Aguas subterráneas de Tucumán: invisibles, olvidadas ¿y estratégicas?

Aguas subterráneas de Tucumán: invisibles, olvidadas ¿y estratégicas?

Por abundancia o por falta, el agua protagoniza los eventos climáticos más dañinos en esta provincia, agudizados por el cambio climático.

UN GIGANTE DESPIERTO. En marzo de 2015, abrieron las compuertas del dique Escaba, ubicado sobre el río Marapa, al sur de la provincia. LA GACETA/OSVALDO RIPOLL UN GIGANTE DESPIERTO. En marzo de 2015, abrieron las compuertas del dique Escaba, ubicado sobre el río Marapa, al sur de la provincia. LA GACETA/OSVALDO RIPOLL

El agua es el principal componente de todas las formas de vida. El cuerpo de los seres humanos, por ejemplo, está formado en un 60 % de agua. Para subrayar la importancia de este átomo de oxígeno unido a dos de hidrógeno, Naciones Unidas ha establecido que cada 22 de marzo se celebre el Día Mundial del Agua. Una cita que este año pone sobre el tapete la trascendencia de las aguas subterráneas: "hacer visible lo invisible", es el lema anual del organismo.

Formaciones geológicas de rocas y arena, las aguas subterráneas desempeñan un papel esencial, pues alimentan manantiales, ríos, lagos y humedales. De hecho, casi toda el agua dulce en estado líquido del mundo es agua subterránea. No obstante, la sobreexplotación y contaminación debido a la actividad humana, el impacto del cambio climático y el aumento de la población mundial están poniendo contra las cuerdas a este recurso, indispensable y finito.

"En la antigüedad, civilizaciones enteras desaparecieron o se debilitaron por problemas derivados del agua".

En Tucumán las cosas no son diferentes. "Gran parte del agua que se usa para producir bienes y servicios y para alimentar a las principales ciudades proviene de los acuíferos", dice Leandro Díaz, especialista en hidraúlica, director del laboratorio de Construcciones Hidráulicas de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y miembro de la Asociación Mundial para el Agua (Global Water Partnership-GWP), a través de su filial local, el Foro Argentino del Agua (FADA). "La vida no sería posible sin las aguas subterráneas", enseña el especialista.

- ¿Cree que los acuíferos tucumanos están bien protegidos?

- Tenemos zonas donde se impide perforar a casi todos los interesados, por un enunciado agotamiento del recurso. Está bien que sea así. Nuestros acuíferos se encuentran fuertemente afectados por los cambios en el uso del suelo, que se viene produciendo desde hace décadas. Pero aún no conocemos realmente cuál es el recurso. No sabemos cómo interactúan las distintas napas entre sí, las de aguas dulces y las de aguas salobres. Tampoco conocemos a ciencia cierta cómo las afectan las sequías, que se están enquistando en nuestra región. E ignoramos el impacto del cambio climático en las recargas.

- ¿Le preocupa la falta de agua en Tucumán?

- Cada vez que falta agua, argumentan que se debe a la falta de lluvias. Eso no siempre es cierto: los acuíferos tienen un efecto atemperador, de retardo. Es decir, regulan los volúmenes; hacen el trabajo de los embalses superficiales (que no tenemos). Los que se secan, en realidad y la mayoría de las veces, son los sistemas de captación, que se encuentran totalmente perimidos, anticuados y sin procesos de recuperación, con filtros antiguos e ineficientes.

- En concreto, ¿qué medidas deberían adoptarse?

- El año pasado, el lema de la conmemoración era el valor del agua. Valor que exportamos conjuntamente con los bienes que producimos. Cuando éstos se comercializan, generan recursos. Al menos parte de esos fondos debiéramos destinarlos a conocerla; medirla en cantidad y en calidad; a realizar monitoreos permanentes y a planificar cómo proteger los acuíferos. Quizás sea necesario recuperarlos para un desarrollo sustentable.

- ¿Cree que el agua forma parte de la agenda de los gobernantes locales?

- Para nada. Debemos tomar la decisión de afrontar este desafío. Para eso, es imperioso modificar la estructura de gobernanza del agua. El tema tiene que ser parte de la agenda diaria de gestión. Hay que pedirles a los que realmente entienden de esta problemática que hagan sus aportes. Como país, estamos comprometidos a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, destinados a erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad. Esas metas plantean la importancia del agua y su saneamiento y la protección de los ecosistemas acuáticos, como los acuíferos. Queda menos de un decenio y la tarea es mucha.

- ¿Cuál es el principal problema del agua en esta provincia?

PÉRDIDAS DE AGUA. Los problemas de infraestructura y la falta de inversiones amenazan la provisión de agua potable en el futuro. LA GACETA/ANALIA JARAMILLO PÉRDIDAS DE AGUA. Los problemas de infraestructura y la falta de inversiones amenazan la provisión de agua potable en el futuro. LA GACETA/ANALIA JARAMILLO

- La gobernanza inadecuada, reitero. El problema no es la falta de agua, sino su gestión. La prestación de los servicios de agua potable y cloacas no ocupa un nivel jerárquico dentro del Estado tucumano. Además, faltan inversiones y las que se hicieron no han estado bien orientadas. En los últimos años no se han ejecutado obras de infraestructura importantes. Apenas se atendió la distribución. Las pérdidas cloacales en San Miguel de Tucumán, Yerba Buena y Tafí Viejo son un problema gravísimo.

- En invierno, sufrimos sequías. En verano, inundaciones. ¿Por qué esos extremos?

- Ya sea por abundancia o por falta, el agua es protagonista de los eventos climáticos más dañinos en Tucumán. Las inundaciones representan un importante porcentaje de los desastres naturales y las sequías constituyen una de las amenazas más temibles para el sector agropecuario. 

- ¿Qué sucede con El Cadillal? ¿Podrá seguir abasteciendo a los tucumanos en 2030?

- Ese embalse se llenó en 1966. Tiene más de 50 años. Durante este tiempo, se ha producido un proceso de envejecimiento natural. El Cadillal ha reducido su capacidad original en más de un 40 %. Con las proyecciones actuales de crecimiento demográfico, para ese entonces no será suficiente. Necesitaremos nuevos diques, como Potrero de Las Tablas o El Clavillo. Y necesitaremos, también, que se adecúe la infraestructura existente. En conclusión, para llegar a 2030 con agua potable para todos los tucumanos, deben hacerse fuertes inversiones en embalses o tomas, plantas de tratamiento, redes de distribución y acuíferos. Pero todo eso, por sí solo, no basta: debe cambiar el sistema de gobernanza.

- Si las respuestas actuales han sido insuficientes, ¿cómo deben ser las respuestas porvenir?

- Se necesitan cambios sin precedentes.

IMAGEN QUE PARALIZA. La madrugada del 7 de marzo de 2015, en Tucumán cayó un diluvio de esos que los climatólogos ponen en un estante. Venía lloviendo de modo incesante durante semanas. El diluvio fue la gota que colmó el vaso: en el río Muerto, en Yerba Buena, el agua arrastró los muros que habían sido construidos una década atrás. ARCHIVO LA GACETA IMAGEN QUE PARALIZA. La madrugada del 7 de marzo de 2015, en Tucumán cayó un diluvio de esos que los climatólogos ponen en un estante. Venía lloviendo de modo incesante durante semanas. El diluvio fue la gota que colmó el vaso: en el río Muerto, en Yerba Buena, el agua arrastró los muros que habían sido construidos una década atrás. ARCHIVO LA GACETA

El acceso al agua potable y el saneamiento es imprescindible para la vida y un derecho humano reconocido. Asimismo, el agua es de vital importancia para el desarrollo sostenible, desde la salud y la nutrición hasta la igualdad de género y la economía. Durante los próximos años, los problemas relacionados con los recursos hídricos serán más urgentes. El aumento de las demandas de una población cada vez más numerosa y una economía mundial que evoluciona rápidamente, combinados con los efectos del cambio climático, exacerbarán la dificultad del acceso al agua y al saneamiento para usos domésticos. La Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el período 2018-2028 Decenio Internacional para la Acción “Agua para el Desarrollo Sostenible”.

¿Para qué sirven los Días Internacionales? Concienciar y señalar que existe un problema sin resolver. Y a través de esa sensibilización, se espera que los gobiernos actúen y/o que los ciudadanos se lo exijan a sus representantes. Esa es la respuesta de la Organización de las Naciones Unidas, que a través de su Asamblea General instaura los días internacionales.


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