25 Marzo 2022
TRABAJO EN CONJUNTO. La última plantación forestal se realizó con la participación de los vecinos del Barrio Ampliación Alejandro Heredia.
Cada vez más, los consumidores van entendiendo la importancia de elegir y optar por una forma de vida que sea sustentable. Ante el nuevo paradigma de consumo responsable, emerge una generación de emprendedores comprometidos con el medio ambiente. Ahora, se multiplican las iniciativas que apuntan a innovar en sectores tradicionales. En Tucumán, las iniciativas en pos del ecosistema van en crecimiento y comienzan a dejar su propia “huella personal”.
Batua Clothing Co. es un emprendimiento tucumano de ropa que tiene como objetivo -a corto plazo- plantar 100 árboles. ¿Cómo? Una vez que completan las tres ventas, siembran un ejemplar. Hasta el momento, contabilizan 52 árboles en su proyecto, más del 50%, en dos barrios. “Nuestra proyección es hacia una empresa de triple impacto: social, económico y ambiental. Además de promover un estilo de vida a través de la ropa, queremos contagiar una mayor conciencia ambiental. Por eso asumimos el compromiso de plantar un árbol cada tres ventas”, dice Bautista Paz, dueño de la firma.
Según cuenta, todo comenzó en una charla con un amigo, en la que buscaban “darle una vuelta” a la situación de pandemia en 2020. “Queríamos algo distinto. Decidimos producir ropa para vender. Y nos pusimos como meta marcar una diferencia. Ahí surgió la iniciativa”, comenta a LA GACETA.
Hasta el momento, es el primer proyecto tucumano de estas características, aunque el modelo se replica en el país y en otras partes del mundo. “Compramos tela en Buenos Aires y se confeccionan las prendas de calidad en la provincia con los mejores proveedores y materiales”, manifiesta.
Plantar árboles
“El proyecto de plantación forestal no tiene límites”, relata Paz. El trabajo se realiza de manera conjunta con distintas organizaciones. “Colaboramos con los vecinos del Barrio Ampliación Alejandro Heredia. Ahí también la iniciativa fue acompañada por la organización Techo. En el segundo barrio que trabajamos es el Pacará Pintado, donde junto con el comedor La Gruta llevamos adelante la plantación”, detalla.
El trabajo de concientización en los lugares de incidencia es fundamental para su objetivo. “Nosotros proponemos que en cada barrio cuiden y se responsabilicen de los nuevos árboles. Se enseña cómo cuidarlos, tratamos de generar una concientización sobre los beneficios de tener un árbol y de la importancia que tienen en nuestra vida”, comenta.
PRIMER OBJETIVO. La meta son 100 árboles plantados en la provincia.
En Batua se asesoran de manera permanente con el INTA Tucumán para elegir qué especies de ejemplares colocar en cada lugar donde se dirigen. A su vez, como un comodín, en su ropa hay etiquetas plantables de las cuales surgen nuevas especies. “Es otro elemento que presentamos. Se hace con papel reciclado, y dentro de la etiqueta viene una cierta cantidad de semillas que se puede sembrar en la propia casa. Al principio empezamos con rúcula y después ofrecíamos un mix con flores, rúcula y lechuga. Es tratar de cuidar al máximo el tema de los costos y del impacto que se genera en el medio ambiente”, resume.
Generar conciencia
En la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelo del Ministerio de Desarrollo Productivo de Tucumán consideran que estas iniciativas son ejemplares y, que ponen en marcha la construcción de mayor concientización social en torno a la importancia de la plantación forestal.
“El impacto más grande de estas decisiones es la conciencia. Desde el momento en que vos plantás un árbol estás considerando que no solo es importante el ejemplar que vos colocás sino el que ya está en pie. Entonces vas generando un vínculo sobre la importancia de la conservación de ese bosque. Y eso de alguna forma genera un posicionamiento social que lleva después a una condena social cuando se está desmontando algún predio. Y ella, a su vez, deriva en una participación colectiva activa que a nosotros nos ayuda, porque necesitamos el acompañamiento de la población en este tema”, dice Rodrigo Ordoñez, subdirector provincial de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos.
“Ese árbol que pone una persona tiene un impacto mucho más profundo de lo que es”, insiste. Lo que se ve, entonces, es solo la punta del iceberg.
Lo primero que confiesa Paz es que se considera un empresario muy chico, pero con objetivos muy grandes. “La misión de uno mismo es crecer a nivel de grandes empresas como la española Zara. Por la edad que tengo y la poca experiencia, no dejo de pensar qué se puede hacer para seguir creciendo como marca”, reconoce.
“En lo personal y en lo laboral hubo un cambio muy positivo. Se aprende mucho del trabajo en equipo, de los aportes de cada persona. Estamos aprendiendo día a día, y no estoy cerrado a nada. Ahora queremos seguir plantando árboles, llegar a nuestro primer objetivo y luego seguir por más”, sintetiza (Producción periodística: Gianna Camarda).
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