08 Febrero 2022
Tras el cierre de uno de los ingenios azucareros más importantes de Tucumán, el pueblo de Santa Ana (Departamento de Río Chico) entró en un conato de sombras.
Los mismos pobladores se ocuparon luego de vandalizarlo hasta que quedó en ruinas. La escasez de oportunidades laborales fue una de las causas que empujó a muchos jóvenes a probar suerte en otras geografías, sin embargo, hay gente que no se resigna a que el destino es irreversible y decidió hacer algo emprendiendo una tarea solidaria.
Los vecinos del barrio Nuestra Señora de Luján, de esa localidad, se unieron para arreglar y embellecer el frente de sus casas, la iglesia y la escuela. “El abandono o falta de aprecio a lo que tenemos, a lo que nos cobija o a nuestro suelo, es revelador. Es lo que deprime. A veces esto se da también por falta de recursos o por acostumbrarnos a vivir esperanzados en que el Estado nos brinde la solución. Y cuando eso no sucede debemos poner en práctica nuestras ganas de vivir mejor. Vamos a tener un pueblo que nos haga sentir orgullosos. El Luján va a transformarse en un barrio colorido, que transmitirá entusiasmo”, dijo un comisario retirado, el impulsor de la iniciativa.
En una crónica que publicamos en 2021, los vecinos contaron que cuando se lanzó la iniciativa, el primer problema fue la falta de recursos, se propuso entonces el lanzamiento de una rifa, y con lo recaudado compararon pintura y materiales de la construcción. “Este es un pueblo de muchos años y que desde el cierre del ingenio nunca logró salir de la postración. La falta de trabajo hace estragos. De ahí la enorme cantidad de obreros golondrinas que tenemos. Y el drama de la gente se refleja en las condiciones de vida. Las ganas de salir adelante tienen que comenzar por nosotros. Y de ahí que nos pusimos de acuerdo para trabajar en el embellecimiento de nuestro barrio”, dijo un morador.
Esta acción vecinal para mejorar su calidad de vida tuvo su correlato cuando el Ente Cultural anunció su interés por la recuperación del antiguo chalet y el templo de la Villa Vieja. El organismo provincial se propuso concretar un proyecto audiovisual en Santa Ana durante este año. Entre las locaciones elegidas figuran el antiguo chalet del administrador del ingenio y la iglesia de la Villa Vieja, edificada en la década de 1870. Ambas construcciones se encuentran en precarias condiciones, por lo que es imprescindible invertir cuanto antes para preservar la infraestructura, se explicó. A esta propuesta se suma la iniciativa de poner en valor el parque diseñado por Carlos Thays en la época de esplendor del pueblo.
Hace poco, el Ente Cultural de Tucumán le entregó a la comunidad de Santa Ana la declaratoria patrimonial como “Bien de interés cultural provincial a la parroquia Santa Ana y San Joaquín”, ubicada en la ex Villa Vieja de la zona. Construido en el siglo XIX, el templo pertenece al conjunto de inmuebles en propiedad del Arzobispado de Tucumán, y cuenta con la anuencia para su incorporación al listado de los bienes arquitectónicos de preservación y conservación patrimonial.
Tres buenas noticias hacen augurar que el pueblo de Santa Ana podría salir de su largo letargo, con apoyo estatal, pero principalmente por decisión de sus propios habitantes.
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