Aprender sobre la marcha. Esa fue la gran enseñanza de la pandemia. Nadie estaba preparado. Los docentes debieron diseñar sus propias estrategias pedagógicas y avanzar adecuando a cada paso la dirección. Hoy, después de dos años de incertidumbre, el ciclo lectivo 2022 los encontrará fortalecidos. Ya saben qué herramientas les dio resultado. Tres docentes comparten sus experiencias en esta nota:
A la teacher Fernanda Urquiza las estrategias lúdicas le sirvieron de gancho para captar la atención de sus alumnos. Durante las clases por zoom utilizaba juegos virtuales que complementaba con teoría. “Hay plataformas muy interesantes que permiten crear juegos. Una de ellas es Wordwall que usamos para practicar vocabulario y estructuras gramaticales. Otra es Educaplay, con pasajes de películas que a los chicos les encanta y sirven para formar estructuras y para comprensión. Quizziz es una plataforma tipo trivia y Bamboozle es un juego virtual en que los alumnos compiten en grupos por puntos respondiendo a diferentes preguntas gramaticales”, cuenta.
Otra plataforma con la que evalúa los conocimientos teóricos y prácticos de sus alumnos es Mentimeter, que permiten hacer encuestas y competencias entre alumnos. “Esa plataforma es fabulosa porque los chicos desde sus celulares acceden a la encuesta y yo puedo ver sus respuestas en tiempo real”, dice con entusiasmo..
“Apliqué esta metodología para captar la atención de mis alumnos aprovechando que ellos son grandes consumidores de juegos. Logré resultados excelentes. A menudo escucho decir que los alumnos no aprendieron nada en virtualidad pero por suerte mis alumnos aprendieron sin darse cuenta”.
Mejores evaluaciones
Estudiar para una prueba debe ser una oportunidad de aprendizaje, sin embargo, “los chicos suelen estudiar solamente para aprobar y lo hacen de resúmenes de resúmenes”, observaba Victoria Desjardins, docente de literatura y también directora de Educación de la municipalidad de Yerba Buena.
También las preguntas de las evaluaciones suelen estar orientadas a obtener una determinada respuesta, “sin margen de maniobra”, señala. Por ejemplo: ¿quiénes son los protagonistas de tal novela? ¿No sería mejor preguntar ¿cómo evoluciona o se manifiesta la personalidad de determinado personaje a lo largo de la narración?” dice. Y aclara que es importante una adecuada comprensión de texto desde todas las asignaturas.
“Las evaluaciones tradicionales ya no son útiles porque no reflejan lo que el alumno puede llegar a comprender o producir; tampoco les permite explayarse. Les quita espacio y posibilidad de generar argumentación, debate e intercambio de posturas”, señala Desjardins. Por eso ella usa distintas herramientas pedagógicas para evitar que sus alumnos “sigan reproduciendo contenidos enlatados solo por la nota”.
Franco Vera López, 29 años, es abogado y profesor de la Escuela Media de Carancho Pozo, Leales. Su gran apuesta es el “aula invertida”, un método que permite anticipar a los alumnos los contenidos de la clase. El trabajo es dinámico y eminentemente práctico.
Pero primero debió sortear dos graves problemas. En 2020 WhtasApp era el único medio de comunicación. Sin embargo, no todos contaban con conectividad ni dispositivos. La directora puso todo su empeño en solucionar esos inconvenientes. El segundo fue que la mayoría de los chicos trabajaba en horario de clase. “Recibí fotos con las tareas desde campos de cosecha, obras en construcción, y hasta de criaderos de animales”, cuenta el profesor.
En 2021, con el regreso al aula en burbujas, Vera López puso en práctica la “clase invertida” para avanzar con los grupos que se turnaban semana de por medio para ir a la escuela. Adelantaba el tema de la clase, ponía todo el contenido en infografías, y los chicos debían analizarlas en sus casas. Cuando regresaban la clase era “más dinámica, cercana y amena. Hacíamos debates, cuadros, investigaciones y los chicos lograron aprender haciendo y no memorizando. Aprendieron elaborando su propio conocimiento y sacando sus conclusiones”, dice.
Vera López también hizo otro cambio, utilizó micrófono para que sus alumnos lo pudieran escuchar mejor detrás del barbijo.
“Mi tarea fue guiarlos en este conocimiento, hacerlos conscientes de su protagonismo en la construcción de los saberes, motivarlos en el proceso y ayudarlos en el desarrollo de sus aptitudes y competencias, tanto individuales como colectivas”, confiesa satisfecho por todo lo aprendido durante la pandemia.