El Gobierno alcanzó la meta que necesitaba. Tucumán fue la primera provincia en el país que implementó el pase sanitario y así, mediante esa presión, logró colocar 700.000 dosis en tres meses. Un número que estaba lejos de las previsiones cuando a principios de diciembre ya se hablaba de la necesidad de una tercera colocación. La medida no estuvo exenta de polémica. Grupos de tucumanos se opusieron desde el primer momento al considerar que se avanzaba sobre libertades regladas por la Constitución, ya que la vacunación no es obligatoria. Incluso en el Colegio de Abogados amenazaron con judicializar la medida, aunque eso no llegó a concretarse. Todo había nacido con el decreto firmado por Osvaldo Jaldo, que era considerado inconstitucional por algunos letrados, hasta que la norma fue tratada y aprobada por la Legislatura, con lo que las protestas perdieron fuerza.
Luego, cuando el presidente Alberto Fernández, también por decreto, imitó lo dispuesto en Tucumán, la mayoría de las provincias se adhirieron y el pase sanitario se hizo nacional e imprescindible para realizar numerosas actividades sociales, culturales, educativas, religiosas y deportivas. “Han sido medidas duras que han dado resultados; no quiere decir que se terminó la pandemia ni la covid-19. Quiere decir que el estado sanitario que tenemos nos está permitiendo levantar las restricciones”, explicó el gobernador luego de anunciar la medida que se hará efectiva desde el 1 de marzo. Antes que eso hubo otra polémica ya que en todo el país se juegan los partidos de fútbol a cancha llena, y en Tucumán sólo hubo un aforo de 300 personas que alcanzó notoriedad a nivel nacional y motivó el reclamo de dirigentes, jugadores e hinchas. “Es sólo una fecha”, justificó Jaldo para mantener su decisión. Según los datos del Siprosa que mostró el gobernador, en los casi 90 días que lleva de vigencia la medida el 84% de la población cerró su esquema de vacunación y un 92% tiene una dosis. “Estadísticamente el pase sanitario es una de las medidas más acertadas. Fuimos la primera provincia en tomar esta determinación y decimos con orgullo que nos fue bien”, aseguró.
¿Fue productiva la medida? Los tucumanos actuaron más por miedo que por convencimiento aunque, a ciencia cierta, muy pocas entidades lo pedían realmente, según se consignó en numerosas crónicas periodísticas. Pero la gran mayoría de los científicos sostiene que la vacunación es la única forma de enfrentar la pandemia y en ese sentido el pase sanitario contribuyó, y mucho, a tener una provincia con mayor cantidad de gente inmunizada. La situación tomó aún más relevancia ante la cercanía del comienzo de clases y algunos rumores, luego desmentidos, de que se solicitaría el pase para los establecimientos escolares. Miles de padres llevaron a sus hijos a vacunarse para evitar problemas.
Durante dos años los gobiernos de todos los países tomaron medidas y trabajaron a prueba y error sobre el campo para encontrar soluciones ante un enemigo desconocido. El pase sanitario no fue un invento de argentinos ni mucho menos. Se utilizó en muchísimos países con resultados similares a los de Argentina. Será el tiempo el que dirá si realmente la medida contribuyó a proteger a la ciudadanía, en momentos en los que además las cifras de contagios están en franca disminución y por suerte no se avizoran nuevas olas como las que ya pasamos.