La economía argentina atraviesa horas claves porque a pesar del optimismo que transmiten funcionarios de alto rango, el Gobierno nacional no logra acordar un programa de reestructuración con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este contexto que alienta a la incertidumbre y tiene al dólar blue superando cotizaciones históricas, jornada tras jornada, el presidente, Alberto Fernández, iniciará una gira internacional por Rusia, China y Barbados.
Teniendo en cuenta la tensión política–militar existente entre Estados Unidos y Rusia por una posible a Ucrania, el escenario no parece ser el más adecuado para que el mandatario se reúna con su par Vladimir Putin el próximo 3 de febrero para compartir un almuerzo y después brindar una conferencia de prensa. Del 4 al 6 de febrero, la comitiva permanecerá en China, donde Fernández se reunirá con Xi Jinping y presenciará la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno ‘Beijing 2022’.
Desde una perspectiva económica, el doctor en Economía y docente de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) Osvaldo Meloni manifestó que le resulta “poco estratégico” que el titular del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) visite Rusia “dado el escalamiento del conflicto militar con Estados Unidos” y sobre todo si se tiene en cuenta que el país del norte es el principal accionista del FMI y un actor decisivo en las negociaciones con Argentina.
“De todas maneras, las negociaciones con el Fondo están empantanadas porque éste exige un ajuste fiscal que limite la financiación monetaria del déficit. La economía Argentina estuvo expandiendo el sector público por mucho tiempo sin tener todos los recursos necesarios para financiarlo y eso que el aumento de la presión tributaria fue brutal”, sostuvo el especialista en diálogo con LA GACETA. Y remarcó: “Hay que recordar que cuándo hay desbalances, más temprano que tarde, sobreviene el ajuste. Y si el sector público no quiere ajustarse termina ajustándose el sector privado. En la última década el empleo registrado en el sector privado prácticamente no aumentó, lo cual es un reflejo del ajuste al que fue sometido para financiar la expansión del sector público”.
Mejores previsiones
El FMI presentó su último informe de expectativas mundiales (World Economic Outlook), el martes, y allí mejoró la proyección de crecimiento para la economía argentina en 2022. Según el organismo, el Producto Bruto Interno (PBI) argentino crecería este año un 3%. Esto representa una mejora de 0,5 puntos en comparación con el 2,5% que esperaba en el reporte publicado en octubre del año pasado.
“Estamos trabajando de forma muy cercana con las autoridades para acordar un programa que ayude a la sociedad argentina a superar los desbalances de su economía. Tenemos que en esos desequilibrios para que el país pueda superar las dificultades. Entendemos que la situación social es desafiante, por eso estamos adoptando una visión flexible y pragmática (en la negociación) y esperamos progresos en los próximos días”, mencionó en conferencia de prensa vicedirectora gerente del organismo, Gita Gopinath.
Siguiendo estas proyecciones, para 2023, el FMI calculó otra expansión de 2,5%, lo que también significa una mejora respecto al 2% que publicó en octubre. Las mejoras en sus proyecciones están relacionadas al recálculo que se hizo sobre el resultado de la economía en 2021, ya que había pronosticado una mejora de 7,5% y terminó por recalibrarlo a 10 por ciento.
Según la actualización del informe, la economía seguirá estando atravesada por la pandemia generada por la covid-19. En este sentido, aseguraron que Ómicron, la última variante extendida por todo el mundo, “pesará sobre la actividad en el primer trimestre de 2022, este efecto se desvanecerá a partir del segundo trimestre”. “La continua recuperación global enfrenta múltiples desafíos a medida que la pandemia entra en su tercer año. La rápida propagación de la variante Ómicron ha provocado nuevas restricciones de movilidad en muchos países y una mayor escasez de mano de obra”, consideró el Fondo Monetario.
Turbulencia internacional
Teniendo en cuenta las presiones inflacionarias en la economía mundial, el organismo cree que la situación empeorará este año. “Hemos revisado al alza nuestras previsiones de inflación para 2022 para las economías avanzadas y de mercados emergentes y en desarrollo, y se espera que las presiones elevadas sobre los precios persistan durante más tiempo”, advirtió el informe.
“Se supone que los desequilibrios entre la oferta y la demanda disminuirán durante 2022 en función de las expectativas de la industria de una oferta mejorada, a medida que la demanda se reequilibra gradualmente de bienes a servicios y se retira el apoyo extraordinario de políticas. Además, se espera que los precios de la energía y los alimentos crezcan a tasas más moderadas en 2022 según los mercados de futuros. Suponiendo que las expectativas de inflación permanezcan ancladas, se espera que la inflación disminuya en 2023″, anticipó el Fondo Monetario
Ante este este escenario, el Fondo realizó una advertencias para las economías emergentes con una alta carga de deuda pública porque las condiciones financieras que se avecinan podrían representar un fuerte desafío para su estabilidad. “Las economías tendrán que adaptarse a un entorno mundial de tasas de interés más elevadas”, enfatizó Gopinath.
“Las economías de mercados emergentes y en desarrollo con grandes necesidades de endeudamiento en moneda extranjera y financiamiento externo deben prepararse para posibles turbulencias en los mercados financieros extendiendo los vencimientos de la deuda tanto como sea posible y conteniendo los descalces de moneda. La flexibilidad del tipo de cambio puede ayudar con el ajuste macroeconómico necesario. En algunos casos, la intervención cambiaria puede ser necesarias para proporcionar el espacio para centrarse en las condiciones internas”, exclamó.