La incidencia de la pobreza y la indigencia resulta de la capacidad de los hogares de acceder a la canasta básica alimentaria (CBA) y a la canasta básica total (CBT) mediante sus ingresos monetarios. En ese aspecto, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) explicó que la baja obedece a dos cuestiones centrales. Por un lado, en promedio, el ingreso total familiar aumentó un 23,8% respecto del período anterior. A su vez, las canastas regionales promedio aumentaron 17,9% (CBA) y 16,5% (CBT). “Es decir, los ingresos en el período estudiado aumentaron más que las canastas, lo que explica la reducción de la tasa de pobreza e indigencia del conjunto de la población en el promedio del semestre”, señala el informe oficial.
Teniendo en cuenta que la brecha de la pobreza es la distancia entre los ingresos y las canastas de los hogares pobres, se observó que la brecha de la pobreza de los hogares se ubicó en 36,9%. En tanto que el ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $ 46.712, mientras la CBT promedio del mismo grupo de hogares alcanzó los $ 74.059 mensuales. En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, se destaca que más de la mitad (51,4%) de las personas de 0 a 14 años son pobres.