, las de nuestros acompañantes y las del resto de conductores y peatones, además de darles un ejemplo negativo a los niños y jóvenes. Hasta aquí, nada de lo escrito en este encabezado es nuevo; lo sabemos hasta el hartazgo. No obstante, sí hay novedades con respecto a esta problemática: el uso del móvil al volante multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente y mandar un simple WhatsApp dispara ese riesgo por 23.

Los datos han sido difundidos por el grupo de telecomunicaciones español Orange dentro de su proyecto Por un uso Love de la tecnología, dedicado a sensibilizar sobre el empleo seguro y responsable de los dispositivos electrónicos. Se basan en estadísticas de la Dirección General del Tráfico (DGT) de ese país. Tal y como reconoce la subdirectora de Licencias de Conducir de San Miguel de Tucumán, la psicóloga Mirta Silvia Gallardo, el celular implica las tres formas de distracción: visual, cognitiva y manual, mermando claramente nuestras capacidades como conductores.

"La atención es un proceso cognitivo de capacidad limitada. Esto quiere decir que no podemos atender muchos elementos del mundo exterior al mismo tiempo. La conducción requiere atención. Y así como existen acciones de orden automáticas, existen otras controladas. Por ello, se requiere mucha concentración", explica la especialista. "Afuera del auto ocurren demasiadas situaciones, como el cambio en la luz del semáforo; la indicación de algún inspector; el cruce de los peatones que puede ser indebido; los vehículos por delante y por atrás; las motos; las bicicletas y los colectivos", enumera. En suma, se trata de situaciones que requieren una atención focalizada, razona Gallardo. "Si nosotros dividimos esa atención, algo quedará en segundo plano. Manejar es casi como tener un arma. Si portamos un arma de manera distraída, podremos matar a otra persona", compara.

Por todo ello, Gallardo hace hincapié en la importancia de la educación vial, expresa que conducir de forma segura y responsable debe ser una prioridad e insta a la toma de conciencia. De hecho, de cara a los próximos viajes con motivo de las vacaciones de Semana Santa, pide que se inculquen hábitos responsables, como mantener el móvil fuera del alcance de quien maneja o silenciar el aviso de llamadas y mensajes entrantes.

- ¿Somos realmente conscientes del peligro que supone?

- En realidad, no tomamos consciencia de los riesgos a los que nos exponemos cuando  cometemos cierta acciones que están por fuera de la norma. Recordemos que las normas están preparadas teniendo en cuenta la multiplicidad de factores que afectan al ciudadano. Cuando se gestiona una norma, se consulta a todos los actores que tienen cierta experiencia en el campo.
De hecho, un nuevo estudio de la organización Luchemos por la Vida demuestra que en los últimos 13 años se cuadruplicó el uso de la telefonía celular durante el manejo de autos particulares, pasando del 4,1% de los conductores, en 2007, al 17,2%, en 2020. La investigación se centró en la ciudad de Buenos Aires, pero la realidad de las otras provincias difícilmente varíe.

En concreto, el uso del teléfono afecta nuestra conducción de diferentes formas, pues dificulta la reacción rápida en situaciones inesperadas, agrega Claudio Artaza Saade, perito judicial en seguridad vial y secretario de la fundación Alerta en el Camino. "Las principales causas de accidentes fatales son cuatro; entre ellas, la falta de atención", explica. El consumo de alcohol, la somnolencia y el exceso de velocidad completan ese listado trágico.

Con respecto al teléfono, cuenta que, además de WhatsApp, la gente se distrae con otras aplicaciones, incluso las de tráfico. "Entorpecen la atención de los conductores", concluye.