Eduardo Robinson
Economista
Así como en 2020 las expectativas pasaban por la reestructuración de la deuda con los bonistas, al inicio del corriente año la atención está centrada en el refinanciamiento de la deuda con el FMI. Al respecto caben tres preguntas: ¿para qué el acuerdo?, ¿en qué consiste?, y ¿qué puede esperarse sobre sus efectos en la economía real? Durante 2018, Argentina obtuvo asistencia financiera por parte del organismo internacional por 44.000 millones de dólares. Se dio en el marco de una crisis de confianza originada en el volumen y la velocidad de endeudamiento. Los mercados internacionales empezaron a vislumbrar que en esas condiciones el país se dirigía a un nuevo episodio de default de su deuda. En ese momento, el Gobierno juzgó que había que evitar la cesación de pagos y recurrió al FMI, que realizó un desembolso que duplicó lo que al país le hubiese correspondido en base a la cuota parte que posee. Ese préstamo era del formato stand by, es decir, de corto plazo. Sin embargo, tras el préstamo la economía no logré revertir el proceso de desconfianza y continuó mostrando inestabilidad en el mercado cambiario, aceleración de la inflación y recesión.
¿En qué consiste este acuerdo? Básicamente en lograr una extensión del plazo para la devolución del préstamo. El máximo plazo que puede otorgar el FMI es de 10 años, transformando el préstamo de stand by a uno de Facilidades Extendidas. Mientras, Argentina se compromete a reducir la emisión de moneda para financiar al Tesoro, reducir los subsidios a las tarifas de servicios públicos lo que implica disminuir el desequilibrio fiscal, evitar un atraso en la cotización del dólar oficial, suba de tasas de interés para que no estén por debajo de la tasa de inflación y estimular el ahorro en pesos. No hay metas explícitas de inflación, sólo rangos que irían mostrando un descenso del nivel de precios. El acuerdo prevé cuatro años de gracia, es decir que los desembolsos se empezarán a realizar a partir del año 2026 y se prolongarán hasta 2034.
¿Qué se puede esperar? El efecto de corto plazo es quitar presión en el mercado cambiario, recomponer reservas internacionales, evitar la cesación de pagos con el organismo que implicaría acentuar la inestabilidad macroeconómica y la desconfianza, interrumpir créditos de otros organismos internacionales. En otras palabras, no acordar llevaría a incrementar los costos para la economía y agravar el delicado cuadro social.