Más allá del coronavirus: advierten sobre la necesidad de detectar y tratar la tuberculosis

Más allá del coronavirus: advierten sobre la necesidad de detectar y tratar la tuberculosis

El médico Héctor Sale advierte sobre la necesidad de recuperar la detección precoz y el tratamiento de pacientes con tuberculosis.

ENFERMEDAD FATAL. Aunque tiene cura, la tuberculosis sigue siendo mortal. ARCHIVO LA GACETA ENFERMEDAD FATAL. Aunque tiene cura, la tuberculosis sigue siendo mortal. ARCHIVO LA GACETA

La pandemia de coronavirus ha consumido las ganas y los recursos de los sistemas sanitarios del mundo entero. De hecho, relegó las luchas contra otras enfermedades, como la tuberculosis, considerada la más mortífera de las infecciosas hasta la llegada de la covid-19, explica el doctor Héctor Sale, jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Avellaneda.

Tras la conmemoración del Día Mundial de la Tuberculosis, el médico advierte sobre la necesidad de recuperar la detección y el tratamiento de los pacientes. "La tuberculosis lastima principalmente a los pulmones y se manifiesta con una tos crónica, durante más de 15 días, fiebre prolongada, especialmente de noche, y pérdida de peso", describe. Además, puede afectar a otros órganos, como los riñones, el cerebro y la columna vertebral, añade.

"Hasta ahora, usamos la vacuna BCG que utiliza al bacilo bovino atenuado. Pero solamente previene formas severas, como la meningitis tuberculosa".

"Constituye un grave problema de salud pública, ya que muchos infectados pueden contagiar a gente con comorbilidades. En la Argentina, se notifican aproximadamente 12.000 casos anuales, de los cuales unos 300 son detectados en Tucumán. En promedio, el 80 % de los enfermos son adultos", prosigue Sale. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 las muertes por tuberculosis aumentaron por primera vez en una década a 1,3 millones de víctimas, un 5 % más que en 2019.

- ¿Qué hemos aprendido de las pandemias de ayer, de hoy y de mañana?

- Las pandemias pasadas y la presente nos han dejado un sabor amargo por el enorme daño que nos han provocado como humanidad, especialmente por las pérdidas de vidas, por los enfermos que quedan con secuelas, por las repercusiones en las actividades económicas y laborales y por el impacto en la educación. Hay que aprovechar el impulso de esta crisis sanitaria y reconocer que la infraestructura en salud pública es prioridad.

- ¿Qué ha cambiado tras el coronavirus?

- Hasta antes de 2020, la tuberculosis era la enfermedad infecciosa que más muertes provocaba, especialmente entre los inmunocomprometidos. Instalado el coronavirus, se nubló más el panorama: vimos muchos infectados de covid que padecían, además, cuadros de tuberculosis avanzada debido a que no habían consultado oportunamente por la pandemia. Los tucumanos, al igual que lo que ocurre en otros países, aún no podemos desterrar a esta enfermedad milenaria, que tiene infectada a un tercio de la población mundial.

- ¿Cuánto se tardará en revertir lo que se ha perdido con la pandemia?

-  Se debe tener en cuenta que un enfermo de tuberculosis no tratado puede infectar a 15 personas en un año. Y que debido a las dificultades socioeconómicas y a la mala adherencia de los pacientes al tratamiento, se están propagando formas de tuberculosis resistentes, para las que se requiere de atención más compleja y prolongada.

Aunque las comparaciones suelen ser poco amables, lo cierto es que la covid fue declarada pandemia por la OMS en 2020 y afortunadamente ese mismo año aparecieron las vacunas en su contra. La tuberculosis ha sido calificada como emergencia en 1993 y todavía no se ha podido controlar. ¿Por qué? "Hasta ahora, usamos la vacuna BCG que utiliza al bacilo bovino atenuado. Pero solamente previene formas severas, como la meningitis tuberculosa. Se encuentra en estudio otra vacuna, pero aún faltan varios ensayos", reconoce Sale.

Más allá del coronavirus: advierten sobre la necesidad de detectar y tratar la tuberculosis

Uno de los escollos para combatir la tuberculosis o TB, por sus siglas, radica en que la bacteria que la causa se encuentra presente en cerca de un cuarto de la población mundial, según la OMS. Y desde ese estado latente, la infección puede volverse activa cuando se agudizan otros factores, como la pobreza y la desnutrición. De hecho, el último informe del organismo internacional califica a la tuberculosis como una enfermedad de la pobreza.

"Es curable y prevenible. Para eso, se deben combatir los determinantes sociales y proteger a las personas de riesgo", concluye Sale, luego de participar de una jornada de concientización sobre la salud física y psíquica de los enfermos, efectuada en el hospital Avellaneda.

La tuberculosis es causada por la bacteria mycobacterium tuberculosis. Se transmite de persona a persona a través del aire. Cuando un infectado tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos. En la Argentina, se estima que un 30 % de la ciudadanía tiene la infección latente; es decir, que en algún momento se contagiaron y, afortunadamente, las defensas de sus organismos las protegieron. Pero si se desarrolla la enfermedad, la tasa de mortalidad suele ser alta.


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