En el marco de las investigaciones para su tesis de posgrado, Nadia Regina Chalfoun trabajó con profesionales vinculados a la producción agroindustrial, que buscaban desarrollar una alternativa biotecnológica para controlar una enfermedad de la frutilla. Ese trabajo despertó la vocación de Chalfoun de hacer ciencia en la “biotecnología vegetal”. Y así empezó a recorrer su camino en el mundo de las ciencias agrarias.
“Durante mi etapa de estudiante de grado y de posgrado, la interacción con mis pares y con mis directores fue siempre de mutuo respeto. La etapa de mayores desafíos -y, a la vez, de mayores logros- la transité durante mis primeros años de trabajo en la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc). Allí aprendí a trabajar en equipo con especialistas en diversas disciplinas y a conciliar ideas para trabajar por un objetivo común”, contó.
Precisó que los desafíos no pasaban por su condición de mujer. “En mi grupo de trabajo, las mujeres constituimos una amplia mayoría; pero como mi formación estaba asociada a la bioquímica y fisiología de plantas, la interacción con mis pares investigadores, cuya formación era netamente agronómica, me resultó un tanto difícil. Sentía que hablábamos diferentes idiomas. Con el tiempo, el continuo intercambio de ideas desde la camaradería y el respeto, permitió una perfecta complementariedad de disciplinas”, dijo Chalfoun. Añadió que desde entonces se alcanzaron resultados positivos de gran innovación científica y tecnológica.
En la actualidad se desempeña como investigadora científica tecnológica en el Instituto de Tecnología Agroindustrial del Noroeste Argentino (Itanoa), ente de doble dependencia Eeaoc y Conicet. “Desde 2019 coordino las actividades realizadas por el grupo de C+T ‘Bioinsumos’, que se orientan a la generación de bioinsumos de origen vegetal o microbiano que beneficien la producción agroindustrial, en la inocuidad de productos agroalimentarios, en la producción de bioenergía y en otras actividades agroindustriales para la mejora cualitativa y cuantitativa de los procesos productivos”, explicó.
Detalló que uno de los principales logros del grupo bajo su conducción es el desarrollo de un bioinsumo Howler® formulado a partir de una proteína aislada de un hongo patógeno de plantas, que sirve para proteger los cultivos frente a enfermedades, sin generar daño en los humanos, en el cultivo, ni en el ambiente. “Este tipo de logros exigen que los investigadores desarrollemos muy buenas relaciones interpersonales, tanto para el trabajo en equipo como para la vinculación con pares y empresasdel sector y con productores”, dijo.
Entre las actividades que definen su perfil de investigadora Chalfoun enumeró la formación de recursos humanos, la docencia, la extensión y la gestión de recursos económicos.