“Un buen coach hace buenas preguntas”

“Un buen coach hace buenas preguntas”

Andrea Villarruel explica la labor que se desarrolla para ayudar a las personas a tomar decisiones. Pia Andújar y el desafío de abrir las miradas sin dar consejos. Cómo funciona una sesión de coaching.

MÉTODO DESAFIANTE. El coach cumple el rol de potenciador de habilidades de una persona o de un grupo para el logro de algún resultado. MÉTODO DESAFIANTE. El coach cumple el rol de potenciador de habilidades de una persona o de un grupo para el logro de algún resultado.

“¿Cuál frase responde a una actitud responsable o protagonista? La primera es ‘Llegué tarde porque el tránsito estaba fatal’, o la segunda, ‘Llegué tarde porque no preví que el tránsito podría estar fatal’”, interpela desde las redes sociales el equipo de la Escuela de Coaching Ontológico de Tucumán.

“El propósito de este posteo es que tomemos conciencia sobre las posturas que tomamos en las distintas situaciones que se nos presentan a lo largo de nuestras vidas. ¿Adoptamos una actitud responsable y nos hacemos parte de los problemas, o nos declaramos inocentes y responsabilizamos a los demás? Recordá que asumir que se es parte del problema es ser parte de la solución”, señalan en @coachingconciencia.

Desde hace tiempo los coach han tomado protagonismo en el mundo empresarial -y personal- y hoy celebran su día a nivel global. "El coaching profesional es un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo que inspira a las personas a maximizar su potencial personal y profesional”, según define la International Coach Federation. Lo cierto es que el coaching, desde sus inicios, está enfocado en tres aspectos: las relaciones humanas, el potencial del aprendizaje y el compromiso con el diseño de futuro y su concreción.

Así, un coach acompaña los procesos (individuales o colectivos) como potenciador de habilidades para el logro de algún resultado. Colabora con el cliente para potenciar sus capacidades a través de conversaciones desafiantes, enfocadas sobre explorar retos y obstáculos, con la finalidad de alcanzar metas y desarrollar planes de acción.

Según explican en su libro “Coaching para la conciencia”, “el cliente es el mejor conocedor de su situación. Por lo tanto, es el que mejor puede sugerir el camino para resolver sus problemas. El rol del coach es de crear el contexto y proporcionar las herramientas para que eso suceda”. Para esto, la persona deberá poner mucho trabajo, mucha práctica de su parte.

DAR UN RANGO DE ACCIONES. Pía Andújar precisa la labor de un coach. DAR UN RANGO DE ACCIONES. Pía Andújar precisa la labor de un coach.

Ponerse en manos de un coach es aceptar el acompañamiento dirigido a una persona o a un equipo que buscan un proceso de transformación personal que expanda su mirada, capacidad de acción y sus resultados.

“Por lo general, a la escuela se acercan personas que quieren algún resultado en su vida pero, por algún motivo, no lo está pudiendo generar por sí solos; entonces buscan el asesoramiento de un coaching que lo guiará mediante encuentros en donde hay mucha conversación, en donde se hacen muchas preguntas para que la persona vaya conectando con su sabiduría interior y encuentre sus propias respuestas. En ese proceso, la persona que concurrió amplía su manera de ver las cosas o cambia su visión limitante. Los coach no dan consejos, hacemos muchas preguntas que van abriendo la mirada de la persona que consulta y le muestran un rango de acciones posibles para que él elija”, explicó Pía Andujar .

“Es importante siempre que el coach esté habilitado por la Asociación Nacional, que es la que certifica o avala las escuelas”, insistió la referente de la escuela de Coaching Conciencia a LA GACETA.

Pensar el ahora

Andrea Villarruel tiene una vasta experiencia en el rubro y subrayó, durante todo el diálogo con LA GACETA, la importancia de estar presentes, en el aquí y el ahora, durante las sesiones de coaching. “Muchas personas están atascadas en el pasado con algunas cuestionan que lo tiran hacia atrás y otras pendientes del futuro, cuando lo central es estar en el presente para ver qué podemos hacer aquí y ahora”, remarcó.

Los pasos para avanzar en las sesiones son aprender que uno vive en un presente y poner el foco en el proceso de la vida de cada uno. “¿Qué querés para tu vida? Es una pregunta que dispara miles de respuestas y nos abre un camino a transitar. ¿Te gustaría tener una familia? ¿Ganar más? ¿Tener un mejor trabajo? Los coaches somos expertos en provocar nuevas plataformas de vida, pensadas como un modelo integral de vida. Trabajamos mucho en escuchar el alma de la persona y en observar las cegueras que se reflejan. Son las que una persona no puede ver por sí misma porque está inhabilitada para hacerlo. Pero, básicamente, un buen coach hace buenas preguntas”, sostuvo.

PROVOCADORES. Andrea Villarruel describe cómo se encara una sesión. PROVOCADORES. Andrea Villarruel describe cómo se encara una sesión.

En las sesiones, el coachee (aprendiz) se siente desafiado. “Es un desafío amigable, que no da miedo. Es como estar en una gran pileta con un gran trampolín delante y juntos vamos subiendo al primer piso y miramos la pileta; observamos y le mostramos lo que sucede. Mientras, le vamos preguntando: ¿estás preparado para tirarte?, ¿te parece que podés tirarte ahora? Y ahí vamos midiendo, abriéndole espacio para que pueda desplegar su ser y para que vea lo grandioso que es y reconozca sus propias habilidades. Es un camino de desarrollo y con ello la persona va encontrándose a sí misma y quien se tiene a sí mismo ¡ya ganó!”, concluyó.

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