Las analogías sobre la relación entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner dentro de la coalición del Frente de Todos fueron numerosas y diversas. La más destacada fue la que relacionaba al frente político con el deporte, específicamente el fútbol. El “superclásico de la coalición gobernante”, dijeron algunos periodistas, haciendo referencia al partido de Boca contra River del domingo pasado.
Gabriela Cerruti, vocera presidencial, habló sobre la interna y dijo: “hacer de esto una telenovela -se hablan no se hablan, se mandan o no un mensaje- no es mi preocupación, que es ver de qué manera podemos contener”, dijo el domingo a la noche en el programa de la periodista Romina Manguel en Canal 9 y agregó: "No tengo idea de cuánto hace que no hablan, ni le pregunto. ¿Hay alguna duda de que existen diferencias políticas? Hay muchas diferencias políticas que son muy notorias. No tenés que ser amigo, no tenés que hablar todos los días", dijo sobre la relación entre Alberto y Cristina.
La semana pasada, luego de los ataques al despacho de Cristina Kirchner en el Congreso, Cerruti había relatado que Alberto había intentado comunicarse con ella pero que no había tenido éxito: “él se comunicó, sin tener respuesta, con la vicepresidenta", dijo Cerruti. Antes de esto, la relación ya se notaba tensa cuando se debatió en el Congreso el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y al triunfo de la Ley, que se logró con el apoyo de la oposición: “¿Hay alguna duda de que existe alguna diferencia política?”, dijo la vocera en TV.
Pareciera que llegan a esta altura del partido de manera muy improvisada
El consultor político Carlos Fara, por su parte, comparó la relación de la coalición política con un matrimonio: “Todos creíamos que deberían haber tenido un consenso como una pareja que se separa y vuelve a intentar a estar juntos. Se supone que tuvieron que charlar mucho en el medio y decirse muchas cosas para no volver a cometer errores. Uno hubiese creído que, especialmente sobre los temas importantes, habrán hablado sobre lo que piensa cada uno. ¿No charlaron acaso sobre qué podría pasar con el FMI, por ejemplo? Pareciera que llegan a esta altura del partido de manera muy improvisada”, dijo sobre la relación de Alberto y Cristina. “Para la Argentina es un experimento novedoso: el fuerte no es el presidente sino la vicepresidenta y esto no estuvo bien pactado previamente”.
“En el país no teníamos una situación de este tipo desde la crisis de 2001. Ahí nos encontramos con una situación en donde había una figura de un presidente muy debilitado, Fernando De la Rúa, y no había un poder político unificado y consolidado. Acá nos encontramos con una situación completamente distinta porque hay un presidente que fue elegido legítimamente como tal pero por la figura que lo acompañaba como vicepresidenta con todo lo que eso implica sobre el liderazgo. A menos que esté aceitada, esta dinámica política siempre iba a ser complicada durante los cuatro años”, explicó Fara en diálogo con LA GACETA y agregó: “A todo esto el gobierno recibió una herencia económica difícil que terminó generando una tormenta perfecta: debilidad política de origen y una situación para administrar muy compleja. Las perspectivas electorales en el Frente de Todos para el año que viene son muy complicadas y creo que no hay ninguna posibilidad de poder arreglar la diferencia que existe entre Cristina y Alberto”.
Mientras los medios nacionales titulan y analizan diariamente la relación de la dupla presidencial, la falta de relación entre Alberto y Cristina, aseguran los especialistas, es real. “Hay una serie de anécdotas de hechos que se conocen de la trastienda que dan cuenta de eso. Sí es cierto que hay medios que fogonean esta pelea y la oposición también, pero un poco porque tienen que hacerlo. Lo central, a mi parecer, es que se llega a esta situación porque hay un problema concreto y los actores interesados en que el conflicto se note más, hacen que se note. Hay una diferencia ideológica, Alberto considera que hay que hacer ciertas cosas y Cristina que hay que hacer otras”.
“El ciudadano cuando ve desorden en la política sabe, claramente, que tarde o temprano, vamos a tener problemas en lo económico como en 2001. Cuando hay lío político entre los que mandan, sabemos que tarde o temprano llegan las malas noticias”, concluyó Fara en su análisis.