Según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) Tucumán se encuentra en el puesto seis de las provincias con mayor siniestralidad fatal en el tránsito. Los peatones están terceros en el ranking de víctimas, después de quienes van en motos y en autos. El eslabón más frágil de la cadena, entonces, es de los más afectados.
Desde hace unos años la ANSV conmemora cada tercer jueves de marzo el Día de la Seguridad Vial, con un sólo objetivo: concientizar sobre los cuidados, derechos y obligaciones de los peatones, que son los únicos actores a nivel vial sin protección ante un accidente.
“Dentro de lo que se llama grupo vulnerable, que son los motociclistas, ciclistas y peatones, en las grandes ciudades los últimos suelen tener una siniestrabilidad que es de 1/4 del total; y a nivel mundial oscila entre el 20% y el 25% el número de víctimas fatales que son peatones”, resume Fabian Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam). Según el ANSV seis de cada 10 fallecimientos en nuestro país son usuarios vulnerables de las vías.
“Lo más importante es que el peatón conozca la vulnerabilidad que tiene en el tránsito y no se entregue a la posibilidad de ser víctima; sí, los peatones tienen derechos, pero también corren un gran peligro”, considera Claudio Artaza Saade, perito en Seguridad Vial y secretario de la Fundación Alerta en el Camino. El especialista explica que hay mucho desconocimiento a nivel general sobre las normas viales y que, aunque lo correcto es concientizar al caminante sobre sus derechos, esto puede ser perjudicial si no se educa al grueso de la población en el mismo sentido.
Enrique Romero, subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, afirma que la conducta de los peatones, al menos en la capital, ha mejorado en el orden del 60% en los últimos años. “El problema es que el automovilista no es respetuoso con el peatón y el peatón no es respetuoso con el automovilista”, resume.
Son muchos los factores que inciden en la seguridad peatonal: quienes caminan, además de derechos, tienen obligaciones. Y allí también hay fallas. “Hoy se da un fenómeno que no existía antes, que es el del peatón electrónico: gente que cruza usando algún medio de comunicación o auriculares. Nosotros hemos hecho estudios y en vías semaforizadas, entre el14 % y el18 % cruza con auriculares, mandando un mensaje de texto o escuchando audios de voz, completamente desatentos al tránsito”, narra Pons y agrega: “también pasa lo del efecto manada, que cruzan muchas personas porque creen que el de adelante ya se fijó”. “Cruzan como autómatas”, alerta.
Transito es respeto
El referente de Ovilam dice que la falta de conciencia sobre la seguridad vial en general tiene que ver con una pérdida de valores culturales. “El tránsito se basa en un principio de respeto al prójimo. La luz roja, por ejemplo, es una cuestión de código. Cuando eso se respeta, no hay problema, pero cuando no se respeta, caemos en esta situación -remarca-; como primera medida hay que educar, desde muy chicos, sobre el rol peatonal. Además, hay que trabajar en concientización, sobre todo en los adultos; y tiene que haber mucho control, que no hay: no hay infracciones al automovilista, ni tampoco al peatón, que es el más débil, pero al mismo tiempo el que menos respeta las normas”, considera.
“Educación, concientización, control, sanciones, todo eso hace falta, siempre procurando un cambio cultural. Lamentablemente en la Argentina en vez de tomar rumbos hacia cambios positivos, involucionamos; perdemos cada vez más cultura, y la vial forma parte de eso”, afirma.
Si queremos más seguridad peatonal, hay que concientizar a quien circula a pie, pero también al resto de la sociedad. De hecho, este día tiene como objetivo promover hábitos de prevención para lograr una buena convivencia entre los diferentes actores de la vía pública.
“El peatón se tiene que percibir como un habitante mas del entorno vial, pero el más expuesto. Si pasa eso, se van a tomar todas la precauciones habidas y por haber para evitar accidentes”, indica Pons. Así también, hay que apuntar a la educación vial. “Estamos en una sociedad en que el conductor está muy poco capacitado sobre sus obligaciones. Entonces, si nosotros empoderamos al peatón, podemos estar yendo en desmedro de su seguridad”, reflexiona Artaza Saade.
“La ley de tránsito 24.449 y otras conexas exigen la educación vial desde el preescolar hasta la universidad; sin embargo eso no se cumple. Hay normas de tránsito que el peatón no conoce porque jamás escuchó hablar de la ley”, subraya el titular de Ovilam.
Romero coincide. “Hace falta que se enseñe más seguridad vial; que se de educación y prevención verde en los establecimientos con una materia en la currícula para que los alumnos aprendan desde chicos”, afirma.