Pádel: “Hay que soñar para vivir y vivir para lograrlo”

Pádel: “Hay que soñar para vivir y vivir para lograrlo”

Siciliani vive en Italia desde 2018; hoy enseña pádel en uno de los mejores clubes de Milán.

GAJES DEL OFICIO. Siciliani (segundo desde la izquierda) posa luego de un partido de pádel junto a Esteban Cambiasso y Diego Milito, ex glorias de Inter de Milán. GAJES DEL OFICIO. Siciliani (segundo desde la izquierda) posa luego de un partido de pádel junto a Esteban Cambiasso y Diego Milito, ex glorias de Inter de Milán.
25 Febrero 2022

Como muchos tucumanos, Emiliano Siciliani se fue a Europa en busca de hacer realidad sus sueños. Hoy, tres años y medio después, siente que tomó la decisión correcta. “Nací en San Miguel de Tucumán, pero me crié en Juan Bautista Alberdi, donde viví hasta que tuve 24 años. Actualmente resido en Milán, Italia”, contó Siciliani, como modo de presentación.

“En Aguilares estudié la carrera de profesor de Educación Física. Mientras estudiaba sabía que tenía que prepararme de la mejor forma, porque mi objetivo ya estaba claro y era continuar mi vida en Europa. Sabía que tenía que ser Italia debido a mi doble nacionalidad, pero no había elegido la ciudad. Después de algunos consejos, me decidí por Milán, que es una ciudad increíble. En junio de 2018 decidí arrancar con esta aventura”, recordó.

Actualmente, el “tucu” es uno de los profesores de pádel del Quanta Club, uno de los centros deportivos más importantes de Italia. “Para llegar a esto pasé por muchas cosas. Llegué a Italia con mi esposa Melina y solamente 300 euros. Al poco tiempo conseguí trabajo en una empresa de limpieza, donde estuve un año y medio. Con Melina salíamos a las 5 de la mañana del departamento y volvíamos a las 20. Fue una experiencia muy linda, porque me sirvió para entender lo que significaba vivir lejos de casa y tener la ilusión de construir algo lindo. Mientras lavaba platos, copas, limpiaba ascensores y muchas otras cosas, fui tocando puertas. Mi objetivo era ejercer mi profesión en Italia. Un día, mientras estábamos limpiando un ascensor, me sonó el teléfono. Era una llamada del Comité Olímpico Italiano. Me informaron que habían recibido mi currículum y que me ofrecían una suplencia en una escuela donde asisten niños con discapacidades diversas. Sin dudarlo, a pesar de que económicamente no me convenía, acepté”, señaló.

Capacitación

“Esa suplencia de cinco meses terminó convirtiéndose en una de dos años. Fue algo increíble. Era mucho más de lo que podría haber imaginado. Durante el tiempo que trabajé en la escuela, volví a jugar al pádel; me capacité, hice el curso de instructor y obtuve la licencia para poder enseñar. La constancia y las ganas me permitieron comenzar a trabajar también en el mundo de este deporte con personas muy conocidas como Demetrio Albertini y Pierluigi Casiraghi. Las puertas de Milán se habían comenzado a abrir y yo era consciente que era un buen momento. Sentía que tenía que continuar trabajando de esa forma y que podían llegar cosas muy importantes para mí”, agregó Emiliano, quien cuando tenía 11 años había estado en Suecia jugando la Gothia Cup con el equipo del CEF 18 que conducía Daniel Petrella.

“En el año de la pandemia donde todo parecía caerse a pedazos, el pádel me puso en el camino a dos personas muy importantes en mi vida. Me tocó jugar un partido con Luis Ovando, de quien me hice muy amigo y hoy es quien confió en mí para seguir trabajando en el deporte en el Quanta Club. También entablé una hermosa amistad con Esteban Cambiasso. El ‘Cuchu’ es una persona extraordinaria. Tiene conceptos claros y precisos de la familia, del deporte, de la salud y de la vida en general”, comentó.

“Siempre digo que hay que soñar para vivir y vivir para lograrlo. En mi casa, cuando era niño, me enseñaron tres cosas: practicar deportes, estudiar y ser honesto. Gracias a esos consejos, hoy siento que estoy triunfando y disfrutando de la vida a pleno”, concluyó.

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