Los países occidentales, integrantes del G7 o de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) se niegan a entablar conversaciones con Rusia en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en un movimiento coordinado que ya ha provocado la paralización de las negociaciones en varios sectores.
La invasión a Ucrania por parte de Rusia y el consiguiente aislamiento económico como consecuencia de las sanciones occidentales son un nuevo revés para los esfuerzos de la OMC por restablecer un comercio basado en normas frente a una marea de creciente proteccionismo.
Los delegados temen ahora que la reunión de ministros de comercio, el 13 de junio, no permita alcanzar acuerdos.
“Hay miembros de la OMC que no quieren negociar con Rusia”, dijo Hamid Mamdouh, un ex funcionario de la OMC y abogado comercial en Ginebra. “Cuanto más se prolongue la guerra, más interrumpida se verá la labor de la OMC”.
Washington y sus socios del G7 ya han anunciado que van a revocar la condición de “nación más favorecida” de Rusia, en virtud de la cual los países se comprometen a tratarse como socios comerciales en igualdad de condiciones, y están retirando su permiso a la eventual adhesión de Bielorrusia, estrecho aliado de Moscú.
A su vez, Rusia ha acusado a Occidente de “desmantelar completamente” el sistema comercial mundial.
Un delegado de una nación occidental afirmó que, entre los territorios que no quieren comprometerse a dialogar con Rusia en la OMC, se encuentran la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
“Nos negamos a negociar bilateralmente o en el contexto de grupos más pequeños”, dijo la fuente.
Esta política ha afectado las negociaciones sobre pesca y agricultura, así como al comercio electrónico y a la facilitación de las inversiones, dijeron las fuentes. (Reuters)