El presidente estadounidense Joe Biden viaja hoy a Polonia, a una ciudad cerca de la frontera con Ucrania, para mostrar el compromiso occidental contra la invasión lanzada por Rusia que empieza a convertirse en una guerra de desgaste.
Una gran mayoría de los refugiados fueron a parar a Polonia, y la visita del presidente sería la segunda etapa de su viaje a Europa tras participar en varias cumbres en Bruselas.
Biden será recibido por el presidente polaco Andrzej Duda en el aeropuerto de la ciudad de Rzeszow (este), a unos 80 kilómetros de la frontera con Ucrania y a solo dos horas y media en auto de Leópolis (Lviv), la gran ciudad del oeste de Ucrania.
Allí recibirá un informe sobre la respuesta humanitaria para aliviar el sufrimiento de los civiles en Ucrania y responder al flujo creciente de refugiados que huyen de la guerra que Putin ha elegido, dijeron desde la Casa Blanca.
Biden también visitará a sus tropas apostadas en esta región como parte del despliegue de 100.000 soldados estadounidenses presentes actualmente en Europa.
Después se desplazará a Varsovia, donde pronunciará un discurso sobre los esfuerzos unidos del mundo libre para apoyar al pueblo ucraniano y en el que hará a Rusia “responsable de su guerra brutal, agregó la Casa Blanca.
Estos dos días en Polonia suceden a una maratón diplomática en Bruselas con cumbres de la OTAN, el G7 y la Unión Europea que mostraron la unidad occidental ante Rusia, aunque sin desembocar en nuevas medidas de calado.
Respuesta de la OTAN
En la capital belga, Joe Biden prometió por primera vez una “respuesta” de la alianza militar transatlántica si Rusia recurre a armas químicas en el conflicto de Ucrania.
Los países occidentales consideran creíble el riesgo de un ataque de este tipo ante el estancamiento del avance y las pocas victorias de Rusia tras un mes en Ucrania.
También existe preocupación por los peligros nucleares de la invasión de este país, con numerosos reactores y otras infraestructuras atómicas.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) mostró “inquietud” tras haber recibido informaciones de Ucrania sobre bombardeos rusos contra la ciudad donde vive el personal de mantenimiento de la planta de Chernóbil, escenario del grave desastre de 1986.