El teléfono no para de sonar. Osvaldo Jaldo desde Tucumán le informaba cómo estaba el conflicto citrícola. Una provincia sitiada y con efectos colaterales para el jefe de Gabinete, Juan Manzur. Una imagen negativa en la provincia que lo tuvo como gobernador (hoy en uso de licencia) repercute en su imagen. Por eso no dudó en pedirle al ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, que, si es necesario, resuelva el diferendo salarial entre el sector industrial y los gremialistas. Hubo un impasse. La provincia recuperó la calma. Pero el frente de tormenta política no cede. Manzur está en medio de una lucha de poder dentro del Frente de Todos. Mide cada palabra que emplea para no herir susceptibilidades. Esa ha sido una costumbre en su comportamiento político. Pragmatismo, dicen algunos. Manzur está sentado entre la puerta que da al despacho del presidente, Alberto Fernández, y la ventana que da hacia el Centro Cultural Kirchner. Paradojas del destino político; en medio de las aguas divisorias de un oficialismo que no cede en su diáspora. El nubarrón más peligroso es el de la inflación. En la charla con LA GACETA, el jefe de Gabinete señala que hay planes para combatir el aumento sostenido de precios, pero aclara que sólo son para mitigar sus efectos nocivos para el poder adquisitivo de la sociedad y para los costos empresariales. También está entre dos fuegos: tiene la misión de que empresarios y sindicalistas lleguen a algún tipo de acuerdo que frente la carrera del salario versus los precios. Por el despacho entran gobernadores. Fueron seis los que se contactaron con el sanitarista tucumano. Mientras LA GACETA estaba en la entrevista, por el teléfono, el pampeano Sergio Ziliotto le pedía precisiones para avanzar con un plan de obras. Fuera del despacho del G1 (es la denominación que la guardia interna de la Casa Rosada le da a la Jefatura de Gabinete) espera el formoseño Gildo Insfrán. Antes fue el turno del santiagueño Gerardo Zamora y del misionero Oscar Herrera Ahuad. El tucumano distribuye partidas presupuestarias por aquello del rechazo parlamentario al cálculo de gastos e ingresos para 2022. Antes de arrancar la entrevista, Manzur señala que, pese a los problemas, está tranquilo y seguro, como el presidente de la Nación.
- ¿Cómo evalúa la escalada de lucha entre el Presidente y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner?
- Esperemos que las diferencias se resuelven a la brevedad. Uno tiene que estar pensando más en las acciones que se adoptan para que la gestión de gobierno no se frene.
- Pero el Frente de Todos está viviendo un cisma a partir de las diferencias en la fórmula gubernamental…
- No estoy viendo una cuestión de política electoral. Falta mucho tiempo para eso y creo que correrá mucha agua por debajo del puente hasta que logremos ver qué sucederá antes del turno electoral. Estamos en abril de 2022. Hablar de política hoy no tiene sentido. Todo tiene su momento. Hoy es el momento de gestionar y mejorar la macroeconomía para que la Argentina se encamine hacia la senda del crecimiento. En eso estamos abocados.
- Desde hace varias semanas se viene mencionando que, ante las dificultades que atraviesa el Gobierno nacional, un escenario probable, en caso de que no se termine el mandato, es ir a una Asamblea Legislativa. ¿Qué opina de esta probabilidad que mencionan algunos sectores de la oposición?
- Eso es historia. No hay probabilidades de que eso ocurra. El presidente Alberto Fernández está trabajando como lo viene haciendo desde el primer día de gestión en tratar de cambiar la situación del país. Todos hemos visto en las condiciones que Alberto ha recibido a la Argentina, con un enorme endeudamiento, con una pandemia que ha contribuido a paralizar la economía, pero ahora la situación está cambiando. El presidente de la Nación sigue adelante con todo.
- ¿La inflación es lo más inquietante para la gestión? Se menciona que marzo dejará un índice elevado, superior al 6%, un escenario pocas veces visto, con un antecedente en tiempos de hiperinflación, a principio de la década de 1990…
- La inflación es un fenómeno económico que estamos viendo a nivel global. Es un escenario que prácticamente era desconocido para muchos países. Hoy Estados Unidos y también la Unión Europea observan que la inflación está emergiendo como fenómeno mundial, producto de una economía debilitada por el impacto en los precios que nos deja un conflicto como el que vemos entre Rusia y Ucrania. En la Argentina, no obstante, el Gobierno tiene acciones para que la inflación impacte lo menos posible. El combate contra el rebrote inflacionario será gradual y progresivo, porque el mundo está en esa sintonía.
- ¿Cree que los empresarios y los sindicalistas pueden contribuir para alcanzar la meta de reducir, gradualmente, la inflación?
- Uno no debe perder de vista que hay predisposición de las partes para poner cada uno su granito de arena, con el fin de mejorar las expectativas. Mi objetivo, desde el cargo que ocupo, ha sido y es contribuir a que la mesa de diálogo se mantenga. Y creo que hay sintonía para alcanzar el objetivo. Aquel diálogo está abierto.
- ¿Cree que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional contribuirá para que la Argentina haga los deberes fiscales con el fin de mejorar el perfil de su economía?
- Creo que el entendimiento está y se encaminó. Lo ratificó el Board del organismo. Y creo que resolver los compromisos asumidos por el endeudamiento asumido en la gestión anterior era una situación compleja que hoy está encaminado a resolverse. Vuelvo con lo anterior. A todo esto, el contexto económico se ha complicado por la situación global que ha distorsionado los precios de referencia y hoy lo podemos ver en el valor del gas, del petróleo y de las commodities agrícolas.
- En algún momento de este tiempo difícil que le tocó vivir en la Casa Rosada, ¿ha pensado en regresar a Tucumán, a ser nuevamente gobernador?
- Lo dije en reiteradas oportunidades y esta vez no será la excepción, hoy el gobernador de Tucumán es Osvaldo Jaldo. En ese aspecto, voy a ayudarle para que a Tucumán le vaya bien, ahora en este cargo que me ha dado la responsabilidad de conducir el propio presidente de la Nación. Todo lo que esté a mi alcance será en pos de la provincia que me hizo gobernador y también para contribuir a la gestión que viene desarrollando Osvaldo. Es pronto y prematuro pensar en un regreso. Mi lugar es Tucumán y por eso haré todo lo que esté a mi alcance para que le vaya bien. Trato todos los días de que ese objetivo se cumpla, más allá de las circunstancias. Sigo todos los días pendientes de lo que sucede en mi provincia, viendo en qué puedo ayudarle para que crezca. Hoy tenemos otra novedad importante con sentido regional: el gas para las industrias del Norte Grande está asegurado. Esas son algunas de las soluciones que el Estado le acerca a los privados para que puedan seguir produciendo.