Ni las 3.000 toneladas de escombros que sacaron del Mercado del Norte, para descomprimir el peso de paredes, columnas, pisos y cielorrasos, hizo desaparecer la inquietud de que se repita algún episodio como el descalzamiento de dos pilares en marzo pasado. “Es que hemos visto los hundimientos y además nos asustó el temblor. En marzo-abril vamos a salir de la zona de colapso”, describió Alfredo Toscano, secretario de Obras Públicas de la Municipalidad capitalina. “Va a haber una demolición parcial: esas columnas explotadas deben ser reemplazadas. Ya hemos demolido en el sentido de que hemos sacado paredes y pisos y vamos a sacar otras losas que le generan mucho peso a la estructura”.
Ayer Toscano y su equipo de la Municipalidad mostraron la emergencia en que se encuentra el viejo edificio de 10.000 m2 erigido en 1939, que dio sustento a gran parte de la venta de comidas, frutas, verduras, carnes y quesos de las familias céntricas a lo largo de ocho décadas, clausurado desde el 5 de marzo de 2021. Esa noche aparecieron las inquietantes grietas en dos pilares de mampostería sobre calle Mendoza y, según dijo la perito técnica municipal, ingeniera Carolina Fernández Gómez, “se empezaron a deformar las vigas y losas del primer piso”. El ingeniero Rafael Blanca, que poco después fue convocado para hacer un diagnóstico de lo sucedido, dijo que “se verificó un colapso brusco” de esos pilares, un tipo de daño llamado “rotura frágil” que -describió- “es una de las más peligrosas, ya que no existe advertencia previa, produciéndose el colapso muchas veces, repentinamente y sin previo aviso”.
Éxodo de puesteros
Al día siguiente estuvo clausurado el Mercado y comenzaron tareas de apuntalamiento, así como la crisis para el centenar de puesteros, que dudaron de que la situación fuera tan crítica como para el cierre total, acaso sosteniéndose, según Toscano, en que parecía haber diferencias entre la nave central y el anillo perimetral por calles Mendoza y Maipú. Pero los estudios demostrarían que todo estaba mal. “Hoy esto no está en condiciones de uso ni de habilitarse absolutamente para nada”, sentencia el funcionario. Los puesteros debieron emigrar. Algunos se establecieron en las cercanías, otros sufren por las desventajas de haberse tenido que trasladar al lejano mercadito Dorrego y otros cambiaron de rubro, cuando no cerraron. Hubo una audiencia en la Justicia para que la Municipalidad diese explicaciones de lo sucedido y plantease acciones, y también se debió ordenar el desalojo de los puesteros. Desde entonces, el mercado quedó cerrado. Dice Toscano que la calle central “parecía Kosovo”.
Ayer se dio a conocer el informe a partir del diagnóstico de Blanca. No hay planos originales del edificio, construído sin previsiones antisísmicas; en 1987 se hicieron reformas para ayudar al comercio que agravaron la situación de la estructura porque, por ejemplo, redujeron el tamaño de las columnas del anillo perimetral; en 2005 se desalojaron las reparticiones municipales que había en el primer piso porque se detectaron deficiencias estructurales; en 2009 el Instituto de Estructura de Ciencias Exactas de la UNT habló del grave deterioro del edificio, tras realizar una pericia técnica a pedido del municipio; y en 2018 se produjo el colapso de un pilar sobre calle Maipú.
Tras el colapso de 2021, Blanca hizo su diagnóstico a partir de visitas al lugar y del informe de la UNT, del cual estaba claro que desde hacía más de 10 años había fuerte infiltración pluvial en cubierta, estructura y carpinterías que degradaba la estructura. Blanca sugirió inmediato apuntalamiento y planteó que el edificio debe ser reparado integralmente. “Trabajamos sobre un edificio sin planos, haciendo cateos y encontrando incluso patologías inesperadas que nos preocuparon bastante. Por ejemplo, al sacar cielorasos, revestimientos, etcétera, se observaron grietas importantes en vigas, mamposterías, fisuras en mamposterías, losas, vigas y columnas, armaduras corridas en losas y vigas”, dijo el ingeniero. Sugirió retirar el revestimiento de aluminio de columnas, apuntalar losas, dinteles y vigas; reducir sobrecargas no contempladas en el edificio original; reforzar cimentaciones y pilares o reemplazar con columnas de hormigón armado y demoler vigas o losas deformadas, así como hacer estudio de suelo. Bajo el mercado hay un piletón de agua causado por la napa freática y por posibles filtraciones cloacales.
La Municipalidad contrató a una empresa, Línea Construcciones, para hacerse cargo de las tareas de apuntalamiento, aligeramiento de peso y sacado de escombros. Estará hasta septiembre de este año. Se pusieron unas 600 columnas metálicas y se comenzó a estudiar el suelo. Se demolieron paredes y se achicaron cielorrasos y pisos. De allí salieron los 300 camiones de batea con escombros. Se calcula que cada uno llevó entre 10.000 y 15.000 kilos.
Crujidos
“Diciembre fue el mes más crítico porque el sereno sentía que la estructura crujía; íbamos midiendo el hundimiento de abajo y todos los días se asentaba 2 milímetros.Hasta pensamos en cortar el tránsito”, dijo Toscano. Blanco pensó, no obstante, que las tareas llevadas a cabo hicieron que la estructura resistiese en el temblor de enero.
Ahora se van a hacer las dos columnas nuevas de hormigón y se van a reforzar los otros pilares, 29 en total. Para fines de marzo “se estaría terminando el trabajo de saneamiento. De todos modos ya hemos aliviado bastante”, dijo el arquitecto Marcelo Beccari, de Planeamiento. “Fueron trabajos preventivos”, añadió Fernández Gómez. “Recién ahora estamos en condiciones de comenzar a hacer obras”.
Después vendrá la reconstrucción o la definición del destino del edificio. “Eso va a definir el intendente”, concluyó Toscano.
Hundimientos: agua, cloacas y asentamientos del suelo
“Hemos visto los hundimientos y nos asustó. Apareció en muchos sectores de la ciudad”, dijo el secretario Alfredo Toscano. “Además de que nuestros edificios históricos no tienen mantenimiento, hay riesgo si no cambiamos el sistema de agua y cloacas, que tiene 50 años, sobre todo el de cloacas, que tiene caños en vítrico”. Describió “hay como una zanja, no digo a cielo abierto, que no tiene ningún tipo de contención y por la que circula el agua… eso va aflojando la tierra y eso se va asentando. Cloacas hay por toda la ciudad. Problemas en la Córdoba, la 9 de Julio, Criósotomo y Sáenz Peña… ahí ves los asentamientos en la ciudad. Nosotros a una cloaca que ya era obsoleta, que estaba reventando por todos lados, le hemos puesto mil edificios en 30 años y hemos pasado de 200.000 personas a 600.000, sin pensar en la infraestructura. Acá la SAT sigue dando servicio a gente a la que sabe que no le puede proveer. Hay como irresponsabildad. Donde antes había una casa ahora hay 50 departamentos, con el mismo cañito”.
Apostillas
El “colapso brusco” de dos pilares sobre calle Mendoza obligó al cierre total del Mercado en marzo pasado.
Los puesteros fueron desalojados y desde entonces se trabaja ara aliviar el peso de la estructura en riesgo.
Se comenzó a estudiar el suelo y se va a reemplazar dos columnas y reforzar otras. En abril se podría definir qué se hará con el Mercado