Visiones de una batalla subterránea
Un clásico de Fogwill
NOVELA
LOS PICHICIEGOS
RODOLFO FOGWILL
(Interzona - Buenos Aires)
Los Pichiciegos es tal vez el título que más lo referencia. Aún hoy se dice que es uno de los mejores relatos sobre Malvinas, aunque sea ficción. Fue escrito en 1982 y publicado al año siguiente. “Al escribirla, estaba lejos del autor cualquier preocupación sobre el acontecimiento. Como decía por entonces -digo-, estaba escribiendo sólo acerca de mí, de la revolución, la contrarrevolución, el amor, el comercio, la democracia que sobrevendría”, escribe Fogwill en la contratapa de la edición de Interzona.
“No está claro cuánto tardó en escribirlo, pero eso no es lo importante. Aunque él dijo que le llevó tres días bajo los efectos de la cocaína, algunos de sus amigos dicen que lo hizo en dos meses. Otros afirman que fue en un mes. Aunque el propio Fogwill primero dijo que fueron seis días y después bajó a tres. Me gusta que no quede claro cuánto tardó. Lo cierto es que muchos lo conocieron en los 80, por ese libro”, comenta Patricio Zunini, autor de Fogwill, una memoria coral.
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Secuelas
Historia de un rumor de la posguerra
INVESTIGACIÓN
LA LLAMADA
FEDERICO LORENZ
(Edunt - Tucumán)
Se trata de un trabajo historiográfico sobre la guerra de Malvinas. Narra con justeza el desconcierto y el horror, que muchos de nosotros vivimos, haciendo un giro sobre los acontecimientos para señalar un hecho común y sintomático de toda guerra: la aparición de leyendas, historias o mitos de guerra, en los que se superponen creencias, falta de información y angustias del colectivo social. Esos rumores, piensa Lorenz, son el reflejo de una conciencia masiva y circulan en la medida en que revelan los resortes más ocultos de una sociedad. Ellos, potenciados por películas, libros, poesías y pinturas, hacen comprensible, o así lo creemos, lo que sucedió. Un relato siempre rompe el silencio y deja a la vista odios, dolor y resentimientos que marcan a un grupo social. “La llamada” es uno de esos hechos, jamás comprobados, por el cual un soldado de Malvinas, mutilado, se suicida al regresar de la guerra y no ser aceptado por su familia.
El autor hace pie en ello para mostrar con solvencia lo que aquella sociedad argentina de los 80 todavía ocultaba: no sólo el desatino de llevar jóvenes no preparados a una guerra absurda -que dejó mutilados y discapacitados mentales- sino también un modo de ocultar de una dictadura militar responsable de asesinatos y desapariciones cuya existencia recién comenzaba a mencionarse.
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Diario de la madre de un conscripto
Cartas de chicos dirigidas a otros chicos
TESTIMONIO
GUERRA DE MALVINAS. DIARIO DE UNA MADRE
GLADYS A. COVIELLO
(Ediciones del Parque - Tucumán)
Es impensable leer este “Diario de una madre” sin una admiración y un agradecimiento conmovidos por su autora: Gladys A. Coviello. Madre de uno de los conscriptos enviados a la guerra de Malvinas, desesperada por conocer el destino de su hijo, estableció en Hurlingham -donde se desempeñaba como maestra- su centro de operaciones, induciendo a sus alumnos a escribirse con los combatientes y darles ánimo.
En la base aérea del Palomar, desde donde salían y volvían los aviones Hércules a las Malvinas, ella llevaba y traía cartas de y para los muchachos. Y lo hacía con una energía temeraria, que le valió la sanción y la expulsión de sus cátedras. A medida que la guerra empezaba a mostrar la realidad antes escamoteada de nuestra derrota, las autoridades militares retaceaban más y más la verdad y los soldados argentinos eran aislados, incomunicados, parias.
Como una patética metáfora de tanta desolación, el libro está atravesado por cartas tan mal escritas como bien intencionadas, de soldados hambrientos no sólo de pan sino de amor, para decirlo evangélicamente. Y de chicos que, desde la paz de sus hogares, retribuían esos mensajes y acercaban su solidaridad y su esperanza.
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Amor y tragedia en el año de Malvinas
Los efectos de la represión
NOVELA
1982
SERGIO OLGUÍN
(Alfaguara - Buenos Aires)
En 1982 Sergio Olguín nos entrega una historia de amor, una historia trágica que al mismo tiempo se plantea como reescritura de la Fedra de Racine. En la tragedia de Racine Hipólito es asediado por Fedra cuando su padre Teseo se va a la guerra. A la inversa que en el texto francés, acá Pedro, un muchacho argentino, hijo de Augusto Vidal, un militar que va a Malvinas queda prendado de Fátima, su madrastra, una tucumana reina de belleza que se casó con su padre cuando él tenía nueve años y le dio una media hermana que tiene dos años. Es el hijo rebelde, que se apartó del mandato de seguir la carrera militar orgullo ostentado por toda la familia.
Toda la novela transcurre en el año 82 y cierra un año después, el último capítulo se llama 1983, ocurre cerca del 2 de abril de 1983. Un año bisagra en la historia argentina que marca el comienzo del final. La ausencia del padre destinado a Malvinas lo convierte en el hombre de la casa. Si bien el estudiante de Letras está iniciándose en el amor, se produce de modo inesperado el encuentro del amor con Fátima.
El regreso del teniente coronel Augusto Vidal, un cuestionado héroe que se batió en las islas, desencadena la huida de la pareja a una playa.
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Una novela de iniciación sobre la guerra
Un explosivo que detona en la superficie de la vida
NOVELA
CUANDO TE VI CAER
SEBASTIÁN BASUALDO
(Hojas del sur - Buenos Aires)
En Cuando te vi caer, la guerra de Malvinas es el río de fondo, la corriente profunda e invisible que corroe la superficie de la realidad. Lautaro es un joven que ha quedado sin padre y que convive con su madre, sus abuelos y con un padre no biológico, el novio de su madre. Ese hecho simple condiciona la estructura y la mirada de los hechos. Cuando te vi caer no sería la misma novela si estuviera narrada por la madre de Lautaro o por el abuelo. Parte del logro formal y material de Cuando te vi caer tiene que ver con la elección del narrador y el punto de vista. El que narra es Lautaro y es el que cuenta cuánta admiración siente por Francisco, el ex combatiente, el héroe de la guerra y de su vida.
La guerra es un poderoso explosivo que detona, lentamente, en la compleja superficie de la vida. La punta del iceberg es el cuerpo de la novela y en esa piel propicia y cotidiana sucede la atribulada vida de los personajes. Es impactante la trayectoria de Francisco y, sobre todo, es notable cómo repercute esa existencia anodina y crucial en Lautaro y cómo configura, a partir de ahí, el camino de aprendizaje de Lautaro.
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Un cementerio secreto
La guerra íntima y tenaz de los familiares de los muertos
CRÓNICA
LA OTRA GUERRA
LEILA GUERRIERO
(Anagrama - Barcelona)
En un volumen breve, la autora cuenta la historia del cementerio argentino en las islas Malvinas. La historia es compleja y empieza en 1982, en plena guerra, y el primer personaje real del sinuoso y oscuro recorrido es un soldado inglés: Geoffrey Cardozo. Cardozo recibe el encargo del gobierno británico de dar sepultura a los argentinos caídos en combate. La tarea de Cardozo es pulcra y meditada, a pesar de la urgencia de la hora. No todos los vivos piensan lo mismo. Guerriero da cuenta de esa diversidad de opiniones. El oficial Geoffrey Cardozo cumple el encargo luego de que el gobierno militar argentino se niegue a traer a los soldados por una cuestión semántica y política: Gran Bretaña sostiene que los soldados argentinos deben ser repatriados y eso implica pensar que las islas son inglesas. El gobierno de Galtieri no informa a los familiares del trabajo de Geoffrey Cardozo y tampoco comunica el lugar en el que fue construido el cementerio. Durante 30 años madres, padres, hermanos y hermanas no conocen la localización de las tumbas. Dice Guerriero: “en los aniversarios de la guerra los medios argentinos comenzaron a publicar imágenes de ese sitio de pulcritud vascular, una geometría perfecta sacrificada por el viento a las que muchos creían un espacio simbólico, vacío”. Y agrega: “Durante ese tiempo el oficial inglés Geoffrey Cardozo conservó una copia de su informe, convencido de que el Estado argentino lo había dado a conocer a los familiares. Pero en 2008 supo que no: que los familiares ni siquiera sabían de su existencia”.
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Los halcones de las islas
Historias de pilotos argentinos
TESTIMONIOS
EXPERIENCIA DE HALCÓN
ROSANA GUBER
(Sudamericana - Buenos Aires)
En Experiencia de Halcón se vislumbra una interesante investigación sobre el rol de ciertos escuadrones de la Fuerza Aérea Argentina en Malvinas, los que el tiempo consagraría como una de las facciones militares con mejor rendimiento en aquel conflicto. La autora describe, sin caer en el tecnicismo apático ni un forzado estilo, las historias de vida de esos pilotos, de su preparación militar, sus aviones y su experiencia en Malvinas, de manera que la elegía heroica no se impone en una primera lectura, sino que surge como conclusión necesaria luego de conocer el relato personalísimo de aquellos militares en el devenir de la guerra.
El libro destaca las historias de tres tucumanos: Antonio Zelaya (cuya imagen aparece en la cubierta), Carlos Varela y Luis Cervera. Es innegable la sensación de orgullo al leer sus nombres en las páginas de este recomendable trabajo.
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Reconstrucción documentada de la guerra y sus consecuencias
De la caída de Viola al fin del Proceso
INVESTIGACIÓN
1982
JUAN BAUTISTA YOFRE
(Sudamericana - Buenos Aires)
Documentos. Y reproducciones de grabaciones. Y documentos. E intrigas de poder. Y documentos. Y protagonistas con nombre y apellido, que llenan 20 páginas del índice onomástico. Y más documentos. Para Juan Bautista Yofre, ese alarde de papeles es el mayor valor de su libro. Pero 1982 presenta, cuanto menos, dos virtudes más. La primera de ellas: está bien escrito. No es una sedimentación de textos oficiales.
La caída de Viola, la “coronación” de Galtieri, el plan para recuperar las islas, la operación argentina, el desembarco británico, la rendición y el fin del Proceso son un rosario hilado con encuestas, reportes sobre las internas militares y análisis de la ruina económica. El otro acierto consiste en mostrar el divorcio entre la realidad y la percepción del presente que tenían los gobernantes de facto, pero no desde una posición discursiva sino desde una pila de informes. Pocos momentos como las horas finales de la guerra lo comprueban.
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