“Ay hijo, me hizo sufrir muchísimo ese chico”. María Cristina Albornoz de Romero (la bioquímica que recibió a Mauro Osores en su laboratorio el 14 de enero), deja en claro que estuvo viviendo casi una pesadilla.
El tono de su voz aún denota preocupación, a pesar que está todo aclarado para ella; gracias al comunicado de prensa que emitió el club. “Les agradezco tanto a la gente del club ese comunicado. Verdaderamente limpió mi nombre. Hace casi 30 años que me dedico a esto; fue horrible pensar que mi carrera podía llegar a empañarse por una situación así. Nunca me había pasado”, agregó.
La adulteración del informe con el resultado del PCR que lleva firma, sello y número de matrícula de la profesional podría haber terminado en instancias legales. Pero tanto el club como la profesional, desistieron esa posibilidad. “Decidimos no profundizar en este tema. Evidentemente correspondía una denuncia penal; capaz que era hasta nuestro deber. Es una falsificación de un elemento público o privado, como quieras llamarle; pero en el medio de una pandemia. No es chiste lo que hizo”, respondieron desde el club.
Por otra parte, la bioquímica admitió que ella sólo tenía una preocupación. “Yo no sabía que hacer. Mi tranquilidad era lo que había cargado en SISA (Sistema Integrado de información Sanitaria Argentina). Yo quería que esta situación se aclare nada más; no pensé en nada más. No podía ser que cualquiera adultere un documento y quede como la verdad”, dijo Albornoz de Romero.
Descartada también la sanción económica por el momento, Osores se entrena con el plantel de Reserva y se negó a brindar declaraciones tras la práctica de ayer. “Está entrenando desde hace unos días con nosotros. Aún no hablé con él sobre este tema de la sanción. Probablemente lo haga en los próximos días. También tendré una reunión con los dirigentes para ver si puede jugar con nosotros o no”, afirmó Martín Anastacio, DT de la Reserva “decana”.
Según le confiaron a LG Deportiva algunas fuentes, lo que sucedió con el jugador no fue una sorpresa. “Era cuestión de horas que pasara algo así”, aseguraron a la vez que detallaron que es común en el jugador, y en otros tantos, que lleguen tarde o que falten a las prácticas. Incluso muchas veces por motivos pocos creíbles.
Lo cierto es que esta vez, el futbolista pasó los límites y esa fue la gota que rebalsó el vaso. “No es lo mismo irse de un entrenamiento que es una falta disciplinaria. Aquí alguien falsificó un documento y tenemos todas las pruebas”, dijeron desde la directiva, comparándolo con lo sucedido el año pasado cuando Franco Mussis y Matías Orihuela se fueron a mitad de un entrenamiento y luego se negaron a viajar para jugar frente a Colón y Unión (Orihuela terminó viajando).
Eso sí, ante versiones que circulaban que el jugador habría intentado pagar para conseguir un informe positivo, la propia bioquímica se encargó de desmentirlo. “El me dijo que estaba enfermo, que quería hacerse un test porque al otro día tenía que viajar. Yo no pongo en duda su palabra puede haber estado enfermo de otra cosa pero no estaba contagiado con el virus”, remarcó Albornoz.
Por otro lado Bernardo Ortega, que comparte la representación del jugador con una empresa instalada en Buenos Aires, prefirió no entrar en detalles en el tema, aunque se mostró sorprendido por lo sucedido. “Me desayuné con esta noticia. Por ahora sólo queremos solucionar esto de la mejor manera. Nosotros no sabíamos nada de lo que estaba pasando; estamos consternados con todo lo que sucedió, No estamos acostumbrados a vivir algo así”, señaló el representante.
El tuit que publicó el jugador en su cuenta personal, que iba acompañado con la foto del informe fue el que terminó desencadenando todo lo que vino después. El hijo de la bioquímica lo descubrió por la repercusión que tuvo el 24 de enero el hilo de Twitter que hizo el jugador. Las investigaciones que ya venían haciendo desde el cuerpo médico de Atlético se aceleraron y finalmente la mentira quedó al descubierto. En las últimas horas el caso Osores tuvo repercusión nacional y fue comparado incluso con otros hechos de indisciplina en el fútbol profesional, producidos por Teófilo Gutiérrez, Daniel Osvaldo o Ricardo Centurión. Sin lugar a dudas que es un llamado de atención importante. Esta vez fue quedó sólo en una sanción interna, sólo porque así lo quisieron las partes.
Cronología de los hechos
10 de enero
Último testeo realizado por el club antes del viaje a Buenos Aires. Se detecta el positivo de: Renzo Tesuri, Gabriel Risso Patrón, Ramiro Ruiz Rodríguez, Matías Sánchez, Agustín Lagos y Jonathan Cabral.
14 de enero
Osores acude al laboratorio médico de María Cristina Albornoz de Romero para realizarse un test por su cuenta.
15 de enero
Último entrenamiento en Tucumán. Al día siguiente el plantel viajaría a Buenos Aires. Tras la práctica hay rumores que Osores no viaja por ser positivo de covid-19.
16 de enero
No hay comunicado oficial sobre casos positivos y la lista de viajeros es publicada por la noche, con el plantel ya instalado en Capital Federal. Osores no figuraba.
20 de enero
Se cumplen los plazos de recuperación para el jugador. Se suponía que viajaría para sumarse a los entrenamientos en esos días. “Esperará en Tucumán a que regrese el plantel”, señalaron desde la CD.
23 de enero
Comienzan a circular rumores que indicaban la posibilidad que el jugador sea prestado a otro club.
24 de enero
Osores decide hacer un posteo en Twitter que terminó siendo clave. “Por el cariño que le tengo al club, a los hinchas y el respeto que les debo, quería aclarar la situación”, escribe compartiendo una foto con el certificado que luego se conocería que fue adulterado. El club responde: “el defensor informó que arrojó resultado positivo de covid. Por ese motivo, quedó marginado de la concentración en Buenos Aires”.
31 de enero
El plantel vuelve a entrenarse en Tucumán. Se esperaba que Osores participe de la sesión pero no se presentó.
1 de febrero
Empieza a entrenarse con la Reserva.
4 de febrero
El club emite el comunicado anunciando la sanción.