21 Febrero 2022
SONAMBULISMO. Los especialistas señalan que este trastorno suele ser común durante la niñez. FOTO GENTILEZA / DIARIO ABC PARAGUAY.
El sonambulismo es uno de los trastornos del sueño del que poco se habla y, sin embargo, es más frecuente de lo que se cree; especialmente en niños y jóvenes. Quienes lo padecen suelen levantarse de la cama o caminar por distintos sectores del hogar, sin tener conciencia de sus actos.
Pero, a no alarmarse. Esta patología no tiene consecuencias graves en el desarrollo de una persona. Ahora bien, ¿cómo deben actuar los padres en caso de una crisis?, ¿cuándo se debe concurrir a un especialista?
"El sonambulismo es una alteración del sueño fisiológico que se encuentra dentro de los fenómenos motores o conductas no deseables durante el sueño. Es benigno, es decir, no genera problemas para el desarrollo neurológico de quien lo padece", explicó Marcos Javier Posse, neurólogo del Hospital Italiano, a LA GACETA.
El médico tucumano, egresado de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y especialista en neurología infantil, indicó que los estudios neurofisiológicos señalan que estos episodios se producen en la etapa más profunda del sueño y están relacionados a factores hereditarios. "El 60% de los niños sonámbulos presentan antecedentes familiares de sonambulismo", detalló.
"Hasta ahora, la ciencia no ha arribado a un diagnóstico preciso para explicar por qué se produce este trastorno. Pero existen factores como: tener una personalidad ansiosa o una mala higiene del sueño; que pueden propiciar", aseguró.
También aclaró que existen condiciones especiales en los niños que pueden generar el sonambulismo. Algunas de ellas son menores con antecedentes de migrañas, apneas del sueño -la respiración se interrumpe o se vuelve superficial-, o reflujo gastroesofágico.
Características de la crisis
Carla Antonella Chicco, neuróloga del Sanatorio Finochietto y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), manifestó que los episodios de sonambulismo se extienden aproximadamente hasta antes los 10 años de vida. Y, generalmente, no se extienden en la vida adulta.
"Es poco frecuente que un paciente pediátrico pase a la adultez con él. Puede haber casos puntuales que continúen, Esto se debe a una característica puntual del paciente", precisó.
Respecto a la duración de un episodio de sonambulismo, dijo: "Habitualmente ocurren entre una y dos horas después de que el paciente se duerme".
"El tiempo de duración varía: puede ser de pocos minutos o prolongarse. Se debe tener en cuenta los síntomas de los pacientes, hay quienes solo se sientan en la cama y abren los ojos y hay quienes se levantan a caminar o llegan a salir de la casa. Depende de los síntomas clínicos", completó.
En tanto, Posse acotó que existen distintas técnicas que pueden utilizar los padres para ayudar a sus hijos a que estos episodios desaparezcan. "Una de las recomendaciones es regularizar el horario de irse a dormir, intentar evitar factores estimulantes como celulares o tabletas, y descansar un mínimo de ocho horas por día", sugirió.
"En el caso que estas medidas sean insuficientes se pueden implementar micro-despertares programados durante la noche, minutos antes de la hora habitual del episodio. Es interesante remarcar que el sonambulismo suele producirse siempre a la misma hora en relación con el momento del inicio del sueño por lo que los padres después de un tiempo suelen conocer el horario de la noche donde sus hijos presentan dichos evento", añadió.
FOTO GENTILEZA / ELCORREO.COM
¿Cómo actuar?
Ambos profesionales de la salud coinciden que nunca se debe intentar despertar a quien esté padeciendo un episodio de estas características y recomiendan tratar de contenerlos.
"Se debe contenerse desde el sueño. Porque el paciente si despierta va a encontrarse confundido. Y si, en ese momento, está cursando un episodio de agresividad o excitación puede profundizar", opinó Chicco.
Por su parte, Posse aconsejó extremar las medidas de seguridad en el hogar. "El niño sonámbulo es capaz de realizar automatismos aprendidos durante la vigilia como abrir puertas y ventanas", advirtió.
La patología no suele traer mayores consecuencias a la salud. Sin embargo, los especialistas destacaron que es importante que los papás busquen ayuda.
"Acudir al pediatra es vital para que éste brinde el asesoramiento adecuado. Y, además, se pueda llevar un control que permita detectar si el niño necesitará una terapia a futuro. También porque puede verse afectado el rendimiento del paciente durante el día por el mal descanso", concluyó Chicco.
Producción periodística de Nicolás Córdoba
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