Ucrania hizo un llamado este martes para que Rusia permita la entrada de suministros humanitarios en Mariupol, una ciudad portuaria situada en el mar de Azov, y para que posibilite la salida de los civiles.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, advirtió en un mensaje al parlamento italiano que Mariupol ha sido devastada por los bombardeos rusos.
"No queda nada allí", afirmó el mandatario en un video.
Ayer, había dicho que los ataques con explosivos sobre Mariupol "serán recordados por siglos".
Esta ciudad portuaria albergaba 400.000 residentes antes de que Rusia diera inicio a la invasión, hace casi un mes.
Luego de seis semanas de ataques, en ese distrito no tienen alimentos, medicinas, electricidad ni agua corriente.
Mientras Zelensky emitía el mensaje al parlamento italiano, el Concejo municipal de Mariupol comunicó que las fuerzas rusas habían lanzado dos grandes bombas, en un nuevo ataque.
"Una vez más, está claro que los ocupantes no están interesados en la ciudad de Mariupol. Quieren arrasarla y convertirla en cenizas de tierra muerta", dijo el consejo en un comunicado.
Rusia niega haber atacado a civiles y culpa a Ucrania por el fracaso repetido en establecer un paso seguro para los civiles fuera de Mariupol.
Ayer, en tanto, Kiev había desestimado el ultimátum del Kremlin para entregar esa ciudad.
“Exigimos la apertura de un corredor humanitario para los civiles”, enfatizó este martes la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk en la televisión ucraniana. "Nuestros militares están defendiendo heroicamente a Mariupol. No aceptamos el ultimátum. Ofrecieron la capitulación bajo una bandera blanca. Esto es manipulación, una mentira", agregó.
Según Vereshchuk, Mariupol es el foco principal de los esfuerzos de evacuación del gobierno, pero las fuerzas rusas impiden que los suministros humanitarios lleguen a los residentes.
La captura de Mariupol ayudaría a las fuerzas rusas a asegurar un corredor terrestre a la península de Crimea que Moscú anexó a Ucrania en 2014.
Una parte de Mariupol ahora en manos de las fuerzas rusas es ahora un páramo espeluznante, según consignan los reportes periodísticos. Varios cuerpos envueltos en mantas yacían junto a una carretera. Las ventanas volaron y las paredes quedaron carbonizadas. Las personas que salían de los sótanos se sentaban en bancos entre los escombros, envueltas en abrigo. (Reuters)