Dejan Ucrania en medio del miedo y la desesperación

Dejan Ucrania en medio del miedo y la desesperación

Ya son mas de 3,6 millones los refugiados que tratan de llegar a distintos países de Europa.

APOYO. Banderas azul y amarillo se muestran en Berlín y en otras ciudades, en solidaridad con los ucranianos. REUTERS APOYO. Banderas azul y amarillo se muestran en Berlín y en otras ciudades, en solidaridad con los ucranianos. REUTERS
25 Marzo 2022

RZEMYSL, Polonia/SIRET, Rumanía.- Kateryna Mytkevich soportó cuatro semanas viviendo con el miedo de los aviones, cohetes y misiles que llovían sobre su ciudad natal de Chernígov, en el norte de Ucrania, antes de que decidiera huir con su hijo. “Nunca había visto tanta crueldad”, dijo la mujer de 38 años desde la ciudad polaca de Przemysl, un centro de tránsito cerca de la frontera con Ucrania. “Chernígov está totalmente destruida, se están acercando a Kiev. Incluso a Polonia”.

“En Chernígov no hay electricidad, ni gas, ni conexión móvil. Llegamos a través de Kiev, y no sabíamos si Kiev seguía en pie”, dijo. Mytkevich es una de los más de 3,6 millones de refugiados que, según Naciones Unidas, han huido de Ucrania hasta ahora, y se espera que haya más, ya que el conflicto no da señales de remitir. Unos 6,5 millones son desplazados dentro del país.

La mayoría ha optado por quedarse en el este de Europa, donde el apoyo público y el voluntariado han contribuido. “Tardamos tres días en llegar -dijo Mytkevich-. Tuvimos que pasar puestos de control, algunas zonas están minadas, las tropas rusas están en algunas zonas y nosotros estábamos con niños”.

Para hacer frente al número de personas que llegan, el gobierno checo trabaja sobre un plan de contribuciones estatales a los que ayudan . “Estamos gestionando (el flujo de refugiados) en la República Checa gracias al esfuerzo y dedicación de autoridades estatales, regiones, municipios, una serie de organizaciones sin ánimo de lucro y, sobre todo, ciudadanos que han ofrecido sus casas, su trabajo, su tiempo”, dijo el primer ministro Petr Fiala en el Parlamento.

En Siret, un paso fronterizo rumano con Ucrania, los refugiados siguieron pasando, a pie, en auto o en colectivos, en menor número que en las semanas anteriores. Fueron recibidos por bomberos y voluntarios rumanos que les dieron información sobre sus viajes posteriores. Algunos ucranianos se trasladan a Europa occidental: Alemania había registrado 239.000 refugiados ucranianos hasta el miércoles, menos que la República Checa, con 300.000.

En Przemysl, Anna Zhorova, de 21 años, tenía previsto reunirse con una amiga en Lituania, junto con sus dos hermanas y su sobrino, tras huir de Kramatorsk, en el este de Ucrania. Dejaron atrás a sus padres. “No querían irse”, afirmó.

Una clínica de maternidad la localidad oriental de Járkov trasladó a los pacientes al sótano por seguridad. Entre lágrimas, Yana acunaba a su bebé en una habitación con camas alineadas. Su casa había sido bombardeada. “No tengo dónde ir”, afirmó.

Lejos de allí, en Mykolaiv, un puerto del sur que las fuerzas rusas intentaron asaltar sin éxito durante los últimos 10 días, Tamara Kravchuk, de 37 años, yacía feliz con su bebé de pocos minutos sobre el pecho. Había estado asustada, sobre todo cuando las explosiones estallaron a sólo 500 metros del hospital, comentó. Pero su bebé Katya disipaba ahora sus temores.

“Creo que la guerra terminará y viviremos como antes, nuestra vida volverá a ser tranquila”, dijo. “Espero que nuestros hijos no vean todas estas locuras y que todo vaya bien”. (Reuters)

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