10 Marzo 2022
SEVERO IMPACTO. El magnate ruso Abramovich sufrió duras sanciones que repercutirán en el club Chelsea. Foto de Reuters
Gran Bretaña congeló el jueves los activos de Roman Abramovich, propietario del club de fútbol Chelsea, en una escalada de sanciones contra socios de Vladimir Putin.
La medida fue adoptada como represalia por la decisión de la Federación Rusa de avanzar con la invasión sobre Ucrania.
Abramovich, además, es un importante accionista de la siderúrgica Evraz, que cotiza en Londres.
La sanción del gobierno de Boris Johnson pone efectivamente a Chelsea bajo el control del Reino Unido, deteniendo cualquier disposición y deteniendo la venta de nuevos boletos o mercancías.
La medida no permitirá al campeón de la Champions League llenar su estadio, ni vender o comprar jugadores, ni renovar a futbolistas como Antonio Rüdiger, ni completar la venta del club a uno de los 10 magnates que lo acechaban, como planificaba Abramovich, indicó la agencia Reuters.
Así, la prisa que tenía el multimillonario ruso por desprenderse del exitoso club londinense, quedó visto, no era fruto de un arrebato ni mucho menos.
Por ahora, se le ha adjudicado al Chelsea una "licencia especial" para que pueda seguir operando en el día a día. De este modo podrá pagar los salarios a todos sus empleados, incluyendo jugadores y entrenadores. También podrán dedicar 20.000 libras (23.800 euros) para cada partido que jueguen fuera de casa, en concepto de viaje y estancia.
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