“No se puede saber cuánto, pero alguna pérdida habrá”

“No se puede saber cuánto, pero alguna pérdida habrá”

El presidente de Cactuc dijo que el clima afectó los cañaverales tucumanos.

COMPLICADO. Gramajo dijo que el calor afectó el control de malezas, debido a que no se puede aplicar herbicidas con las altas temperaturas. COMPLICADO. Gramajo dijo que el calor afectó el control de malezas, debido a que no se puede aplicar herbicidas con las altas temperaturas.
19 Febrero 2022

Se sabe que resulta prácticamente imposible que un cultivo, cualquiera, logre salir indemne después de soportar la extensa sequía que viene golpeando el país desde hace meses y las ardientes temperaturas que se registraron durante el inicio del año en curso.

Y, en efecto, la caña de azúcar no será la excepción. “Está complicado. No me gusta llorar antes de tiempo; pero si bien no está cuantificada alguna pérdida habrá. Desde el cerro uno ve los cañaverales, y todos se ven verdes, pero han sufrido bastante”, dijo a LA GACETA Rural Otto Gramajo, presidente del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactuc).

Aunque descreyó que la situación alcance niveles críticos, insistió en que algún porcentaje se perderá, debido a la sequía y al intenso calor. “Para que se declare una emergencia agropecuaria se debe registrar más de un 50% de pérdida; y no creo que, en general, se llegue a eso. Habrá que evaluar casos particulares; por ejemplo los cañaverales ubicados en el departamento Graneros están bastante afectados por la seca”, señaló.

Si bien porfió en que resulta prematuro aventurarse a afirmar un porcentaje de pérdida, a su criterio este podría no ser tan elevado, si el tiempo se normaliza, en cuanto a cantidad de lluvia y a las temperaturas. “Es muy difícil decir como terminará siendo este año; falta mucho: febrero, marzo y parte abril; durante esos meses la caña sigue creciendo. Si ahora todo vuelve a la normalidad, capaz que la pérdida ronda de un 10% a un 20 %. Pero hoy decir un número es imposible. Ahora, que hay cañaverales afectados, eso es así; en algunos casos con pérdidas. En las plantaciones que se renovaron un poco tarde, esa planta sufrió bastante; y en algunos casos se puede haber llegado a perder”, afirmó.

En concreto, indicó que el calor afectó las tareas de control de malezas. “Con las altas temperaturas, de la primera quincena de enero no se puede aplicar herbicidas. Para que este producto funcione debe haber humedad ambiente. Pero desde fines de diciembre del año pasado hasta el 20 de enero de este año no se podía aplicar. Y todo eso va sumando pérdidas”, señaló.

Para el caso de la fertilización, la afectación no estuvo asociada a un una cuestión climática. “Esta tarea se realiza con independencia de que haya seca o no: el fertilizante se coloca abajo del suelo, para que no se evapore y empiece a actuar cuando llueva. Así que la seca no debería haber interferido. Pero e este caso se dio el problema del precio, que pasó de U$S 400 a U$S 1.100. Y esta suba se dio en el ámbito internacional debido a un problema del gas, la materia prima de la urea”, explicó Gramajo.

Luego de exponer, el presidente de Cactuc precisó que el panorama de pérdida que trazó no incluye el rendimiento sacarino de la caña. “Eso se podrá saber más adelante, si hay heladas o no, si está seco el ambiente. Sobre estos rendimientos nada se puede decir hasta junio”, puntualizó.

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