El campo asume que, mientras el Frente de Todos escriba su historia de poder, seguirá tocándole el rol del malo. Así, se expone a la repulsa del Gobierno, que es considerado un socio en las ganancias que los productores pueden obtener fruto de su trabajo cotidiano, pero que no ha mostrado signos de hacer los deberes para bajar el gasto público. Tampoco ha tomado otras medidas para acompañar al esfuerzo colectivo de ajustarse a la realidad económica de una Argentina en crisis permanente. Antes, en 2008, como ahora, 14 años después de la rebelión del campo contra la Resolución 125 de retenciones móviles, el campo sigue siendo visto como el enemigo con ese estilo de gobernanza que el kirchnerismo ha impuesto y que la actual gestión ha adoptado como propia, afirma a LA GACETA el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino. Durante la entrevista telefónica concedida a nuestro diario, el productor agropecuario y comercializador de carnes señaló que esa visión oficial sesgada de la realidad lleva a funcionarios como el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, a tildar de especuladores a los hombres del campo. “Sabemos que la realidad es otra, que esos mismos productores no especulan, sino que todos los días se levantan a producir por el país”, indicó Pino.
-¿Por qué creen que siempre son los malos de la película que el Gobierno exhibe?
-La cosa no es tan complicada como se pinta. Este Frente de Todos que gobierna la Argentina es muy diverso, pero a medida que se toman decisiones van saltando cosas de una de sus líneas, el kirchnerismo, con un estilo de gobernanza que siempre busca un enemigo para sentirse más cómodo. Y esto viene observándose desde hace años, en los que esa línea interna del oficialismo ve al campo como un enemigo ideal, el de mayor productividad de la Argentina. Es una actitud muy fea la que toma el Gobierno al destratar al productor tildándolo de oportunista y egoísta. Lo que pasaba en 2008, cuando la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner hablaba del yuyito (por la soja) y de los piquetes de la abundancia con las 4x4, se repite en el presente, 14 años después de aquellos dichos y acciones. Parece que no se aprendió nada.
-¿Les dolió que Feletti les diga que especulan “para comprarse 4×4 y más departamentos en Miami”?
-Las 4x4 son nuestras herramientas de trabajo. Pero no hace falta más que repasar las noticias para darse cuenta de que gran parte de la gente de la política es la que compra esos departamentos en Miami. La del secretario de Comercio es una declaración muy berreta, fuera de lugar, y lo preocupante es que la hace un funcionario de alto nivel del Gobierno que pareciera desconocer totalmente la realidad del sector agropecuario, el más potente de la Argentina. Es penoso el comentario que hizo.
-Ahora el Gobierno espera la cosecha gruesa para captar más divisas...
-El campo viene aportando miles de millones de dólares en concepto del mal habido derecho de exportación, mientras la pobreza sigue avanzando en la Argentina. Nuestro país es difícil para vivir. La presión impositiva que se ejerce no sólo la padecen los sectores productivos, sino la sociedad toda, cualquier trabajador. Esa presión fiscal es feroz, pero del lado de la política no se hace nada. El presidente de la Nación (Alberto Fernández) le declara la guerra a la inflación, pero no habla de bajar el gasto público. Vivimos en un país con una altísima inflación, que estará por encima del 60% anual, más allá del acuerdo con el FMI, y un déficit fiscal que sigue siendo tremendo, mientras la política mira para otro lado. Parece que mira otra película; ven la realidad de otro lado.
-¿Ese cuadro de situación económica torna más difícil para producir?
-El trigo es muy importante para la Argentina y el año pasado tuvo una cosecha récord que superó las 20 millones de toneladas. Por la situación global, el valor de ese producto subió mucho en el último tiempo. Los productores que siembran están por encarar la nueva cosecha fina y, seguramente, se van a encontrar con valores de fertilizantes, de urea y otros insumos para producir con valores tremendamente más caros por esta situación de guerra en países exportadores de esos insumos. Todo esto genera incertidumbre, cuando la Argentina tendría que decir que sembrará más trigo frente al crecimiento de la demanda mundial. Los costos serán altísimos y, por esa razón, los productores tal vez siembren menos. Entonces, menos inversión en las plantaciones y menos siembra ya sabemos cual puede ser el resultado: los rindes después hablan. No es tan difícil de entender esta situación para el Presidente que debería estar agradecido del aporte que el campo hace y ha hecho en los últimos 20 años o más al país. Debería decirle a los productores, muchachos siembren más, y pensar en darle facilidades para comprar insumos. No puede ser que cada vez que el Gobierno intente raspar la olla siempre sea el campo el perjudicado. El campo sólo quiere previsibilidad y facilidades para potenciar sus producciones.
-¿Fueron convocados por el Gobierno en el marco de estas charlas por precios y salarios?
-No. De ninguna manera. Creo que mis colegas (de la Mesa de Enlace) tampoco ha recibido llamadas del Gobierno en tal sentido. Vi que se convocó a la Unión Industrial y a otros sectores. Si es en función de mejorar esta situación difícil, bienvenida sea la convocatoria. Los referentes de la Mesa de Enlace dijimos en el Congreso que no pedimos nada, sino que ofrecemos nuestra capacidad de trabajo. Lo único que queremos es que no nos cambien las reglas de juego.
-El Gobierno insiste en la alta concentración en pocas manos de las tierras. ¿Es así?
-Tiene una visión errada. No está en pocas manos. Hay fincas de productores de distintos tamaños y volúmenes. Frente a situaciones como la que vivimos, algunos tienen espalda para aguantar mejor. Hoy hay una atomización de productores porque tenemos un país tan grande en todo sentido. Lo observamos en la Pampa Húmeda, pero también en el NOA, en el NEA y en la Patagonia. Cada región tiene su propia realidad, con períodos de catástrofes climáticas, de seca, de inundaciones y de incendios. Pero siempre lo vemos trabajando; ahora más, después de dos años de pandemia, pero siempre en el campo, porque ese es su estilo de vida. Nos dedicamos a esto; no somos una empresa x que, frente a las dificultades, hacemos las valijas y nos vamos al país del frente. A la tierra no la podemos llevar. Vamos a seguir aquí.
-¿Apostando por el país?
-Ciento por ciento. No hemos sido ni somos aliados a un gobierno de turno, sino a la Argentina. Somos parte de la historia de la Argentina y, en gran medida, ese país se puso en valor con el campo.
-¿Qué siente al ver a los productores otra vez al costado de la ruta protestando contra las políticas oficiales hacia el campo?
-Vamos al principio de la charla. Pasaron 14 años y volvemos a estar en la misma situación (de enfrentamiento), aunque hay algunas diferencias respecto de 2008, que está lejos de lo que es hoy. Hace 14 años no teníamos índices de pobreza y de indigencia que dan vergüenza. En 2008 teníamos un Banco Central con reservas; hoy no. También teníamos un Congreso diferente al actual. Siento (que la protesta) está bien y que el productor se manifieste de alguna manera para exteriorizar su enojo, pero el camino es diferente. Más allá de las reuniones y de las asambleas, muchos productores me hablaron para que hagamos una movilización masiva en algún centro urbano del país. Pero para nosotros, es otro el trabajo que hay que hacer. Hay que darlo en el Congreso y en eso estamos.
-¿Vuelven al Parlamento esta semana?
-Vamos a la Cámara de Senadores, porque creemos que allí es donde más hay que trabajar frente a los proyectos girados por el Ejecutivo. Si bien pudimos hablar en Diputados, los que nos produjo alegría, también nos fuimos con un gusto amargo. Mire a la altura del mes que estamos y el Congreso no puede terminar de constituir las comisiones. La bicameral, por ejemplo, es tan importante para tratar los decretos de aumentos de alícuotas de los derechos de exportación a aceiteros más el fideicomiso del trigo, pero no está constituida. Entonces, ¿qué hace la política? Nos exigen todo el tiempo a todos los que trabajamos, pero esta gente no se muestra operativa.
Mensaje
“Tenemos que seguir para adelante. Esta es nuestra forma de vida y nos apasiona hacerlo, más allá de los gobiernos que nos complican el camino. La Argentina está en una situación difícil, pero con un futuro alentador por la situación del mundo. Esperamos que el Gobierno y el Presidente sepan captar este momento para hacer un país más justo para vivir”.