Las mujeres cometen tres de cada 10 infracciones de tránsito en la Argentina y su punto débil, en cuanto a las transgresiones, está en el estacionamiento. Tales corolarios se desprenden del primer estudio sobre conducción con perspectiva de género elaborado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). El informe indica que el volumen de faltas está alineado con la observación de que ocho de cada 10 autos son conducidos por hombres. Este grupo mayoritario no sólo es el más infractor, sino también el que aporta en mayor medida las víctimas de la siniestralidad vial.
“El análisis de las infracciones, en tanto inconductas de la vía pública, permite observar nuevas aristas a partir de la mirada de género. Para esto se consideran los datos registrados en el Sistema Nacional de Administración de Infracciones (Sinai). Es válido aclarar que esta fuente no cuenta con la totalidad de infracciones cometidas en el período considerado, sino con las registradas en este sistema nacional”, precisa el informe “Principales Indicadores de Seguridad Vial con Perspectiva de Género” (está disponible en argentina.gob.ar). Según el Sinai, durante 2019 hubo 715.685 infracciones en todo el país, pero el 23% de ellas no cuentan con dato de género.
“Entre las infracciones que sí cuentan con dicho dato, siete de cada 10 fueron realizadas por un varón. Este número es coherente con la mayor presencia de hombres observada en cuanto a la conducción de vehículos y al otorgamiento de las licencias de conducir por parte de los varones, situación que los expone más en el tránsito y al riesgo que este entraña”, refiere el documento.
El Observatorio Vial de la ANSV afirma que, si bien la calle argentina es predominantemente masculina, el peso de las infracciones por género sugiere ser mayor entre las mujeres que entre los varones. “Al analizar el tipo de infracción cometida según género, se esbozan algunas hipótesis explicativas de este fenómeno. En cuanto al tipo de infracción cometida, se observa que el estacionamiento es la categoría con mayor peso para ambos géneros. Sin embargo, el 48% de las infracciones femeninas recaen en dicha categoría mientras que, entre los varones, este porcentaje se reduce al 35%. Por el contrario, si bien el exceso de velocidad es la segunda infracción más importante para ambos géneros, esta inconducta vial se asocia más con los varones (28,5%) que con las mujeres (23,7%)”, analiza.
El estudio advierte que las conductoras infringen reglas “con menor impacto en la inseguridad vial (estacionamiento)”: “ello puede vincularse a una falta de experiencia asociada a la mayor apropiación histórica de los varones del espacio vial mientras que estos últimos demuestran en sus infracciones una mayor exposición al riesgo vial (exceso del límite de velocidad) y circulación en condiciones inseguras en concordancia con los datos de factores de riesgo de la seguridad vial. Si bien los datos sugieren estas hipótesis, queda pendiente de estudio la comprensión de este fenómeno”.
Pisar el acelerador
Las entregas previas de esta serie habían hecho hincapié en que las mujeres son más prudentes y disciplinadas que los varones para colocarse el cinturón de seguridad cuando van en el auto, pero que la situación se invierte respecto de la moto y de la bicicleta, donde ellos muestran mayor disposición para ponerse el casco. El documento de la ANSV recuerda que, en la Argentina, la siniestralidad vial es considerada una epidemia puesto que hay casi 11 víctimas fatales cada 100.000 habitantes. Según datos oficiales, 4.911 personas fallecieron por esta causa en 2019: si se suman los casi 117.000 heridos, el total de víctimas directas de la inseguridad vial para aquel año asciende a 122.061.
Al concentrar las licencias y la conducción (y casi dominar por completo el transporte de cargas y de pasajeros), los varones aportan también la mayor cantidad de fallecidos y de lesionados por accidentes. “Ellos duplican a las mujeres como víctimas viales. En 2019 (año que se toma como referencia por ser el último antes de la pandemia), en la Argentina se registraron 122.061 víctimas, de las cuales al menos 39.138 fueron mujeres”, expresa el informe.
El estudio afirma que la siniestralidad masculina está alimentada por la propensión a pisar el acelerador en contra de los límites habilitados. Al respecto, acota: “la tendencia a la transgresión de la velocidad máxima permitida o al consumo de alcohol previo a la conducción aumenta las probabilidades de participar en siniestros viales. La participación de los varones como víctimas es mayor entre quienes fallecen que entre las personas heridas. En la categoría de víctimas letales, el número de los varones prácticamente cuadriplica al de las mujeres fallecidas”.