“Debería haber más políticas que favorezcan a la familia”

“Debería haber más políticas que favorezcan a la familia”

Para avanzar en su carrera, Fogliata recibió la ayuda de sus suegros. Autoexigencia.

“Debería haber más políticas que favorezcan a la familia”
12 Marzo 2022

Tal como se dijo en el Reporte Rural de la semana pasada, en el campo la mujer cumple roles fundamentales -a veces, insustituibles-, que permiten que una actividad pueda desarrollarse, y que se alcance el objetivo de producir un bien o servicio en una actividad agrícola, pecuaria o industrial.

El martes se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, efeméride que nació en 2011, en pos de la igualdad de género y del empoderamiento de esta. El primer antecedente de este día data de 1910, cuando en la IIª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague (Dinamarca), más de 100 mujeres de 17 países proclamaron el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

La mujer realiza muchísimas labores en el quehacer agrario, claves para el desarrollo productivo. Complementa, suplementa o sustituye tareas “de los hombres”, muchas de las cuales necesitan de la mano femenina.

En esta oportunidad LA GACETA Rural entrevistó a mujeres representantes de actividades de investigación y de comunicación, relacionadas a las actividades del campo y de la agroindustria: las ingenieras Agrónomas Gabriela Fogliata y Patricia Digonzelli, la licenciada en Biotecnología Nadia Chalfoun -técnicas e investigadoras de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc)- y las periodistas agropecuarias Gabriela Medina y Cecilia Gómez Ojeda.

Todas responden preguntas relacionadas a estas actividades.

Fogliata se desempeña como técnica de la sección Fitopatología de la Eeaoc. “Mi vocación nació a partir de que pertenezco a una familia vinculada al campo. Crecí entre la visión del ‘productor agrícola’ y del ‘investigador’”, contó.

Añadió que su papá era un agricultor, que mostraba una gran pasión por la citricultura y por la actividad forestal, y que valoraba mucho los recursos de la naturaleza.

“La visión profesional la palpé de su hermano, un ingeniero agrónomo de gran trayectoria en la investigación. Esto motivó seguramente mi gusto personal por el campo y la admiración por sectores agrícolas y agroindustriales fuertemente vinculados al desarrollo de nuestra provincia y que posicionaron a la producción tucumana entre las mejores del mundo”, puntualizó.

Reconoció que en el marco del desarrollo de su carrera debió enfrentar muchos desafíos. “Nunca sentí, sin embargo, dificultad para desarrollar alguna de las actividades específicas de nuestra profesión por ser mujer. La única situación difícil que se me presentó fue compatibilizar la profesión con ser madre, y poder organizar los tiempos para crecer profesionalmente y, a la vez, no descuidar la familia y el manejo de la casa”, explicó.

Contó que pudo llevar adelante ese doble rol de profesional y de mamá, pero que eso significó jornadas diarias muy largas y agotadoras, con noches enteras sin dormir. “En mi caso, tuve un gran apoyo familiar; en especial, de mis suegros, que estuvieron siempre presentes ayudándome a cuidar a mis tres hijos, incluso acompañándome a Congresos o a viajes laborales -a veces, al extranjero-, para que pueda ir con mis hijos si eran bebés muy pequeños”, agregó Fogliata. Y subrayó que sin ese apoyo, seguramente habría tenido muchas dificultades. “Lamentablemente hoy veo que colegas más jóvenes continúan padeciendo esas dificultades. Creo que es un tema pendiente; y se debería trabajar para que haya un mayor desarrollo de políticas que favorezcan a la familia”, manifestó.

En cuanto a su relación con los compañeros de la Facultad, destacó que fue excelente. “En mi promoción fuimos muy pocas mujeres; y los varones se nos acercaron desde el inicio. Fuimos compartiendo muchas actividades, desde lo académico hasta las famosas peñas de Agronomía. Y así se fue forjando una amistad muy linda que hasta ahora perdura con muchos de ellos”, recordó.

También remarcó el vínculo con los profesores, aunque planteó alguna excepción. “En general fue muy bueno, solo en algunos casos, sí sentí que exigían más a las mujeres que a los varones; en especial durante los exámenes. Pero esta situación, que podría verse como una dificultad, en realidad se transformó en una ventaja, porque nos motivó a prepararnos muy bien en cada materia de la carrera”, rescató Fogliata.

Una vez recibida, y ya dentro de un espacio de trabajo, también fue creando lazos laborales con sus compañeros. “El vínculo con estos y con mis colegas siempre se desarrolló en un marco de respeto y de igualdad. Nunca sentí un trato diferencial por ser mujer”, señaló.

No obstante, sí vivió algunas situaciones que le llamaron la atención. “Lo curioso es que las pocas veces que tuve cuestionamientos de la incompatibilidad entre ser mujer y a la vez ser ingeniera agrónoma estos provinieron de gente no vinculada a la agronomía; y particularmente, de mujeres. Supongo que acaso se haya debido al desconocimiento de la profesión o al hecho de que muchas veces somos nosotras mismas las que nos ponemos trabas”, consideró.

Fogliata actualmente se desempeña como investigadora Asociada y Coordinadora de la sección Fitopatología de la Eeaoc. “Mi área de investigación es la fitopatología, orientada a la etiología, epidemiología y al manejo de enfermedades de los cítricos -en especial, de limón- de campo y de poscosecha”, precisó a LA GACETA Rural.

Añadió que junto a su equipo de trabajo desarrollan protocolos para diagnóstico convencional y molecular de enfermedades cuarentenarias, y estrategias de manejo de enfermedades de campo y poscosecha, para cumplir con los requerimientos sanitarios, de calidad y de inocuidad de los países compradores de la fruta cítrica de la Argentina. “Trabajo fuertemente vinculada al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y al sector citrícola, mediante asociaciones como la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa) y la Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino (Afinoa), como referente técnico-científico en enfermedades cuarentenarias de los cítricos”, indicó.

En especial, dijo que su objetivo es dar apoyo a los programas de certificación de fruta cítrica para exportación, brindando soporte técnico, desarrollando estrategias de manejo, coordinando el laboratorio que analiza muestras oficiales y privadas para diagnóstico de HLB y de enfermedades cuarentenarias, participación en auditorías y brindando capacitación a inspectores de Senasa y a técnicos de empresas privadas. “Si no fuese una mujer, mi labor sería la misma, aunque tal vez hubiera tenido o tendría en el presente más tiempo libre, ya que las mujeres nos autoexigimos demasiado para cumplir diversos roles”, reflexionó.

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