Una recordada campaña publicitaria de Mastercard admitía que hay cosas que el dinero no puede comprar. Otra versión del antiquísimo la plata no hace la felicidad. Por supuesto, siempre es mejor tenerla que no tenerla, pero es cierto que el dinero no es garantía de éxito cuando de deportes (y sobre todo de fútbol) se trata. Si lo sabrá Nasser Al Khelaifi, que hace 10 años viene poniendo miles de millones de euros en Paris Saint Germain con el objetivo de convertirlo en el mejor equipo de Europa y fracasando una y otra vez. Cerca estuvo de lograrlo en 2020, pero Bayern Munich lo amargó en la final. Y aunque esta vez, con la llegada de Lionel Messi y otras figuras a un plantel que ya contaba rebosaba de estrellas (entre ellas Kylian Mbappé y Neymar), parecía que nada podría interponerse entre PSG y la “Orejona” de la Champions League, el final fue el mismo de siempre: la nada misma. Esta vez, en octavos de final a manos de un Real Madrid que no había dado la talla en la ida y que en un momento se vio con dos goles por remontar. Parecía todo controlado, con Mbappé haciendo pasar vergüenza a la defensa “blanca”, hasta que Gianluigi Donarumma (otra de las grandes figuras cuyo traspaso no le costó un centavo a PSG) se abatató con la presión de Karin Benzema y regaló mucho más que un gol: regaló esperanza. Nada menos que al Madrid, dueño de 13 Champions, y a Benzema, su capitán, líder espiritual y goleador inoxidable. Del 0-2 al 3-2 en el global, casi un deja vu de lo que fue la histórica remontada de Barcelona en 2017 (de 0-4 a 6-1).
Lo de PSG ya es un caso de laboratorio. Se dice que es un equipazo, pero no. En todo caso es un plantelazo, sobrecargado de figuras que valen cualquier plata, pero para hablar de equipo hace falta una sintonía futbolística que Mauricio Pochettino no ha logrado desarrollar. La llegada de Messi ha aportado asistencias y algunas pinceladas, pero poco más (todavía lejos de lo que es esperaba del ganador del Balón de Oro), y si a eso se le suman las intermitencias de Neymar, el libreto de PSG se reduce casi a esperar algún rapto de Mbappé que le saque las papas del fuego. Para colmo, la maravilla francesa se les va en cualquier momento.
La gran cuestión es Messi. París lo recibió esperanzada, pero meses después la decepción -proporcional a lo que se esperaba de él- ya resulta indisimulable. De agotar camisetas a agotar la paciencia de quienes le concedían un tiempo de adaptación al equipo y al fútbol francés. Sus idas y venidas con la Selección, a la que pareció dedicarle sus mayores energías y con la que ganó la Copa América, cautivó a los argentinos pero profundizó el desencanto de los que le pagan el sueldo.
Y mientras en Barcelona ganó todo, en PSG solo ha acumulado frustraciones: Niza lo dejó afuera en octavos de final de la Copa de Francia y ahora el Madrid en octavos de la Champions. Solo le queda una Liga francesa en la que PSG se encamina hacia un título sin demasiada emoción ni oposición del resto. Eso puede tener un lado positivo: en la antesala de lo que será su último Mundial, Messi dispondrá de algunos meses tranquilos hasta el final de la temporada, con varios partidos menos de desgaste. Sin embargo, el espíritu competitivo de “Leo” también se nutre de ganar títulos. Y en ese aspecto, PSG parece condenado al fracaso.
¿Se le terminó el crédito a Pochettino?
La suerte de Mauricio Pochettino como entrenador de PSG parece echada: si ya venía cuestionado por la falta de resultados a la altura de las figuras que tiene a disposición, la eliminación en la Champions League, el gran objetivo de la temporada, acabó con el escaso crédito que le quedaba. Ya desde hace tiempo se habla de posibles reemplazantes, con Zinedine Zidane como principal candidato.
Luego del partido, Pochettino se quejó por lo que consideró un gol ilegal de Karim Benzema y apuntó contra el VAR. “Me pregunto para qué está, porque para mí hay falta contra Donarumma. Después de eso, el partido cambió”
La prensa francesa no ahorró críticas para el entrenador, aunque el director deportivo de PSG, Leonardo, lo respaldó: “(Pochettino) está en el proyecto”. Sin embargo, es casi seguro que la de ayer haya sido su última oportunidad.
BREVES DE EUROPA
Acortó la distancia
El historial Lionel Messi-Real Madrid, sigue a favor de la “Pulga”, pero el “Merengue” achicó distancias. En 47 partidos, “Lio” ganó 20, Real Madrid 16 y empataron en 11 ocasiones. En 23 juegos en el Bernabeu, Messi triunfó en 12 oportunidades, igualó en tres y con la de ayer, fue la octava derrota.
Esta vez, no pudo ser
En cruces de eliminación directa por Champions League, es la primera vez que Messi cae derrotado ante Real Madrid. En las anteriores dos oportunidades, avanzó con Barcelona.
Europa League
En el “Viejo Continente” hoy seguirá la acción con los octavos de final de ida de la Europa League. Desde la 14.45 jugarán Sevilla-West Ham; mientras que desde las 17 lo harán: Atalanta-Bayer Leverkusen, Barcelona-Galatasaray, Rangers-Estrella Roja y Braga-Monaco. Ayer, Lyon y Frankfurt ganaron como visitante por 1 a 0 y 2 a 1 a Porto y Betis, respectivamente. RB Leipzig avanzo directo a cuartos por la eliminación de Spartak Moscú a causa de la guerra.
Completó el trámite
Manchester City de Pep Guardiola sólo jugo para cumplir con los 90 minutos que restaban. Ayer, igualó 0 a 0 con Sporting de Lisboa y avanzó a cuartos de final gracias al 5-0 conseguido en Portugal. Así, se suma a los ya clasificados Bayern Munich y Liverpool.