LEÓPOLIS/ODESA, Ucrania.- Las imágenes de decenas de cuerpos de civiles, encontrados en Bucha, un suburbio de la capital ucraniana, tras la retirada de las tropas rusas, conmociona al mundo. Al menos 57 cuerpos a medio enterrar estaban en una fosa común, con signos de tortura, con las manos atadas y marcas de disparos.
“Conmocionados por las noticias sobre las atrocidades cometidas por las fuerzas rusas. La Unión Europea ayuda a Ucrania a documentar los crímenes de guerra”, dijo el jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, en Twitter. Añadió que todos los casos debían ser perseguidos por la Corte Internacional de Justicia.
La ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss, afirmó que había “cada vez más pruebas de actos atroces cometidos por las fuerzas invasoras en ciudades como Irpín y Bucha, y dijo que Londres apoyaría plenamente cualquier investigación de la Corte Penal Internacional”.
El hallazgo disparó una catarata de repudios contra Rusia, de pedidos para que e intensifiquen las sanciones contra el gobierno de Vladimir Putin y para que intervenga la Corte Penal Internacional ante lo que parecen crímenes de guerra.
El gobierno ucraniano y los testigos sobre el terreno acusan a las tropas rusas de haber perpetrado la masacre en Bucha y rogó a los países occidentales que tomen medidas mas duras contra Rusia, que ya lleva casi 40 días de invasión de su vecino.
Serhii Kaplychnyi, jefe de los socorristas locales, dijo que una decena de cadáveres eran visibles, algunos de ellos parcialmente enterrados. “Aquí, en esta gran tumba, 57 personas están enterradas”, dijo Kaplychnyi, que organizaba la recuperación de los cuerpos.
Oleksiy Arestovych, ayudante del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, relató que las tropas ucranianas habían encontrado cuerpos de mujeres que habían sido violadas y quemadas con fuego, así como los cuerpos de funcionarios locales y niños.
“Hay hombres asesinados cuyos cuerpos presentan señales de tortura. Tenían las manos atadas y fueron asesinados con disparos en la nuca”, dijo Arestovych a la televisión ucraniana.
Sergey Nikiforov, portavoz de Zelenski, comentó a la BBC británica: “Tengo que ser muy cuidadoso con mis palabras, pero parece un crimen de guerra”.
El Ministerio de Defensa de Rusia negó las acusaciones, y dijo que los videos y fotos de Bucha están “escenificados para consumo de los medios occidentales”.
Las imágenes de Bucha se conocieron después de que Ucrania informo este fin de semana que sus fuerzas habían recuperado el control de toda la región de Kiev y liberado ciudades de las tropas rusas. Los países de Occidente ya han intentado aislar económicamente a Moscú y castigarlo por la invasión, que comenzó el 24 de febrero. “La masacre de Bucha fue deliberada”, dijo en Twitter el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, describió las imágenes como “un puñetazo en las tripas”.
La ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, dijo que Rusia debe pagar por estos crímenes de guerra y el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó que su gobierno intensificará las sanciones.
“Putin y sus partidarios sentirán las consecuencias”, dijo el canciller alemán Olaf Scholz, y añadió que los aliados acordaran más sanciones esta semana.
La ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, dijo que la Unión Europea debe pensar en la prohibición para importar gas ruso, un cambio respecto de la anterior resistencia de Berlín a la idea de un embargo de las importaciones energéticas rusas.
El primer comentario público de Rusia sobre las acusaciones fue el del Ministerio de Defensa de Moscú. Describió las fotos y los videos de Bucha como “otro montaje del régimen de Kiev para los medios de comunicación occidentales”.
Periodistas de medios internacionales vieron personalmente cuerpos en una fosa común y otros todavía tirados en las calles. Los reporteros Simon Gardner, Zohra Bensemra y Abdelaziz Boumzar relataron que algunos cuerpos llevaban “días, sino semanas”, en descomposición en plena calle. “Los vecinos contaban que los habían matado durante aquel mes largo de ocupación”, dice el reportaje, acompañado por numerosas pruebas fotográficas de aquella matanza.
El alcalde de Bucha, Anatoliy Fedoruk, mostró a los periodistas dos cadáveres con telas blancas atadas alrededor de los brazos, uno de los cuales parecía haber recibido un disparo en la boca.
El alcalde Fedoruk dijo que, en Bucha, a 37 kilómetros al noroeste del centro de Kiev, unos 300 residentes fueron asesinados durante un mes de ocupación por el Ejército ruso. (Reuters-Especial)