Desde que asumió, en diciembre de 2019, la gestión del presidente, Alberto Fernández, lleva acumulada una inflación del 123%. Se trata de la mayor variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en ese lapso de cualquier administración desde 1991; es decir, desde unos cuantos meses posteriores al período de hiperinflación que se dio durante los últimos meses del Gobierno del radical Raúl Alfonsín y durante los primeros del primer mandato del peronista Carlos Ménem.
Así lo destaca un informe elaborado por economistas de la fundación Libertad y Progreso.
"El Presidente dijo que el viernes empieza la guerra contra la inflación. Si va a cumplir con su palabra entonces el jueves deberá declararle la guerra al déficit fiscal. El año pasado la asistencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA) al Tesoro para financiar el déficit llegó a un 3,7% del Producto Bruto Interno (PBI); lo que es igual a $ 2 billones; es decir, ¡un número de 12 ceros!”, indicó Eugenio Marí, economista jefe de esa entidad.
El informe precisa que por rubros la mayor suba se ve en Prendas de Vestir y Calzado (179%): "casi 60 puntos más que el índice general".
También se observa una suba por encima del promedio en el rubro de alimentos (132%), que es el rubro de mayor incidencia en el IPC. "Este fenómeno se da incluso en el marco de derechos de exportación y habiendo implementado cierres de exportaciones", señalan los técnicos que elaboraron el documento.
Mari no se mostró entusiasmado con el anuncio del mandatario, respecto de la guerra que declarará a los precios. "El Gobierno sigue apostando al control y a la prohibición de exportaciones para contener los precios de los alimentos, muy lejos de la verdadera batalla contra la inflación”, señaló el economista. Y agregó: “estas medidas, que ya se implementaron en el pasado, siempre contribuyeron a destruir exportaciones, perder mercados y hacer caer los niveles de empleo registrado. Para colmo, como se desincentiva la producción, al final del día hay menos riqueza y menor oferta de los productos, aumentando la pobreza”.
Diego Piccardo, del equipo de economistas de la fundación añadió que los rubros que tienen precios regulados en su composición están fuertemente rezagados respecto a los demás. "Esto se ve claramente en los precios de los servicios públicos, que están prácticamente congelados desde que asumió el Gobierno y ahora se están empezando a descongelar. De esta manera, cabe esperar que, dados que los desequilibrios macroeconómicos persisten y los precios regulados empiezan a ajustarse, la inflación de este año sea mayor al 50,9% del año pasado”, puntualizó.