La polémica que escaló en el ambiente futbolero en torno al aforo reducido en los estadios de Atlético y de San Martín tuvo eco en la Legislatura. Parlamentarios de los distintos espacios políticos se refirieron al aforo máximo de 300 personas vigente en la provincia hasta fin de mes por la situación sanitaria. Una mayoría respaldó el decreto que implementó el gobernador interino Osvaldo Jaldo, de limitar los eventos masivos y sostener el pase sanitario para aliviar la tarea del personal de la salud, fomentar la vacunación y garantizar la presencialidad en el inicio de clases. No obstante, hay quienes reclamaron coherencia y mayores controles de parte del Estado. Otros, incluso, fueron más allá y lanzaron chicanas políticas y contrastaron la medida con los actos multitudinarios que realizó el oficialismo durante la interna.
Entre las voces disidentes más duras estuvo la del líder de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, cuyo bloque votó en contra del decreto en dos ocasiones. “De ningún modo se puede restringir libertades que las autoridades no respetan. Lo primero que hay que hacer es dar el ejemplo. Si los de arriba viven de joda, no se les puede pedir restricciones a los de abajo; hay que tener autoridad moral”, le dijo a este diario. Y disparó: “el aforo no se respetó en los actos políticos que encabezaban (Juan) Manzur, Jaldo y (Rossana) Chahla. No se tomaban medidas de prevención. Me extraña que pretendan aplicarlas a actividades deportivas”.
Clases presenciales
Del otro extremo se ubicó el legislador oficialista Daniel Deiana, quien -en representación del bloque mayoritario Frente de Todos- respaldó las determinaciones que viene tomando el Ejecutivo. “Con eventos masivos se produce un fuerte incremento de contagios de covid y podemos retroceder en la cuestión educativa. La idea es que el ciclo lectivo se desarrolle de manera presencial. A partir de marzo empiezan a bajar las temperaturas y hay que prevenir que no haya otra ola de covid para que no se restrinjan actividades ni resentir el sistema sanitario. Los resultados que se ven hoy, que son buenos, tienen que ver con medidas que se tomaron previamente, como el pase sanitario”, destacó.
Otros parlamentarios opositores tuvieron distintos matices en su postura. El radical José Ricardo Ascárate, quien apoyó la prórroga del pase sanitario, señaló que el DNU del PE tenía varios artículos y subrayó que un decreto no se puede modificar en el recinto. De todos modos, dijo que si existieran razones justificadas para cambiar la disposición del aforo deberían estar fundamentadas en base a informes del Ministerio de Salud y de una evaluación de riesgo epidemiológico. “Tiene que ser una decisión más técnica que política”, expuso.
“Faltan controles”
Federico Masso (Libres del Sur) destacó que el pase sanitario “fue un éxito” en materia de vacunación. En cuanto a la polémica vinculada al aforo, dijo que un partido de fútbol no debería ser problema (Jaldo dijo que no se prorrogará). De todos modos, opinó que la medida se opaca porque los órganos de contralor “no están a la altura” de las circunstancias. “Se ven fiestas con 900 personas y otros espectáculos con más de 300”, reclamó.
La legisladora Nadima Pecci (Valores Republicanos) dijo que para que las normas para la protección de la salud pública sean efectivas debe haber razonabilidad, percepción de legitimidad y coherencia. “Creo que si establecemos un aforo de 300 en lugares con capacidad para miles y, por otro lado, se promueven marchas con decenas de miles de militantes, el sistema se muestra como irrazonable e incoherente”.
El radical José María Canelada también habló de incoherencias de discursos. Marcó que se siguen tomando medidas restrictivas que atentan contra la economía a pesar de que el Gobierno destaca los elevados niveles de vacunación y la baja ocupación de camas críticas. “Mientras en todo el país está todo abierto, aquí cierran”, reprochó.
El alfarista Raúl Albarracín, en tanto, planteó su oposición al decreto por no contemplar excepciones. “El aforo de 300 personas en un estadio es irrazonable, más aún cuando está vigente el pase sanitario. Está situación es consecuencia de dictarse normas restrictivas de modo absoluto”, dijo.
Una provincia particular: alta densidad poblacional en poco terreno
Desde el inicio de la pandemia las autoridades gubernamentales remarcaron que Tucumán es distinta al resto de las provincias debido a la elevada densidad poblacional (casi 1,7 millón de habitantes) en un terreno significativamente reducido. Eso se torna más complejo en el Gran San Miguel de Tucumán, donde residen unas 900.000 personas en apenas 115 kilómetros cuadrados. Los municipios apenas están separados por una calle. Esta particularidad quedó reflejada en las distintas olas de covid, con cerca de 80% de contagios en el área metropolitana de Tucumán.