¿Qué cosas nos están quitando el sueño cada noche?

¿Qué cosas nos están quitando el sueño cada noche?

Cuatro especialistas hablan sobre cómo la mala alimentación, la angustia, el estrés y la tecnología nos roban tiempo de descanso. Consejos

EL TEMIDO INSOMNIO. Tener una alimentación balanceada, especialmente en las cenas, ayuda a dormir bien. ARCHIVO LA GACETA  EL TEMIDO INSOMNIO. Tener una alimentación balanceada, especialmente en las cenas, ayuda a dormir bien. ARCHIVO LA GACETA

Cada vez dormimos menos. Y tenemos una mala calidad de sueño. ¿Qué es lo que nos afecta cuando ponemos la cabeza sobre la almohada? En el Día Mundial del Sueño, que se conmemora hoy, cuatro especialistas hablan de cómo la mala alimentación, la angustia, el estrés y la tecnología nos están quitando horas de descanso.

“Las comidas muy pesadas de noche pueden provocar que uno no duerma bien por la digestión. Cuando el sueño se ve alterado, también se alteran las hormonas provocando que vayamos en busca de más comida: la leptina (hormona de la saciedad) disminuye. Por el contrario, el cortisol, que es la hormona del estrés, y la ghrelina (hormona del hambre) aumentan”, sostiene la licenciada Agustina Murcho, nutricionista especialista en trastornos alimentarios.

La creadora de @nutricion.ag afirma que los trastornos del sueño suelen ir de la mano de la mala alimentación. Hay un neurotransmisor llamado serotonina que regula el sueño, además del placer. Cuando hay mala alimentación, la serotonina suele estar baja, por lo tanto, va a hacer que la calidad de sueño sea mala. Cuando la persona empieza a comer mejor, empieza a dormir mejor.

A su vez, la psicóloga Mara Fernández plantea que “algunas de las causas que pueden interrumpir el sueño reparador son: ansiedad, angustia, problemas digestivos, alimentación baja en nutrientes o excesiva, estrés, cuadro depresivo, trastornos de la conducta alimentaria”.

Es por eso que la profesional brinda algunas recomendaciones: “es importante tener una alimentación balanceada, no usar dispositivos electrónicos por lo menos dos horas antes de acostarse, hacer alguna técnica de respiración y no hacer actividad física tres horas antes de la hora de dormir”.

“No solamente importa la cantidad de tiempo que pasamos durmiendo, también es importante la calidad del sueño. Si el sueño es interrumpido o acortado, puede que no hayamos pasado suficiente tiempo en determinadas etapas del sueño. En otras palabras, lo bien que funcionemos al día siguiente dependerá del tiempo total que hayamos dormido y si logramos un buen descanso”, sostiene.

¿Es una patología?

La psicóloga Cecilia Salas Gatti aclara que las alteraciones del sueño no son una patología en sí misma. Sin embargo, tienen serias implicaciones en el día a día de las personas.

Puede causar síntomas como bajo rendimiento, sensación de agotamiento constante, sueño en horarios diurnos, irritabilidad, desmotivación, desgano, dificultad para concentrarse y alteraciones en la memoria de trabajo (a corto plazo).

Cuando estas alteraciones persisten durante mucho tiempo no sólo empezamos a notar cada vez más este conjunto de síntomas, sintiendo un impacto cada vez mayor en nuestra vida cotidiana, sino que también podemos empezar a pensar en un trastorno del sueño como el insomnio, la hipersomnia, entre otros. “Por eso, es muy importante la detección temprana, su diagnóstico y tratamiento adecuado a través de un equipo interdisciplinario”, resalta.

“Otro síntoma que muchas veces no se le presta la adecuada atención, o se toma con humor, son los ronquidos. Es importante que, si uno ronca se haga los estudios correspondientes para descartar la apnea del sueño que, de no tratarse, puede presentar otras consecuencias para la salud”, explica.

La licenciada Olga Ricciardi, psicóloga y directora de CEDA (Centro Especializado en Desórdenes Alimentarios), remarca que el insomnio es un problema de salud muy importante ya que, en su forma crónica, se ha asociado a una reducción en la calidad de vida, pero también al rendimiento diario, a déficits cognitivos de memoria, a problemas de ansiedad y de depresión, y en muchas ocasiones queda asociado a trastornos de la conducta alimentaria. La profesional destaca la relación de los trastornos del sueño asociados a los trastornos alimentarios: “la sensación de hambre es un obstáculo para conciliar el sueño”.

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