La pandemia alteró nuestros hábitos cotidianos en todos los aspectos. Volver a hacer ejercicios (en un gimnasio, caminar por parques o calles, andar en bicicleta o cualquier otro) es, para muchos, una forma de retomar las costumbres, recuperar energías, bajar de peso y mejorar la calidad de vida. En definitiva, todos objetivos positivos y muy deseables.
Pero, como en tantas otras cosas que nos pasan en este tiempo, no todo es tan sencillo. Quienes se enfermaron de coronavirus, una vez superado el cuadro clínico y siempre antes de emprender nuevamente a sus rutinas físicas, deben visitar a especialistas y realizar distintos tipos de análisis y estudios para conocer si quedaron secuelas de la enfermedad o no. No es un tema menor ni es posible descuidarse o hacerlo más adelante, si es que se siente algún malestar: las afecciones cardíacas y respiratorias integran el listado de aquellas consecuencias que la covid-19 dejó como regalo no deseado en algunos organismos.
Como tantas otras informaciones que sumamos a diario, los estudios no son inmediatos tras el alta médica, sino que requieren un tiempo; y mientras tanto, nada de ejercicio. “Con respecto a la parte cardiovascular, la recomendación es hacerse los chequeos entre la tercera y la cuarta semana después que el paciente ya tuvo covid”, dice el médico cardiólogo tucumano Jorge Tazar.
Por su parte, en el área de neumonología recomiendan esperar entre 15 a 20 días después del alta epidemiológica. “Hay que esperar ese tiempo porque en realidad, lo que se busca con esos estudios es saber cómo quedó el funcionamiento y la estructura de los órganos del paciente, para determinar si resultaron o no dañados en forma permanente o temporal. Si uno lo hace de manera precoz, aún no terminó el mecanismo de reparación y no se llega a ver la totalidad de los cambios que podrían estar ocurriendo”, comenta el neumonólogo Fabián González.
Estudios por hacer
Desde el punto de vista del corazón, hay una serie de estudios de rigor que se deben hacer para descartar que haya algún daño residual por el coronavirus. “El primero es el electrocardiograma, que es lo más básico y sencillo. El otro estudio es un ecocardiograma o ecodoppler, al que asociamos con algún estudio dinámico, que puede ser un holter o una ergonometría. Es lo mínimo. Pero hay algunos pacientes que persisten con síntomas, y eso nos obliga a hacer otros exámenes más profundos. Por ejemplo, un paciente que durante su enfermedad tuvo muchos episodios de hipertensión arterial, puede ser que en el postcovid le hagamos un estudio que se llama presurometría o holter de presión arterial. Y hay otros que se pueden pedir de acuerdo a cómo haya sido la evolución o el cuadro clínico del paciente puntual. Junto con esto, también son importantes algunos estudios de laboratorio”, explica Tazar.
Además, también se recomiendo realizar, desde la parte de neumología, otros análisis complementarios. “Hacemos estudios de imagen, que puede ser una radiografía o tomografía de acuerdo del grado de severidad del paciente. Y después se hacen estudios respiratorios funcionales, como la espirometría, para ver en qué estado quedó la capacidad respiratoria”, manifiesta el especialista González. También suman los análisis de laboratorio. En definitiva, ninguno de los estudios comunes es invasivo o de alta complejidad, y todos son ambulatorios.
Actividad física
Así, es importante tener en cuenta que si queremos empezar algún tipo de deporte o ejercicio físico, o retomar lo que se dejo pausado por la pandemia, lo primero que debemos poner en agenda es el chequeo médico. De esta manera controlamos cómo está nuestro organismo después de haber atravesado la enfermedad.
“Hay muchas personas que son muy deportistas y quieren volver al día siguiente a las rutinas. Y eso va a depender mucho de cada uno. A algunos pacientes se les dificulta mucho hacer algo simple que antes hacían sin dificultad. Lo óptimo es hacerse los chequeos si se quiere volver a ejercitarse”, puntualiza González.
Tazar coincide con el mismo criterio. “Para la actividad física total, se debe esperar un mes. Es que entre el alta epidemiológica y el alta definitiva se suman 30 días. Esto asumiendo que el paciente está asintomático, porque si sigue con síntomas definitivamente no está de alta. Como máximo, y siempre con autorización de su médico, puede hacer algo de actividad física como salir a caminar o trotar, pero nada que implique mucho esfuerzo”, dice.
De vital importancia
Los especialistas recomiendan realizarse los chequeos a todos los que se hayan enfermado, ya sea si se tuvo síntomas o no. Lo mismo pasa con el nivel de gravedad de la enfermedad. En síntesis, hacerlo nos puede ayudar a seguir con nuestra vida, descartando todo tipo de futuras complicaciones.
“Es importante el control. Porque descubrimos mucha gente, en esta etapa de la covid, que no tuvieron cuadros tan severos, pero que después en los estudios empiezan a aparecer algunas alteraciones. El chequeo en general postcovid se arma a medida de cada paciente, no es algo estandarizado. Lo importante es que se consulte con un especialista. Y desde ya, recomendamos a todas las personas que tuvieron covid hacerse los chequeos”, finaliza González. (Producción periodística: Gianna Camarda).