Un capítulo central en el futuro de Juntos por el Cambio de Tucumán empezó a escribirse esta semana. Acaba de expirar un plazo clave en el cronograma de las internas para regularizar el distrito provincial de la UCR (está intervenida desde hace tres años). Cuatro líneas internas hicieron reserva de color y oficializaron sus apoderados. Del resultado del proceso surgirán las nuevas autoridades partidarias, a quienes les corresponderá la responsabilidad de decidir si a la hora de definir la fórmula de gobernador y vice para 2023 buscará el consenso con los otros, si dirimirá ese binomio en internas con los otros partidos de la coalición o si presentará sus propios candidatos unilateralmente.
La reserva de color es un requisito previo a la inscripción oficial de listas. Sólo quienes cumplieron con este paso podrán, luego, oficializar candidatos.
Lógicas y cartas
Hasta el lunes hubo contactos que exploraron la posibilidad de anotar un solo color, es decir, establecer desde el vamos que solamente habría una nómina y, por tanto, que la conducción no se resolvería en las urnas sino por medio de un acuerdo amplio.
La búsqueda de consensos, sin embargo, no prosperó. Lo cual era esperable, cuanto menos, en dos dimensiones. Por un lado, la de la lógica: si todos podían ponerse de acuerdo antes siquiera de que venza el plazo para anotar los candidatos, ¿para qué mantuvieron el distrito Tucumán se intervenido desde 2019?
En segundo lugar, por una cuestión reglamentaria. La carta orgánica de radicalismo tucumano establece que el reparto de lugares en la junta de gobierno (el órgano ejecutivo del centenario partido) y en la convención (la entidad legislativa) no se efectúa mediante el régimen Sáenz Peña (el ganador obtiene la mayoría), sino por medio del sistema D’Hondt de representación proporcional. Por tanto, si las líneas internas que compiten tienen una performance pareja, aunque hay un ganador, nadie consigue una mayoría absoluta. Dicho de otra manera, si las listas consideran que tienen “armados” con los que harán un buen desempeño, termina conviniendo ir a la interna que a la lista de unidad.
Paleta de colores
Los primeros en inscribir color fueron el intendente de Bella Vista, Sebastián Salazar, y el legislador Raúl Albarracín: la lista es la Blanca, Roja y Morada.
Luego anotaron la lista Roja y Blanca el diputado Roberto Sánchez, el intendente de Yerba Buena Mariano Campero y los ex parlamentario nacionales José Cano y Silvia Elías de Pérez.
La tercera agrupación es que la que motorizan el actual interventor de la UCR y concejal de San Miguel de Tucumán, José “Lucho” Argañaraz; el ex legislador y actual delegado regional del Enargas, Ariel García; y el ex legislador y ex intendente de Simoca, Luis González. Ellos inscribieron la lista Roja - Número 3.
Finalmente, el ex interventor de la seccional Tucumán del PAMI, Osvaldo Barreñada, anotó la lista Amarilla y Negra.
Ahora restan 10 días de diálogos y negociaciones para tratar de alcanzar acuerdos ya sea para alumbrar una única lista de consenso o para que algunas agrupaciones alcancen entendimientos y unifiquen nóminas.
El 4 de abril, a las 21, vence el plazo para inscribir las listas definitivas que competirán 20 días después. Entonces se sabrá con certeza cuántas nóminas siguen en carrera. Si hay dos o más, la última palabra será de los afiliados, en las urnas, el domingo 24.
Lo que está en juego
En la coyuntura actual, el órgano que revestirá una importancia capital no es la junta de gobierno sino la convención provincial de la UCR, a la que le corresponde nada menos que la definición de políticas de alianzas del radicalismo tucumano. Y durante este mes se ha producido “la” novedad dentro de Juntos por el Cambio, a partir de la “cumbre” celebrada entre el intendente Germán Alfaro, presidente del Partido de la Justicia Social (integra JXC) y Ricardo Bussi, líder de Fuerza Republicana, partido al que Sánchez y Bussi intentaron, infructuosamente, sumar al frente durante el año pasado.
Si el bussismo se incorpora a JXC (no a través de las fuerzas provinciales sino por la vía nacional, por ejemplo, con el auspicio del PRO), el equilibrio de fuerzas se redefinirá en el frente local. La gravitación de la interna nacional de JXC no es menor en la provincia. Por caso, el sector de Cano, que enfrentó al de Sánchez en las PASO, avisó en febrero que instancias de Gerardo Morales, titular de la UCR nacional, apoyaría al ex intendente de Concepción en a interna radical.
Ese eventual escenario es uno de los desafíos que afrontará la nueva conducción de la UCR.
Con PASO y sin PASO: contraste entre la interna federal y la local
Juntos por el Cambio tiene ya dos “presidenciables” lanzados para 2023: el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larrera, del PRO; y el gobernador jujeño Gerardo Morales, titular de la UCR. Dado que en el orden nacional hay PASO, la fórmula de presidente y vice de esa coalición se definirá en una interna abierta. En Tucumán también se asoman dos candidatos a gobernador dentro de JXC: el intendente de la Capital, Germán Alfaro (PJS), y el diputado Roberto Sánchez (UCR). Pero no hay PASO para definir las candidaturas provinciales. Entonces, puede haber un acuerdo para definir la fórmula en una interna. O que cada uno vaya por separado. Y entonces se romperá el frente.