"Bajen las armas", había afirmado el coronel general Mikhail Mizintsev, director del Centro Nacional Ruso para la Gestión de la Defensa, en un ultimátum dirigido a los ciudadanos de la ciudad ucraniana de Mariupol. Y, a través de un informe distribuido por el Ministerio de Defensa, había garantizado que "todos los que depongan las armas tienen garantizado un paso seguro" fuera del país.
Sin embargo, Ucrania desafió la amenaza de Rusia y decidió mantener la custodia de esa ciudad, que se encuentra sitiada y devastada por los bombardeos.
"No puede haber ninguna cuestión de rendición o deposición de armas", respondió este lunes la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk. "Ya hemos informado a la parte rusa sobre esto", agregó.
La invasión de Rusia a Ucrania, que transita su cuarta semana, se ha estancado en la mayoría de los frentes. Las tropas de Vladimir Putin no han logrado apoderarse de los distritos más importantes de Ucrania, y mucho menos de la capital, Kiev, ni de derrocar rápidamente al gobierno del presidente Volodimir Zelensky, como tenían previsto en el Kremlin.
De todas formas, Rusia ha golpeado las áreas residenciales, causando una destrucción masiva. Ningún lugar ha sufrido más los ataques que Mariupol, un puerto en el mar de Azov, donde residían 400.000 personas. Este distrito ha estado bajo asedio y bombardeos constantes, sin alimentos, medicinas, electricidad ni agua dulce, desde los primeros días de la invasión.
A algunas personas se les permitió salir en automóviles privados, pero las fuerzas rusas no permitieron que los convoyes de ayuda o los autobuses evacuaran a los civiles para llegar a la ciudad. Ucrania también acusa a Moscú de deportar a algunos civiles de Mariupol a Rusia.
Mizintsev reclamó en las últimas horas que en ese distrito de Ucrania "bajen las armas", y acusó a los "nazis" en Mariupol de causar una "catástrofe humanitaria terrible" allí, incluyendo disparar a las personas que intentaban irse. No presentó pruebas de ello, consignó la agencia Reuters.
"Lo que vi, espero que nadie lo vea nunca", dijo el cónsul general de Grecia en Mariupol, Manolis Androulakis, quien llegó a casa el domingo después de un viaje de cuatro días desde que escapó del asedio; fue el último diplomático europeo en abandonar la ciudad.
"Mariupol pasará a formar parte de una lista de ciudades que fueron completamente destruidas por la guerra; no necesito nombrarlas: son Guernica, Coventry, Alepo, Grozny, Leningrado", añadió.
En una actualización de inteligencia del lunes, el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña dijo que el asalto de Rusia a Kiev estaba estancado. Los intensos combates continuaban cerca de Hostomel, un suburbio en un área al noroeste donde el avance de Rusia se ha detenido en gran medida desde las primeras horas de la guerra el 24 de febrero.
Según el Kremlin, la invasión está enmarcada en una "operación militar especial" para desarmar a Ucrania y protegerla de los "nazis". Las potencias de Occidente describen esto como un pretexto falso para una guerra no provocada, y para someter al país del presidente Zelensky.
La oficina de derechos humanos de la ONU dijo que al menos 902 civiles habían muerto hasta la medianoche del sábado, aunque la cifra real probablemente fue mucho mayor. La agencia de la ONU para los refugiados dijo que 10 millones de ucranianos han sido desplazados. (Reuters)