Versiones contrapuestas. Dudas y sospechas. La cumbre en Moscú entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su par francés, Emmanuel Macron, generó revuelo en las redes sociales por una foto insólita: en la reunión, los mandatarios están sentados frente a una larga mesa, cada uno en una cabecera, a pesar de que se encuentran solos. ¿Qué pasó?
En tiempos de pandemia, el distanciamiento social se ha convertido en parte de todos los protocolos preventivos de contagios. Sin embargo, en los encuentros entre líderes políticos de alcance mundial, se suelen efectuar estudios de covid-19 previos para descartar potenciales infecciones y, de esa forma, posibilitar que los protagonistas se muestren cercanos. Sin embargo, este no fue el caso.
Un informe de la agencia Reuters sostiene que, según fuentes consultadas, las pautas sanitarias establecidas por las autoridades rusas le ofrecían dos alternativas: aceptar una prueba de PCR realizada en Moscú, con lo cual iba a poder acercarse a Putin; o bien negarse, y tener que cumplir con las normas de distanciamiento social más estrictas.
Fuentes del Elíseo indicaron que “las condiciones protocolarias que hubieran permitido una reunión con los dos jefes de Estado con una distancia menor (...) no eran ni aceptables ni compatibles con los problemas de agenda” del mandatario francés.
En este marco, comenzó a circular la versión -no desmentida al momento de manera oficial- sobre que Macron había resuelto declinar del PCR para evitar que Rusia obtuviera muestras de su ADN durante el testeo de covid-19.
El presidente francés llegó a Moscú para dialogar con Putin y tratar de bajar las tensiones en torno al conflicto con Ucrania, además de abordar asuntos sobre la seguridad en Europa.
Tras el encuentro, el mandatario ruso se habría comprometido a no llevar a cabo nuevas iniciativas militares cerca de Ucrania por el momento, como primer paso de una posible tregua.