SANTIAGO.- Chile gira a la izquierda. Ayer asumió Gabriel Boric como presidente, tras prometer reformas sociales y económicas, y aprovechar la insatisfacción con el statu quo político.
Boric lideró protestas estudiantiles para reclamar una educación abierta y sin fines de lucro durante la década pasada (tiene 36 años y es el mandatario más joven en la historia de su país) y desde esa lucha llegó al Congreso. Todo un contraste respecto del jefe de gobierno saliente, el millonario Sebastián Piñera. De modo que el flamante mandatario despierta esperanzas entre los progresistas, así como temores entre los conservadores de que las décadas de estabilidad económica sean atacadas.
El líder de una amplia coalición de izquierda, que incluye al Partido Comunista, ha prometido revisar un modelo económico para luchar contra la desigualdad que animó violentas protestas sociales en 2019, aunque ha moderado su retórica en los últimos meses.
Boric llega al cargo en momentos de desaceleración económica, alta inflación y un Congreso dividido para impulsar reformas en salud y pensiones.
“El principal reto es canalizar el deseo público de un nuevo contrato social sin impactar negativamente en las instituciones o en la estabilidad económica”, dijo Nicholas Watson, director general de la consultora Teneo.
La ascensión de Boric marca una encrucijada para Chile, durante décadas bastión del libre mercado en la volátil Sudamérica. El país está reformando su Constitución de la época de Augusto Pinochet, que ha apuntalado el crecimiento, a costa de una marcada desigualdad.
Junto con Boric juró el nuevo gabinete, con mayoría de mujeres, ante delegaciones de Estados Unidos, España y la Argentina, encabezada por el propio presidente Alberto Fernández, para dar testimonio de que su afinidad política con la nueva gestión trasandina. Luego de imponerse en la segunda vuelta, Boric anunció que la Argentina será el primer país que visite como Presidente.
“Le deseo el mejor de los éxitos en su futuro Gobierno”, dijo Piñera en su discurso final, “y también sabiduría para distinguir lo bueno de lo malo”. (Reuters)