Por Rodolfo Casen y Homero Terán Nougués 06 Abril 2022
Cosecheros del limón: historias en los cortes de rutas
Los trabajadores impidieron la circulación en el puente Lucas Córdoba y en diferentes puntos de las rutas del interior. Permitieron el paso cada hora. Hoy volverán a protestar. Los obreros quemaron cubiertas, atravesaron ramas de árboles y exhibieron carteles. Se permitió el paso de ambulancias, pacientes con tratamientos ambulatorios y médicos
ENTRE LAS LLAMAS. Una moto pasa en medio de las columnas de humo que atraviesan el puente. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
Humo, enojos y quejas en el puente Lucas Córdoba
“Esto cuesta mucho porque uno tiene que trabajar a esta hora y ya está llegando tarde. Tenemos que cruzar caminando, vivo en Banda del Río Salí, lejos, ahora no sé cómo voy a hacer, ya voy a llegar tarde”, dice Rosa Giménez, empleada doméstica, mientras cruza el puente Lucas Córdoba a pie y piensa cómo explicarle a sus jefes la razón de su demora. La situación se repite desde las 8 hasta las 13, tiempo en el que permanecieron los jornaleros citrícolas pidiendo un aumento en el jornal que percibirán este año.
Entre los transeúntes, que sólo podían pasar caminando o en moto, circulaba la misma idea: el reclamo es legítimo, entendible, pero deberían pensar en otra forma de protestar que no perjudique a los demás trabajadores. “A mí no me parece mal que reclamen, me parece que está mal la forma en que reclaman porque están molestando a la gente que va a trabajar, que va al médico, a hacer trámites”, explica Verónica Carrizo, que cruza caminando el puente para ir al médico y ser atendida por su problema en el corazón.
Jorge Jerez, secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), encabeza el corte del puente Lucas Córdoba. Atrás suyo, los piqueteros sostienen un pasacalles con el nombre del sindicato que los nuclea. La violencia se apodera del lugar cada vez que alguien intenta pasar por la fuerza. Al mediodía la situación es más tranquila que en las primeras horas, las cinco columnas de humo negro que se levantaban sobre las llamas ahora son sólo dos y el humo pierde intensidad. La calma, sin embargo, se pierde apenas un camión avanza centímetros más de lo debido; los manifestantes, sin paciencia, arremeten golpeando al vehículo. Los policías de la zona interceden y el conductor no tiene más remedio que retroceder. “Volvé despacio para atrás”, le dicen un efectivo al camionero que acepta la derrota. “La golpeó a la chica cuando hizo para adelante, está loco el tipo nos quiere pasar por encima”, explica uno de los jornaleros a LA GACETA.
“Vivo súper lejos, vengo una hora antes y tengo que cruzar el puente caminando, que corro el riesgo de que me roben. Y todavía tengo que tomar un taxi, que hoy no dispongo de plata y mi jefe me lo abona”, afirma Rocío Guaitimalt, empleada de comercio, para graficar la situación.
Rodrigo Gómez también vuelve de San Miguel de Tucumán entre quejas. “Vivo en Lastenia y tuve que venir a hacer un trámite de media hora que me terminó llevando cuatro horas”, indica.
José Carlos elige no cruzar en moto porque considera que es un peligro. En su caso también debe ir en colectivo hasta el puente y pasar caminando para hacer un trámite en un banco. “La solución la tienen que dar los niños de la política”, ironiza.
Para Leandro Maldonado, 32 años, el reclamo debería pensarse desde otro ángulo, sin perjudicar a los trabajadores. “Realmente tendrían que, en vez de afectar a tanta gente, afectar al productor. No los dejen trabajar en la finca, que no cosechen. Si le tocás sus cosas va a ser más productivo el reclamo porque ahí se va a ver más afectado el productor, no nosotros que no tenemos nada que ver”, piensa.
La odisea de avanzar de piquete en piquete
Gestos de resignación en algunos y de bronca en otros. Son los rostros que se dibujaron entre los cientos de automovilistas y transportistas que, en la mañana de ayer, debieron soportar los cortes de rutas que practicaron los obreros autoconvocados del limón. La medida de fuerza, que continuará hoy, se lleva a cabo en reclamo de mejoras de su salario. El piquete más duro se plantó en los puentes sobre el río Medinas (Aguilares) de las trazas nueva y vieja. De eso dieron fe Ricardo y Daniel, choferes del transporte de pasajeros Flecha Bus que tenía como destino La Rioja. “En los cortes anteriores, de Famaillá, Acheral, Monteros y Arcadia, nos demoraron exactamente 10 minutos cada uno. Pero aquí ya llevamos casi una hora. Esta situación es preocupante principalmente por los niños y ancianos que viajan. Desde San Miguel de Tucumán hasta aquí, ya llevamos un retraso de casi dos horas” expuso Ricardo. A este colectivo aún le restaba sortear el otro corte sobre el arroyo Matazambi, en Alberdi. “No estamos en contra de sus derechos a reclamar un mejor salario, pero la forma de hacerlo, afectando a terceros”, apuntó su compañero.
Los docentes se vieron muy afectados. Es que los transportes interurbanos de pasajeros no circularon. Rebeca Palacio, de Concepción, contó que desde su ciudad hasta Alberdi debió trasladarse en autos rurales, realizando tres trasbordos con sobreprecios. Advirtió que la diferencia es de casi un 100%. “Esta protesta nos genera muchos trastornos para llegar a nuestras escuelas. Además de tener que pasar por medio del humo de las quemas de cubiertas y viajar apretados a veces en vehículos desvencijados, gastamos casi el doble”, contó mientras apurada ascendía a otro auto, de regreso a su casa. “Lo que nos preocupa es que los trabajadores dicen que van a continuar en las rutas en los próximos días” agregó. Juan Torres, de Salta, estaba sin preocupación en su auto, mientras charlaba con su esposa, en espera de que se liberase el tránsito. No estaba apretado por el tiempo en razón de que, ya jubilado, había salido con el fin de disfrutar unos días de recreación. “Mi destino es Córdoba, pero me desvié a esta ruta porque queremos pasar por Catamarca a visitar a la Virgen del Valle. Desconocíamos de estos piquetes. Salimos a las 4 de la madrugada y a esta hora ya tendríamos que estar en la catedral. Pero ya ve, estamos aquí varados. Se avanza de piquete en piquete” dijo resignado. Don Antonio Sachetti, de Las Tipas (Los Sarmientos) estaba varado del lado sur del puente sobre el río Medinas. “Desde hace 10 días tenía previsto salir a reabastecerme de alimentos para cerdos en Concepción. Y justo que salí hoy, porque ya me estaba quedando sin nada, se da esta protesta. Estoy aquí desde hace una hora. Y no puedo ni avanzar ni retroceder” dijo. La abogada Jorgelina Barquet trinaba de bronca al volante de su camioneta. Es que tenía audiencia presencial en tribunales de “La Perla del Sur” y permanecía sin poder pasar. “Ya me pasé del horario y estoy aquí varada. Hay tres puentes para avanzar a Concepción, pero en todos los piquetes son muy duros” dijo.
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