Un nuevo brote de coronavirus puso en alerta a las autoridades sanitarias de China, que decidió confinar a millones de personas en la zona este del distrito financiero de Shanghai.
Se calcula que la mitad de los 24,9 millones de habitantes de esa ciudad quedarán expuestas a las medidas, adoptadas después de que se confirmaran 50 nuevos casos domésticos y 10 importados, así como 3.454 contagiados asintomáticos.
La cuarentena tendrá una vigencia de nueve días a partir de este lunes. En ese tiempo se realizarán dos rondas de pruebas masivas por distritos para detectar la infección a los dos lados del río Huangpu que divide a la ciudad.
Los túneles y puentes que conectan a las dos partes de la ciudad estarán cerrados y tampoco funcionará el transporte público.
Además se anunció que los trenes no se detendrán en las estaciones ferroviarias de Shanghai, mientras que las compañías y las oficinas volverán a trabajar de forma remota, solo seguirán funcionando con normalidad las instituciones esenciales, así como el servicio de entregas a domicilio y las agencias sanitarias implicadas en las jornadas de pruebas masivas de coronavirus.
Durante el domingo, China confirmó 1.275 casos y 5.134 asintomáticos.