La gran tormenta eléctrica que se produjo el sábado por la noche atacó con fuerza y afectó a varios domicilios e instalaciones públicas. Los barrios de la capital cercanos al Canal Sur fueron una de las zonas más complicadas por el temporal que azotó a la provincia.
En el Canal Sur, a la altura de avenida Independencia, la fuerza del agua desbordó los límites destrozando no sólo las barandas del puente y la contención del canal sino también el guardarrail de la calle.
Ayer a la tarde el agua continuaba corriendo por debajo del puente con mucha fuerza y en gran cantidad. Basura, ramas, plantas y barro eran el escenario que se desplegaba sobre las calles, dejando en claro la potencia de la tormenta.
Sorpresa y temor
Los vecinos del barrio Presidente Perón, ubicado justo al lado del canal, temían que el agua vuelva a ingresar a sus casas, deteriorando aún más sus pertenencias materiales. “Tengo todo mojado, es la tercera vez que me pasa. Mi nieto también se inundó y hasta el momento no vino nadie a ayudarnos”, comentó un vecino que tiene ubicada su casa justo en la esquina del puente.
En el barrio El Manantial, la fuerza del agua arrasó con todo a su paso. Vecinos comentaron a LA GACETA que la crecida los sorprendió de repente y comenzó aproximadamente a las diez y media de la noche.
En el barrio Elena White, por el contrario, la situación estuvo un poco más controlada ya que “las casas no están al nivel de la calle, están un poco más arriba, por lo que la inundación no logró ingresar”, dijeron los residentes y resaltaron que las calles estaban desbordadas.
Andrés Bazán, quien vive hace más de 10 años en el Manantial sobre la calle Fray Cayetano Rodríguez, contó a LA GACETA que la tormenta le destrozó el frente de su casa, además de provocarle grandes pérdidas materiales.
Agarrado del pilar
Cuando el equipo periodístico llegó, Bazán se encontraba junto a su hermano recogiendo los restos de ladrillos de la pared de entrada que la fuerza de la inundación le había roto. Contó que el agua le llegó hasta la cintura y tuvo que sostenerse de las columnas de la calle para que no lo derribara.
“El agua tiró todo, no sólo las paredes del frente sino también la tapia del fondo. Se mojó todo adentro, son muchas pérdidas materiales”, lamentó.
Bazán comentó que por esa zona era común ver las calles inundadas y notar la crecida del canal, pero hasta ayer no les había tocado vivir una inundación semejante. “Nunca nos había pasado así, jamás el canal desbordó de esta manera”.
Además, resaltó la rapidez con la que avanzó la crecida. “Fue todo de golpe, me vino el agua con mucha fuerza y en un par de minutos ya me llegaba a la rodilla. Cuando pude salir de mi casa ya me daba a la cintura. Era una correntada, me tuve que agarrar del pilar. Fue bastante feo”, recordó.
Los vecinos además comentaron que en varios asentamientos de la zona, uno de ellos el Santa Lucía, el agua provocó numerosas pérdidas materiales e incluso algunas familias tuvieron que abandonar su hogar por un par de horas hasta que el agua baje su nivel.
Durante la noche del sábado y la mañana del domingo, la escuela Juan Crisóstomo Álvarez, ubicada sobre la calle Benjamín Villafañe, funcionó de albergue para las familias damnificadas. (Producción periodística: Graciela di Vico).