La semana pasada, el presidente, Alberto Fernández, anunció antes de que se cierre el acuerdo por la refinanciación de la deuda con el FMI, que “el viernes (25 de marzo)” comenzaba “la guerra contra la inflación”. Los dichos del jefe de Estado fueron casi en paralelo con de los datos de la inflación de febrero, que subieron 4,7% (74,5% anualizado) y el aumento en conjunto de alimentos y bebidas que trepó 7,5% (138,2% si se anualiza esa cifra).
A casi una semana de aquella expresión presidencial, no se verificaron cambios efectivos pero si polémicas ante sus nuevas manifestaciones en busca de los responsables referidas a los “diablos” que suben los precios y a la “inflación autoinfligida”. Por esta razón, el Gobierno tiene premura en acordar con los empresarios y los gremios los postergados anuncios de las medidas orientadas a frenar la suba de precios, garantizar estabilidad en la oferta y retrotraer los valores de productos en góndola, por los productos con aumentos que “no tienen ninguna justificación”, y los que no respetaron los programas de Precios Cuidados.
Durante la semana las conversaciones con los distintos sectores empresarios y de súper no llegaron a resultados concretos y hasta la comunicación resultó confusa. Por caso, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, anunció el acuerdo con la Cepal para retrotraer los precios al 10 de marzo, pero luego los supermercadistas negaron el arreglo. Sin embargo, en la Rosada son optimistas y creen que podrían hacer anuncios concretos “en los próximos días”.
De acuerdo con fuentes oficiales, la intención del Gobierno es crear canastas reducidas de productos con Precios Cuidados que brinden “mayor estabilidad” -en la que se incluyen además de los súper los comercios de cercanía o barriales- y trabajar con el mercado central para bajar los valores en los frescos.
En lo inmediato, también se incluye en el “frente de batalla” oficial el acuerdo del martes pasado con representantes del sector panadero, el establecimiento de nuevos precios de referencia según los cuales el kilo de pan no podrá superar los $ 270 en todo el país. Dentro del plan del Fondo Estabilizador para subsidiar la suba del trigo, también se acordó precios con la Asociación de Propietarios de Pizzerías, Casas de Empanadas y Actividades Afines, y fabricantes de pastas.