Faltan tres semanas, y todavía no hubo una "bajada de línea" formal. Sin embargo, en el jaldismo ya se preparan para un acto que, según anticipan, será "una fiesta" con un condimento especial: 2023.
El 1 de marzo, Osvaldo Jaldo brindará su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura como titular (interino) del Poder Ejecutivo.
Desde 2015, cuando resultó electo por primera vez vicegobernador -en fórmula con Juan Manzur-, el tranqueño venía oficiando de anfitrión de este acto protocolar, previsto en la Constitución.
Pero ahora, con el jefe de Gabinete de la Nación en la Casa Rosada, Jaldo será el protagonista central de la ceremonia en el espejado edificio de Muñecas al 900.
La importancia del evento no gira solamente en torno a la cuestión formal. En el jaldismo interpretan que puede ser la primera oportunidad de brindar una demostración de fuerzas en la interna peronista, a sabiendas de que la tregua con el manzurismo está vigente, aunque las armas quedaron afiladas.
Para ello, en el entorno del gobernador interino confían en que sus dirigentes -en especial, legisladores, ex legisladores y referentes territoriales del interior- aportarán una movilización importante en las afueras de la Legislatura el 1 de marzo. "Tiene que haber banderas, bombas y redoblantes", anticipó un "terrateniente" del tranqueño.
¿Por qué esta ceremonia protocolar puede ser la primera plataforma de Jaldo para 2023? Si bien falta un largo camino hasta los próximos comicios provinciales, lo cierto es que para el acto de apertura de sesiones de la Cámara provincial de 2023, el cronograma electoral ya estará en marcha. Es decir que, hasta entonces, las cartas estarán echadas. Y, mientras en el manzurismo volvió a sonar el nombre del senador nacional Pablo Yedlin, en las huestes del gobernador interino entienden que será clave dar un mensaje al peronismo tucumano.
No es tan sencillo. Hasta ahora, Jaldo llevó adelante las riendas de su gestión en la Casa de Gobierno en consulta permanente con Manzur. De hecho, si bien la semana pasada removió de su cargo al "segundo" del Ministerio de Desarrollo Social, Francisco Navarro, por sus vacaciones en el Caribe, no eligió a un referente de su confianza para cubrir dicha vacante. Así, en el jaldismo siguen sin ocupar casilleros en la gestión. En el entorno del tranqueño aceptan que, dentro de sus filas, hay dirigentes "ansiosos" por reconocimiento. Y no quieren que este descontento se vea reflejado en el acto del 1 de marzo. Algunos teléfonos ya comenzaron a sonar. Para el peronismo tucumano, está claro, será mucho más que una ceremonia de apertura de sesiones ordinarias.