El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aterrizó en Bruselas en medio de una disputa con los aliados europeos sobre la imposición de nuevas sanciones energéticas a Rusia por su invasión de Ucrania.
Rusia suministra alrededor del 40% del gas natural que usa Europa, lo que dificulta que varios países prohíban las importaciones energéticas rusas como ha hecho Estados Unidos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que Rusia pedirá el pago en rublos por las ventas de gas a los países "no amistosos", una medida que disparó los precios del gas en Europa ante la preocupación de que agravara la crisis energética de la región.
La lista de países no amistosos de Moscú corresponde a los que impusieron sanciones e incluye a Estados Unidos, miembros de la Unión Europea, Gran Bretaña y Japón, entre otros.
Reducir la dependencia de Europa de la energía rusa ha sido un tema "sustancial" y objeto de "intensas idas y venidas" en los últimos días, dijo el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a periodistas en un vuelo del Air Force One a Bruselas.
Sullivan adelantó que Biden tendría algunas noticias que anunciar sobre el asunto el viernes con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Mañana, Biden asistirá a una cumbre de emergencia de la OTAN, se reunirá con los líderes del G7 y se dirigirá a los 27 líderes de la Unión Europea en una sesión del Consejo Europeo. Posteriormente, Biden visitará Varsovia para celebrar consultas con el presidente polaco Andrzej Duda.
Sullivan dijo que los líderes del G7 también acordarán el jueves coordinar la aplicación de las sanciones y tienen previsto emitir una declaración. (Reuters)