El ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, escribió un largo artículo en diario británico a través del cual objeta el trato que da el Reino Unido a la Argentina, a partir de la guerra por la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas.
A 40 años del conflicto bélico, el canciller brindó su punto de vista a través de un texto publicado en The Guardian.
En el título, Cafiero remarca que, tras cuatro décadas, "Gran Bretaña todavía actúa como si la disputa estuviera resuelta", pero "no es así".
"La búsqueda de la soberanía de mi país no terminó en 1982", afirmó el funcionario de Alberto Fernández. E instó al Reino Unido, "de acuerdo con las resoluciones de la ONU, a reanudar las negociaciones".
El canciller, al inicio del texto, rindió un homenaje a "los soldados argentinos y británicos caídos allí que perdieron la vida". La fecha, añadió, "también debe llevarnos a reflexionar por qué, a cuatro décadas del cese de hostilidades, Argentina y el Reino Unido no han podido retomar un diálogo sustantivo para resolver la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y el áreas marítimas circundantes, a pesar del llamado hecho por la comunidad internacional a través de resoluciones de la ONU".
"Los acontecimientos inmediatos que desencadenaron la guerra y los detalles del conflicto en sí son bien conocidos por el público británico. Pero a menudo se olvida que, durante un período de 16 años a partir de 1965, hubo un proceso de negociación bilateral entre Argentina y el Reino Unido que estuvo en línea con el mandato de las resoluciones de la ONU. Fueron verdaderas negociaciones sobre el fondo del asunto, la soberanía. En ese lapso de tiempo se exploraron diversas alternativas concretas que ayudaran a resolver el diferendo entre nuestros países, tomando en cuenta los intereses de los habitantes de las islas", remarcó Cafiero.
Y advirtió: "El Reino Unido alega que no existe disputa de soberanía sobre estos territorios. ¿Por qué entonces el gobierno británico negoció con Argentina durante ese período?".
En ese contexto, Cafiero sostuvo que la Argentina "no es una amenaza para nadie". "Tenemos un mandato claro a nivel constitucional. La constitución argentina subraya dos aspectos importantes de ese mandato: afirma que la recuperación de la soberanía es un objetivo inalienable del pueblo argentino, y también afirma que debemos buscarla únicamente por medios pacíficos, de conformidad con el derecho internacional y respetando la forma de vida de los habitantes de las islas", expresó.
Y apuntó que, "a pesar de ello, el Reino Unido mantiene una importante base militar en el Atlántico Sur, realiza ejercicios militares periódicos en la zona en disputa" y "mantiene restricciones a la venta de artículos militares de doble uso a Argentina".
"Me gustaría enfatizar que el Reino Unido se reserva restricciones de esta naturaleza para los países responsables de violaciones graves de los derechos humanos. Estas restricciones se han ampliado para incluir tecnologías sensibles, lo que genera dudas sobre la fiabilidad de Gran Bretaña como proveedor de este tipo de equipos", indicó Cafiero.
Y remarcó que, "más allá del hecho de la disputa de soberanía, resulta incomprensible que ese trato se le dé a nuestro país, que ha disfrutado de 40 años de democracia ininterrumpida".
Otros conceptos de Santiago Cafiero en The Guardian
- "Creemos que ningún resultado de ninguna guerra puede resolver una disputa reconocida por la comunidad internacional. Esto sentaría un precedente peligroso. El conflicto de 1982 no alteró la naturaleza de la disputa entre ambos países, que aún está pendiente de negociación y resolución. Por eso, en noviembre de 1982, la asamblea general de la ONU adoptó la resolución 37/9 , que solicita a ambos países que reanuden las negociaciones para encontrar lo antes posible una solución pacífica a la disputa de soberanía".
- "El Reino Unido y mi país son democracias vibrantes, con economías relevantes (de hecho, ambos somos miembros del G20). Colaboramos en temas clave de la agenda internacional como la pandemia y la protección de los derechos humanos y, sobre todo, compartimos valores fundamentales y una visión de un orden mundial basado en reglas. Y, sin embargo, en la agenda del Atlántico Sur, nos comportamos como si el conflicto hubiera ocurrido ayer".
- "El gobierno argentino ha presentado recientemente propuestas concretas para avanzar en la conectividad entre las islas y la Argentina continental a través del restablecimiento de vuelos regulares. Más vuelos significan más comercio, más turismo y más diálogo, como lo hemos tenido en el pasado".
- "Tenemos una agenda positiva en la que la cooperación es posible y deseable. Podemos y debemos continuar trabajando juntos en temas tanto globales como bilaterales. En particular, debemos buscar construir una relación comercial bilateral más floreciente, que actualmente está operando muy por debajo de su potencial".
- "También hemos avanzado mucho en los últimos 40 años en materia humanitaria, identificando los restos de soldados argentinos que cayeron en las islas durante el conflicto y allí están sepultados: gracias a la intermediación neutral del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) , pudimos identificar los restos de más de 120 excombatientes argentinos y dar una respuesta a sus familias, luego de tantos años de incertidumbre".
- "La ONU llama a resolver la disputa de soberanía por la vía pacífica, como forma de poner fin a esta especial y particular situación colonial. Ha habido declaraciones de la Organización de los Estados Americanos, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Cumbre Iberoamericana, Mercosur y otros".
"Sin embargo, la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes sigue sin resolverse. Pretender que no existe o que no crea obstáculos en nuestra relación bilateral es ingenuo. Ningún gobierno argentino cesará en su búsqueda de nuestro reclamo soberano. Esto no impide que avancemos en áreas de interés común, pero debemos ser conscientes de que sin un diálogo franco y constructivo en torno al Atlántico Sur, nuestra relación no podrá alcanzar todo su potencial".