Conflicto entre Rusia y Ucrania: “La principal repercusión para la Argentina sería económica”

Conflicto entre Rusia y Ucrania: “La principal repercusión para la Argentina sería económica”

La especialista Geraldina Dana remarcó que este caso expondría el principal déficit de la Unión Europea, una política común de seguridad.

GERALDINA DANA. “Un conflicto bloquearía el gas de Rusia por Ucrania”.  GERALDINA DANA. “Un conflicto bloquearía el gas de Rusia por Ucrania”.

La tensión militar entre Rusia y Ucrania se acrecienta con el correr de los días. Al avance de las tropas rusas en la zona fronteriza, se sumó el anuncio del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El mandatario confirmó que enviará tropas estadounidenses a la frontera con Ucrania.

En medio de este escenario, el presidente Alberto Fernández visitará Rusia, el próximo 3 de febrero, para reunirse con su par Vladimir Putin para compartir un almuerzo y después brindar una conferencia de prensa. En diálogo con LA GACETA, la politóloga y maestranda en Relaciones Internacionales, Geraldina Dana, brindó su opinión sobre las implicancias que podría generar en nuestro país un conflicto armado entre Rusia y Ucrania, y la significancia del viaje presidencial a esta potencia.

- ¿Cuál es el origen del conflicto y qué intereses están en juego?

- Dos elementos interrelacionados informan el conflicto entre Rusia y Ucrania. Por un lado, uno de tipo histórico-cultural: Ucrania formó parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) hasta la desaparición de ésta en 1991, motivo por el cual hoy hay un 17,3% de ciudadanos ucranianos que son étnica y lingüísticamente rusos. A esto se refiere el presidente ruso, Vladimir Putin, cuando afirma que Rusia y Ucrania conforman “un solo pueblo”. Por el otro, existe un factor geopolítico-securitario: ¿Ucrania es parte de la zona de influencia rusa o se acercará a la Unión Europea (UE) y la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN/NATO)?

En noviembre de 2013 estaba prevista la firma de un acuerdo para que Ucrania se asociara a la UE, pero cerca de la fecha de conclusión de la misma, el entonces presidente ucraniano, Víktor Yanukovich, la canceló. En su lugar, afirmó que Ucrania se uniría al proyecto de integración económica promovido por la Federación Rusa, la Unión Aduanera Euroasiática (integrada por Bielorrusia, Kazajistán y Rusia y fundada en 2010). Como resultado de este viraje, hubo levantamientos civiles Kiev, la capital de Ucrania, conocidos como Euromaidán, que fueron reprimidos por fuerzas antidisturbios y terminaron por derrocar al gobierno de Yanukovich. Pero también se movilizaron entonces las poblaciones civiles pro-rusas, que declararon su independencia en Donetsk y Lugansk (2014), dando origen a la guerra del Donbás, que hizo que el gobierno central de Ucrania perdiera control sobre estas regiones del sudeste. De hecho, Rusia entregó pasaportes de su nacionalidad a estas poblaciones. En el mismo contexto se dio la anexión –desde el punto de vista occidental- o reunificación –desde el punto de vista ruso- de la península de Crimea (2014), anteriormente parte del territorio ucraniano, a Rusia. La Federación es por ello castigada en términos económicos y políticos por los miembros del G7. Finalmente, Ucrania sella un acuerdo de libre comercio con la UE.

En términos de seguridad, la Federación Rusa ve con preocupación la ampliación de la OTAN, ya que si incluyera a Ucrania, llegaría a las puertas de su territorio. Es este el punto principal que Serguéi Lavrov, canciller ruso, señaló en sus conversaciones en Ginebra con su homólogo norteamericano, Anthony Blinken, la semana pasada. De momento, esta demanda rusa no ha sido contestada y las tropas de Putin siguen desplegadas. Así como Rusia posee su proyecto de integración económica, la Unión Aduanera Euroasiática, también promueve otro pacto de seguridad colectiva, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), virtual sucesor del Pacto de Varsovia. Este pacto es integrado por la Federación y sus aliados. Anteriormente, otra República ex URSS, Georgia, integraba la OTSC, pero luego la abandonó y comenzó su proceso de adhesión a la OTAN. Rusia busca evitar un desenlace similar en el caso ucraniano.

- ¿Qué impacto tendría una invasión militar de Rusia?

- En primer lugar, correría el riesgo de desprestigiar al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas como órgano decisor en cuestiones de seguridad internacional, ya que podría repetirse un escenario de “veto cruzado” entre Rusia y EE. UU., como sucediere durante la Guerra Fría, ya que ambos poseen poder de veto en dicho órgano. En este sentido, si los países occidentales buscaran responder militarmente, deberían hacerlo por fuera de la normativa internacional, ya que no habría a priori aval del CS-ONU ni un fundamento basado en la membrecía de Ucrania de la OTAN, ya que no forma parte de la misma. Esto sucedió ya en la guerra de Irak (2003), con un elevado coste político para EE.UU.

En segundo término, expondría el principal déficit de la UE, que es una política común de seguridad y defensa que sea operativa en estos casos. Por eso, tanto Rusia como los países de la Unión pretenden volver al llamado “Formato de Normandía”, integrado por Ucrania, Rusia, Francia y Alemania, iniciado para llevar la paz a la Guerra del Donbás. Si este mecanismo, o bien la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), fracasaren, Europa se encontraría en una situación de “tercerización” de su seguridad (tanto fronteriza como energética, en vistas de que un 30 a un 40% de la energía que Europa utiliza proviene de Rusia) a manos de los Estados Unidos.

Finalmente, implicaría dificultades internacionales para Rusia al reforzarse su imagen de un “rogue State”, y debería enfrentar aún más sanciones económicas.

- ¿Un enfrentamiento bélico repercutiría en la Argentina?

- La principal repercusión sería de tipo económica. Si el enfrentamiento bélico se desatara, podría bloquearse el paso del gas de Rusia por Ucrania que va a la UE. En el corto plazo, esto aumentaría el precio del bien en el mercado internacional. Si esto efectivamente sucediere, cabe pensar que sería difícil que no se abulten los gastos argentinos en materia de subsidios –a contramano de lo que exige el FMI-. Sin embargo, también sabemos que cuando existen productos excedentes que no se venden, su precio desciende, y eso sería para nosotros una buena noticia.

Lo mismo sucedería si Ucrania entrara en guerra y dejara de producir trigo: al elevarse el precio del mismo, esto en verdad beneficiaría a la Argentina, porque nuestros productos se pagarían más en el mercado internacional. Los países que producimos alimentos solemos vernos beneficiados en épocas de guerra, porque los esfuerzos bélicos tienden a volcar la mayor parte de las economías de los beligerantes a la industria pesada, así como su mano de obra a las tareas de la guerra y no de la producción. Nuestras experiencias pasadas como “granero del mundo” así lo atestiguan.

- ¿Cómo puede leerse la visita de Alberto Fernández a Rusia?

- En primer lugar hay que aclarar que la visita estaba pre-pactada. Argentina, en tanto potencia media, busca aliarse en las distintas agendas con los socios que puedan ofrecerle las mejores alternativas en cada área.

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