08 Febrero 2022
Un asteroide de 1,2 kilómetro de ancho, que fue descubierto viajando en la órbita de la Tierra, podría permanecer así durante al menos 4.000 años más sin representar ningún peligro, aseguran científicos, según consigna la agencia de noticias Reuters.
Usando observaciones de telescopios en Chile, Arizona y las Islas Canarias, los investigadores proporcionaron la descripción más completa del asteroide, llamado 2020 XL5. Este cuerpo fue detectado por primera vez hace dos años, lo que confirma que es uno de los dos únicos asteroides troyanos que viajan con la Tierra.
Los asteroides troyanos pueden ser errantes en el sistema solar, como parece ser el caso del 2020 XL5, o material sobrante de la formación de su planeta de origen.
Quedan atrapados por el agarre gravitacional planetario y, posteriormente, orbitan el Sol a lo largo del mismo camino que ese planeta.
El 2020 XL5 parece ser un asteroide de los llamados tipo C, uno de los más comunes en el sistema solar, según el científico Toni Santana-Ros, de la Universidad de Alicante y el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universitat de Barcelona, de España, y autor principal del estudio publicado en la revista Nature Communications.
Carbono y rocas
Los asteroides tipo C son de color oscuro y contienen mucho carbono junto con rocas y minerales.
La ubicación de 2020 XL5 varía entre aproximadamente 90 millones y 270 millones de kilómetros de la Tierra. “No representa una amenaza para la Tierra. Esperamos que permanezca en su órbita estable actual durante al menos los próximos 4.000 años”, agregó el científico Cesar Briceño, coautor del estudio, del NoirLab de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
El único otro asteroide troyano visto alrededor de la Tierra, descubierto hace 12 años y llamado 2010 TK7, es más pequeño. Tiene un diámetro de unos 400 metros y también fue capturado por la atracción de la Tierra mientras deambulaba por el sistema solar.
El 2020 XL5, detectado por primera vez en diciembre de 2020 con un telescopio en Hawái, puede haber sido capturado por la atracción gravitacional de la Tierra hace entre 500 y 1.000 años, dijo Santana-Ros.
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